Recientemente oí hablar de un padre que asistió a la graduación de la universidad de su hijo. Después de la ceremonia, se acercó a su hijo orgullosamente y le preguntó, "¿Ahora qué vas hacer con el resto de tu vida, hijo?" El graduado le dijo con una gran sonrisa, "Bien, Papá, he pensado mucho en mi futuro, y creo que simplemente me voy a ir directo a la jubilación."
Ahora la mayoría de nosotros podríamos pensar igual que ese joven graduado. Pero casi todos comprendemos que para ser responsables, tenemos que trabajar arduamente durante muchos años antes de poder retirarnos.
Ahora, tan extraño como parezca, la actitud de este joven se parece bastante a las actitudes de algunos cristianos que vivieron en el primer siglo. Estaban tan celosos de la gloriosa segunda venida de Cristo, que abandonaron las responsabilidades de vivir para Cristo en esta vida.
Este tercer estudio de "El Corazón de la Teología de Pablo" se titula: Pablo y los Tesalonicenses. En esta lección veremos cómo algunos cristianos en la iglesia Tesalónica causaron serios problemas porque creían que la segunda venida de Cristo estaba extremadamente cerca. También veremos cómo respondió Pablo a esta creencia.
Nuestro estudio de Pablo y los tesalonicenses se dividirá en tres partes. Primero, investigaremos el trasfondo de las cartas de Pablo a los Tesalonicenses. Segundo, examinaremos la estructura y contenido de 1 y 2 de Tesalonicenses. Y tercero, veremos cómo las cartas de Pablo revelaron una de sus perspectivas teológicas centrales: su doctrina de los últimos días o su escatología. Veamos primero el trasfondo de las cartas de Pablo a los Tesalonicenses.
El Apóstol Pablo escribió sus cartas para dirigirse a problemas específicos que surgieron en diferentes iglesias. Así, conforme vemos 1 y 2 de Tesalonicenses, necesitamos hacer algunas preguntas básicas: ¿Qué estaba pasando en la iglesia de los tesalonicenses? ¿Por qué Pablo les escribió?
Contestaremos estas preguntas, primero analizando el segundo viaje misionero de Pablo, y después, profundizando en algunos problemas específicos que se desarrollaron en la iglesia de Tesalónica. En primer lugar veamos el segundo viaje misionero de Pablo.
El segundo viaje misionero de Pablo se narra desde Hechos capítulo 15 versículo 36 hasta Hechos capítulo 18 versículo 22. Ahí, Lucas nos dice que Pablo viajó principalmente en las regiones de Asia Menor antes de continuar por varias regiones de la Grecia moderna-actual.
De la misma manera que en el primer viaje misionero de Pablo, este viaje comenzó en Antioquía de Siria, probablemente alrededor del año 48 o 49 DC. Pablo y Bernabé planeaban ministrar juntos, pero entraron en conflicto porque Bernabé quería que Juan Marcos los acompañara. Pablo se opuso porque Marcos los había abandonado durante su primer viaje misionero. Por consiguiente, Pablo escogió a Silas como su compañero de viaje, mientras que Bernabé y Marcos se fueron por su lado a Chipre.
Pablo y Silas pasaron primero por Siria y luego entraron a Cilicia. Aunque no sabemos particularmente qué pueblos visitaron, el libro de Hechos nos dice que fortalecieron varias iglesias en estas regiones.
De Cilicia, viajaron a Galacia dónde visitaron las iglesias que Pablo había plantado durante su primer viaje misionero. Primero llegaron a Derbe, después a Listra, dónde Timoteo se les unió. De Listra, continuaron hasta Frigia pasando por Galacia.
Ahora, a estas alturas, Pablo quería predicar en la provincia de Asia, en la región occidental de Asia Menor, así como en Bitinia al norte. Pero el Espíritu Santo no lo permitió. Así que, la compañía fue de Frigia al puerto costero de Troas, aproximadamente a 500 kilómetros de ahí, dónde la razón de su apresurado viaje hacia el oeste se esclareció. En un sueño, Pablo vio a un hombre que le pidió que viniera a Macedonia, principalmente a las áreas que ahora quedan dentro de las regiones norteñas de Grecia.
En respuesta a este sueño, Pablo y sus compañeros inmediatamente zarparon hacia Macedonia. Pasaron brevemente por Neápolis antes de llegar a Filipos, dónde permanecieron durante algún tiempo, ahí vieron a un gran número de personas venir a Cristo. En el futuro, sin embargo, las personas de Filipos encarcelaron a Pablo por exorcizar un demonio de una muchacha esclava. Pero aun desde la cárcel extendió el evangelio. En medio de la noche, un terremoto rompió cadenas y abrió las puertas de la prisión liberando a los prisioneros. Aunque los prisioneros pudieron haber escapado, ellos permanecieron en sus celdas para que el carcelero no fuera castigado por perderlos. El carcelero se impresionó tanto por este acto de caridad hacia él, que él y toda su casa vinieron a la fe.
De Filipos, los misioneros pasaron por Anfípolis y Apolonia antes de llegar a Tesalónica, dónde Pablo predicó al evangelio en la sinagoga durante tres semanas. Con esta evangelización, varios judíos y muchos gentiles recibieron el evangelio. Pablo trabajó para mantenerse económicamente durante este tiempo, también recibió regalos de cristianos filipenses que le ayudaron a satisfacer sus necesidades. Estos hechos nos hacen pensar que Pablo pudo haber permanecido en Tesalónica algunos meses. Sin embargo, llegó el momento en que algunos judíos que no creían, se pusieron celosos del éxito del evangelio y formaron un tumulto contra Pablo y Silas, obligándolos a huir hacia Berea.
Al principio, los Bereanos recibieron el mensaje del evangelio de Pablo ávidamente. Pero pronto, los judíos tesalonicenses que no creían se enteraron y pusieron también a esta ciudad en su contra. Pablo huyó una vez más, esta vez se dirigió hacia Atenas, dónde no sólo predicó a los judíos en la sinagoga, como era su costumbre, sino también a los filósofos Epicúreos y Estoicos en el Areópago.
De Atenas, Pablo viajó a Corinto dónde se quedó por lo menos un año y un medio, quizás más, plantando y levantando una iglesia. Después de esto, partió hacia el Este, parando brevemente en Cencrea y navegando de ahí hacia Efeso, en Asia Menor. De allí, navegó hacia Cesarea y después regresó a casa, a Antioquía en Siria, talvez en su camino visitó brevemente Jerusalén. Su viaje probablemente finalizó el año 51 o 52 DC.
Fue durante este segundo viaje misionero que Pablo escribió sus dos cartas a los Tesalonicenses. Según 1 de Tesalonicenses capítulo 3 versículo 1-2, mientras Pablo estaba en Atenas, envió a Timoteo a Tesalónica para animar a los creyentes ahí. Esto debió haber sido alrededor del año 49 o 50 DC., poco después Pablo y su compañía habían dejado Tesalónica. Cuando Timoteo volvió, probablemente en 50 o 51 DC., lo más seguro es que Pablo estaba en Corinto. Al parecer, Timoteo le había dicho a Pablo sobre varias faltas serias y problemas prácticos que habían surgido en la iglesia de los tesalonicenses. Seguramente Pablo escribió 1 de Tesalonicenses desde Corinto poco después de la llegada de Timoteo para dirigirse a estos problemas. 2 de Tesalonicenses fue probablemente escrita después de unos meses, también desde Corinto.
Ahora que hemos visto cómo las epístolas de Pablo a los Tesalonicenses encajan dentro del contexto más extenso de su segundo viaje misionero, debemos analizar más detalladamente los problemas que surgieron en la iglesia de Tesalónica. ¿Qué aspectos concernían a Pablo? ¿Qué fue tan serio, que él no solo escribió una, sino dos veces a los Tesalonicenses?
Como en cualquier situación, había muchas dificultades entretejidas en Tesalónica. Pero conforme leemos las cartas de Pablo a esta iglesia, saltan al primer plano tres problemas principales: Primero, la persecución; segundo, la aparición de profetas falsos dentro de la iglesia; y tercero, algunos problemas de la vida cristiana práctica que los profetas falsos trajeron a la iglesia. Primero enfoquemos nuestra atención al problema de la persecución.
La primera vez que Pablo llevó el evangelio a Tesalónica, los creyentes de ahí se habían convertido en objeto de violencia, enfrentando una persecución que realmente amenazaba sus vidas. Escuche la descripción de Lucas de los eventos en Tesalónica documentados en Hechos capítulo 17 versículo 5:
Entonces los judíos que no creían, teniendo celos, tomaron consigo a algunos ociosos, hombres malos, y juntando una turba, alborotaron la ciudad; y asaltando la casa de Jasón, procuraban sacarlos al pueblo. (Hechos 17:5)
De hecho, los judíos no-creyentes en Tesalónica eran tan agresivos que no se conformaban con sacar a Pablo y a Silas de su ciudad. Más aun, ellos siguieron a los misioneros a Berea para causarles incluso más problemas allá. Lucas asentó este hecho en Hechos capítulo 17 versículo 13:
Cuando los judíos de Tesalónica supieron que también en Berea era anunciada la palabra de Dios por Pablo, fueron allá, y también alborotaron a las multitudes. (Hechos 17:13)
Los antagonistas judíos del evangelio eran tenaces, incluso alentaban a gentiles para oponerse a la fe cristiana conforme persuadían a los cristianos de un pueblo a otro.
Las cartas de Pablo a los tesalonicenses indican que este sufrimiento continuó aun después de su salida de Tesalónica. En 1 de Tesalonicenses capítulo 2 versículos 14 al 16, Pablo describió sus tribulaciones de esta manera:
Porque vosotros, hermanos, vinisteis a ser imitadores de las iglesias de Dios en Cristo Jesús que están en Judea; pues habéis padecido de los de vuestra propia nación las mismas cosas que ellas padecieron de los judíos, los cuales mataron al Señor Jesús y a sus propios profetas, y a nosotros nos expulsaron; y no agradan a Dios, y se oponen a todos los hombres, impidiéndonos hablar a los gentiles para que éstos se salven. (1 Tesalonicenses 2:14-16)
Desde la primera vez que Pablo predicó en Tesalónica, hasta que les escribió sus epístolas, la persecución fue un rasgo prominente del vivir para Cristo en Tesalónica. Y como Pablo lo escribió a los creyentes de esa ciudad, él estaba muy consternado sobre esta persecución y los efectos que tenía sobre ellos.
Además de sufrir persecución, la iglesia de los tesalonicenses también quedó bajo la influencia de profetas falsos.
De alguna manera, esto no es sorprendente. En primer lugar, a lo largo de la historia, cuando los cristianos han sufrido persecución por largos periodos de tiempo, a menudo ellos han anhelado que Jesús vuelva para librarlos de su aflicción. Para simplificar, los cristianos en sufrimiento tienden a orientar sus vidas completamente hacia la segunda venida de Cristo. Realmente esta vida ofrece desilusión y sufrimiento, pero nosotros dirigimos nuestra mirada hacia el día en que Jesús nos rescatará.
En segundo lugar, cuando los cristianos están muy enfocados en la segunda venida de Cristo, normalmente quedan muy susceptibles a maestros falsos o profetas falsos que tienen puntos de vista excéntricos con respecto a la segunda venida. Y esto precisamente es lo que les pasó a los tesalonicenses. Maestros falsos vinieron a la iglesia con creencias equivocadas sobre la proximidad de la segunda venida de Cristo.
Para poder apreciar el daño que causaron los maestros falsos en Tesalónica, mencionaremos dos puntos: el conflicto que se desarrolló entre los profetas falsos y Pablo, y el contenido de la enseñanza de los profetas falsos. Veamos primero que maestros falsos se oponían fuertemente a las enseñanzas de Pablo. Por ejemplo, cuando recibió de Timoteo los informes de como se encontraba la iglesia de los tesalonicenses, Pablo supo que profetas falsos habían entrado en compañerismo con los creyentes y habían hablado en contra de algunas de sus enseñanzas. Una de las reacciones de Pablo ante este problema, fue recordarles a los tesalonicenses que examinaran cada profecía que oyeran. Escuche sus palabras en 1 de Tesalonicenses capítulo 5 versículos 20 y 21:
No menospreciéis las profecías. Examinadlo todo; retened lo bueno. (1 Tesalonicenses 5:20-21)
Pablo instruyó a los tesalonicenses a "someter todo a prueba" y a "retener lo bueno" porque quería que evaluaran el contenido de cada instrucción que recibían. Ellos debían retener sólo lo bueno, desechando todo lo que no concordara con lo que sabían que era verdad de las Escrituras y de las enseñanzas de Pablo.
Pero los profetas falsos no se rindieron fácilmente. Por el contrario, continuaron enseñando y predicando sus doctrinas falsas. De hecho, es posible incluso que hayan mandado cartas bajo el nombre de Pablo en un intento por persuadir a los tesalonicenses de sus puntos de vista. Era claro que Pablo estaba angustiado sobre este tipo de actividades al escribir en 2 de Tesalonicenses capítulo 2 versículos 1 al 3:
Os rogamos, hermanos, que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar , ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra. (2 Tesalonicenses 2:1-3)
La preocupación de Pablo sobre el problema de falsificaciones también está clara en 2 de Tesalonicenses capítulo 3 versículo 17, dónde escribió:
La salutación es de mi propia mano, de Pablo, que es el signo en toda carta mía; así escribo. (2 Tesalonicenses 3:17)
Pablo agregó palabras escritas por su propia mano como una firma que distinguía sus cartas de las falsificaciones, ayudando a los tesalonicenses a identificar las cartas que eran auténticas de él, y a rechazar la profecía falsa.
Este conflicto con los profetas falsos nos lleva a otra pregunta al leer las cartas de Pablo a los tesalonicenses: ¿Qué estaban enseñando estos profetas falsos?
No podemos estar seguros de todo lo que ellos enseñaban, pero si recordamos la continua persecución en Tesalónica y examinamos el contenido de las epístolas de Pablo a los tesalonicenses, podemos deducir que los profetas falsos tenían una variedad de conceptos erróneos sobre la segunda venida de Cristo. Su principal problema, sin embargo, era que ellos creían que Jesús volvería casi inmediatamente. De hecho, tan increíble como nos parezca, algunos profetas falsos incluso habían proclamado que Cristo ya había vuelto. Escuche 2 de Tesalonicenses capítulo 2 versículos 1 al 3:
Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca. Nadie os engañe en ninguna manera. (2 Tesalonicenses 2:1-3)
Evidentemente, por lo menos algunos de los profetas falsos habían enseñado que la iglesia de Tesalónica ya se había perdido de la segunda venida de Cristo. Es posible que hayan deducido estas ideas del culto cívico de Tesalónica que adoraba a Cabirus, un héroe local asesinado, que se decía que volvía periódicamente al mundo. Los maestros falsos pueden haber aplicado este tipo de perspectiva a la fe cristiana diciéndoles a los tesalonicenses que Cristo ya había vuelto. Cualquiera que fuese la fuente de estos errores, Pablo condenó fuertemente a los profetas falsos e instruyó a los tesalonicenses a que se tomaran fuertemente de lo que él les había dicho sobre la segunda venida de Cristo.
Ahora que hemos visto cómo la persecución y la profecía falsa habían llegado a los tesalonicenses, debemos mirar algunas maneras prácticas en las que estos problemas impactaron a la iglesia.
Varias preocupaciones significantes aparecen en las cartas de Pablo a los tesalonicenses, pero nosotros nos enfocaremos en dos: el desaliento y la irresponsabilidad. Veamos primero el desaliento de los tesalonicenses.
Normalmente, cuando los cristianos creían que la segunda venida de Jesús estaba a la vuelta de la esquina, inevitablemente se desmoronaban porque Jesús no aparecía. En Tesalónica, muchos creyentes habían orientado sus vidas enteras alrededor del regreso inmediato de Cristo. Ellos habían sufrido y habían dejado mucho por causa de Cristo. Aun, cuando los meses pasaban, no sólo estaban defraudados, sino que para empeorar las cosas, varios creyentes iban muriendo. Aquéllos que permanecían vivos, se angustiaban sobre el destino eterno de los creyentes que se había ido. Esta confusión los llevó a tener dudas, y las dudas al desaliento. Escuche la manera en que Pablo sutilmente los corrigió en 1 de Tesalonicenses capítulo 4 versículos 13 y 14:
Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. (1 Tesalonicenses 4:13-14)
Pablo les aseguró a los tesalonicenses que aunque los santos que ya no estaban, habían muerto físicamente, aun estaban vivos con Cristo y que ellos acompañarían a Cristo cuando él regresara.
Además del desaliento y la confusión, el mensaje de los profetas falsos los había llevado a una vida irresponsable. Realmente no es difícil entender lo que pasó en Tesalónica. Póngase usted en su situación. Si usted creyera que el mundo se acabará el próximo mes, ¿Seguiría yendo a trabajar, o repararía su casa, o construiría escuelas? Si usted estuviera muy seguro de que Jesús va a regresar dentro de pocos días, las actividades normales ya no parecerían muy importantes.
Esto precisamente es lo que pasó en Tesalónica. Los profetas falsos convencieron a algunos del los cristianos de ahí, que ya no necesitaban mantenerse. Su posición era "¿Para qué preocuparse por el trabajo, si Jesús regresará tan pronto?" Por eso en 1 de Tesalonicenses capítulo 4 versículos 11 y 12, Pablo les dijo que deben volver a trabajar:
[Que] procuréis tener tranquilidad, y ocuparos en vuestros negocios, y trabajar con vuestras manos de la manera que os hemos mandado, a fin de que os conduzcáis honradamente para con los de afuera, y no tengáis necesidad de nada. (1 Tesalonicenses 4:11-12)
Desafortunadamente, aun después de que Pablo los había exhortado a atender sus asuntos diarios, algunos creyentes en Tesalónica ni así volvieron a sus responsabilidades. Así que, Pablo se dirigió a este asunto de nuevo en 2 de Tesalonicenses, pero esta vez fue más fuerte. En 2 de Tesalonicenses capítulo 3 versículos 6 al 12 escribió:
Pero os ordenamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis de todo hermano que ande desordenadamente, y no según la enseñanza que recibisteis de nosotros Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma. Porque oímos que algunos de entre vosotros andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino entremetiéndose en lo ajeno. A los tales mandamos y exhortamos por nuestro Señor Jesucristo, que trabajando sosegadamente, coman su propio pan. (2 Tesalonicenses 3:6-12)
Las profecías falsas sobre el regreso inminente de Cristo habían estimulado a los tesalonicenses a ser más perezosos y ociosos; y la ociosidad los llevó a otros problemas.
Vemos que en Tesalónica los problemas eran múltiples pero interrelacionados. La persecución había abierto las puertas para los conceptos erróneos sobre el regreso inmediato de Cristo. Y esas creencias falsas les trajeron problemas prácticos como el desaliento y la irresponsabilidad. Pablo esperaba que sus cartas les ayudaran a tratar con estos problemas difíciles.
Ya que hemos visto algunos problemas importantes que forman el trasfondo de las epístolas de Pablo a los tesalonicenses, estamos listos para ver el contenido de estas cartas. ¿Qué escribió Pablo a los tesalonicenses? ¿Cómo respondió a sus problemas complejos? Analizaremos brevemente cada carta a los tesalonicenses, resumiendo el contenido de sus principales secciones. Comencemos con 1 de Tesalonicenses.
1 de Tesalonicenses se divide en cinco secciones principales: Primero, un saludo, en el capítulo 1 versículo 1; segundo, un informe de agradecimiento, del capítulo 1 versículo 2 al capítulo 2 versículo 16; tercero, una discusión de la ausencia de Pablo, del capítulo 2 versículo 17 al capítulo 3 versículo 13; cuarto, las instrucciones de Pablo para la iglesia, del capítulo 4 versículo 1 al capítulo 5 versículo 22; y quinto, algunas observaciones del cierre, en el capítulo 5 versículos 23 al 28.
Las secciones primera y última de 1 de Tesalonicenses son bastante breves y directas. El saludo simplemente expresa que la carta se dirige a los tesalonicenses y que viene de Pablo. Interesantemente, también menciona a Silas y Timoteo como los coautores. Claro, Silas y Timoteo no compartieron la autoridad apostólica de Pablo, por lo que esta carta se incluye en la Biblia basándose exclusivamente en la autoridad de Pablo. No obstante, la mención de Silas y Timoteo nos muestra que Pablo escribió esta carta infalible desde una perspectiva verdaderamente humana. La sección del cierre también es bastante simple, incluye una bendición, una petición de oración y un último saludo. Pero cuando pasamos a la segunda sección de 1 de Tesalonicenses, llegamos a una parte más compleja del libro.
Toda esta sección habla de la gratitud de Pablo hacia Dios, y se divide en tres partes principales. Primero, en el capítulo 1 versículos 2 al 10, Pablo explicó que él agradeció a Dios por la paciencia de los tesalonicenses en su sufrimiento. Como hemos visto, los judíos no-creyentes y los gentiles perseguían a los creyentes en Tesalónica. Pero los creyentes no mermaron en su compromiso con Cristo. Por el contrario, su esperanza en él se fortaleció. Escuche como Pablo los alabó en 1 de Tesalonicenses capítulo 1 versículos 6 y 7:
Y vosotros vinisteis a ser imitadores de nosotros y del Señor, recibiendo la palabra en medio de gran tribulación, con gozo del Espíritu Santo, de tal manera que habéis sido ejemplo a todos los de Macedonia y de Acaya que han creído. (1 Tesalonicenses 1:6-7)
Los tesalonicenses respondieron alegremente a la persecución y su fidelidad era ejemplar. En el capítulo 2 versículos 1 al 12, Pablo continuó expresando gratitud por el conocimiento de los tesalonicenses de primera mano de él. Esto era importante porque en consecuencia los profetas falsos habían desafiado las doctrinas de Pablo. En 1 de Tesalonicenses capítulo 2 versículos 9 y 10 él escribió a estas palabras:
Porque os acordáis, hermanos, de nuestro trabajo y fatiga; cómo trabajando de noche y de día, para no ser gravosos a ninguno de vosotros, os predicamos el evangelio de Dios. Vosotros sois testigos, y Dios también, de cuán santa, justa e irreprensiblemente nos comportamos con vosotros los creyentes. (1 Tesalonicenses 2:9-10)
Los profetas falsos trataron de desacreditar a Pablo diciendo que él se había aprovechado de los tesalonicenses, que los había desencaminado y había abusado de su autoridad sobre ellos. Al parecer, por lo menos algunos de los creyentes habían empezado a creer estos rumores falsos. Por esta razón, Pablo les dijo cuan feliz le hacía el hecho de que ellos lo habían visto con sus propios ojos. Y claro, lo dijo para recordarles a los tesalonicenses que ellos lo conocían bastante bien para rechazar estas falsas imputaciones.
De una manera muy parecida, en la tercera sección de agradecimiento, encontrada en el capítulo 2 versículos 13 al 16, Pablo agradeció que los tesalonicenses hubieran reconocido su autoridad. Escuche la manera en que lo puso en 1 de Tesalonicenses capítulo 2 versículo 13:
Por lo cual también nosotros sin cesar damos gracias a Dios, de que cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes. (1 Tesalonicenses 2:13)
Los tesalonicenses habían recibido las enseñanzas de Pablo como la misma Palabra de Dios, esto le dio confianza de que ellos permanecerían fieles a su enseñanza y rechazarían a los profetas falsos.
Habiendo motivado a los tesalonicenses a extender su fidelidad diciéndoles cuan agradecido estaba con ellos, Pablo pasó a la tercera sección principal de la epístola capítulo 2 versículo 17 al capítulo 3 versículo 13. Aquí, él se dirigió a la separación creada por sus viajes. Esta sección también se divide en tres partes principales.
Desde el capítulo 2 versículo 17 hasta el capítulo 3 versículo 5, Pablo les dejó claro a los tesalonicenses sobre su continua preocupación sincera por ellos. Y demostró esta preocupación enviando a Timoteo a que los visitara. Escuche las palabras de Pablo en 1 de Tesalonicenses capítulo 3 versículos 1 y 2:
Por lo cual, no pudiendo soportarlo más, acordamos quedarnos solos en Atenas, y enviamos a Timoteo nuestro hermano, servidor de Dios y colaborador nuestro en el evangelio de Cristo, para confirmaros y exhortaros respecto a vuestra fe. (1 Tesalonicenses 3:1-2)
Además de su preocupación pastoral, en el capítulo 3 versículos 6 al 10, Pablo expresó alegría con las noticias que Timoteo trajo de Tesalónica: los creyentes estaban firmes en su fe y extrañaban a Pablo tanto como él los extrañaba. Estas noticias estremecieron a Pablo tanto que en 1 de Tesalonicenses capítulo 3 versículos 8 y 9, escribió:
Porque ahora vivimos, si vosotros estáis firmes en el Señor. Por lo cual, ¿qué acción de gracias podremos dar a Dios por vosotros, por todo el gozo con que nos gozamos a causa de vosotros. (1 Tesalonicenses 3:8-9)
Al escuchar las buenas noticias de Timoteo, la preocupación de Pablo se tornó en alegría y confianza.
En tercer lugar, en el capítulo 3 versículos 11 al 13, Pablo oró por los tesalonicenses, pidiéndole al Padre que "dirigiera su camino" para visitarlos de nuevo.
La cuarta sección principal de esta carta, va desde el capítulo 4 versículo 1 hasta el capítulo 5 versículo 22.
Muchos de los creyentes tesalonicenses habían estado tan distraídos por la idea del regreso inmediato de Cristo, que habían perdido el interés en la vida del mundo presente. Así que, Pablo les dio varias instrucciones para corregir los problemas existentes y prevenir el futuro. Él no quería que los tesalonicenses perdieran la esperanza de que Jesús volvería, pero quería que reconocieran que Cristo no podía regresar tan rápido. Quería que vivieran como el Señor lo había mandado.
Esta sección es relativamente larga y está compuesta de una breve introducción seguida por la parte principal de la instrucción de Pablo:
Primero, el capítulo 4 versículos 1 y 2 son la parte introductoria de la sección. Aquí, Pablo encomendó a los tesalonicenses en conjunto, obedecer sus mandatos anteriores. Claro, él sabía que la tentación de desobedecer sus instrucciones era fuerte debido a la abundante—tal vez incluso explícita—libertad prometida por los antagonistas, de las responsabilidades y límites terrenales. Así que, Pablo recordó a los tesalonicenses que su enseñanza llevaba la autoridad del Señor Jesucristo; el mismo Dios reencaminaría a los tesalonicenses si ellos descuidaran sus palabras.
Segundo, desde el capítulo 4 versículo 3 al capítulo 5 versículo 22, Pablo mencionó varias áreas específicas en las que esperaba que los tesalonicenses cristianos pudieran protegerse del pecado y aumentar su obediencia a Cristo. Como lo hemos mencionado, él prestó particular atención a los pecados que pudieran promulgarse en la enseñanza falsa en la iglesia de los tesalonicenses.
Pablo comenzó en el capítulo 4 versículos 3 al 8 con mandatos de ser sexualmente puro. Históricamente, la inmoralidad sexual ha caracterizado a muchos grupos que han creído que el fin del mundo está a la mano. Tal vez el ejemplo más relevante puede encontrarse en el culto cívico de la misma Tesalónica, en el que se celebraba en adoración, el supuesto regreso del dios Cabirus que involucraba una conducta de inmoralidad sexual. Pablo terminó esta sección con gran énfasis al anotarse otro acierto de la autoridad divina que respaldaba sus palabras.
En el capítulo 4 versículos 9 y 10, Pablo alabó a los tesalonicenses por su amor fraternal, y los animó a que se amaran al máximo. El contexto de este capítulo implica que una manera concreta de demostrar el amor, es ser autosuficiente para evitar convertirse en una carga para otros.
En el capítulo 4 versículos 11 y 12, Pablo mandó a los tesalonicenses a que se comprometieran a un oficio digno y a trabajar diariamente. Algunos creyentes tesalonicenses estaban tan fascinados con la idea de que Jesús regresaría en un futuro inmediato, que habían dejado de ocuparse de sus trabajos diarios. Como estas personas no eran adineradas, rápidamente se volvieron una carga financiera para la iglesia de los tesalonicenses. Es más, la pereza que mostraban, dañaba la credibilidad de la iglesia ante los ojos de los incrédulos.
En el capítulo 4 versículos 13 al 18, el apóstol exhortó a los tesalonicenses a animarse entre sí, con la esperanza de reunirse en un futuro con sus seres queridos que habían muerto en el Señor. Tristemente, la enseñanza falsa había ocasionado que algunos temieran que nadie que hubiera muerto antes de que Jesús volviera, se salvaría.
En el capítulo 5 versículos 1 al 11, Pablo le recordó a la iglesia que el Señor condenará al desobediente y premiará al que guarde la fe cuando él regrese. Lejos de ser un motivo para la indisciplina e inmoralidad, Pablo quiso aclarar que el regreso de Cristo debe motivar a todos los creyentes a vivir vidas santas.
En el capítulo 5 versículos 12 y 13, Pablo reafirmó la autoridad de los líderes justos de la iglesia en Tesalónica. Él dejó hombres a cargo de sostener la doctrina, y probablemente estos hombres se oponían a los maestros falsos. Como resultado, la iglesia de los tesalonicenses recibió una dualidad de mensajes, por un lado de sus verdaderos líderes, y por el otro usurpadores. Pablo dejó claro que la enseñanza del liderazgo establecido, debía seguirse, y la enseñanza de los profetas falsos debía ser rechazada.
En los versículos restantes, Pablo tocó diversos puntos, todos dirigidos a reafirmar sus enseñanzas anteriores en esta sección, y a prevenir a las personas de reacciones desmedidas a los problemas causados por los maestros falsos:
En el capítulo 5 versículo 14, indicó que la iglesia debe amonestar en lugar de consentir a los perezosos. Pero él no quería que excluyeran a todos los que no pudieran mantenerse por sí solos, por lo que también les recordó que vieran por los verdaderamente necesitados.
En el capítulo 5 versículo 15 reprendió el maltrato de los creyentes que habían caído bajo la influencia de maestros falsos, exhortándolos a devolver el bien por el mal.
En el capítulo 5 versículos 16 al 18, Pablo los alentó a estar alegres en medio de las dificultades que la iglesia estaba enfrentando, y una vez más afirmó la autoridad divina que respaldaba su enseñanza.
En el capítulo 5 versículos 19 al 22, dejó claro que su oposición a los profetas falsos, no era un rechazo a toda nueva profecía y enseñanza. Más bien, que cualquier declaración debía ser cuestionada, y sólo desechar lo falso.
Estas múltiples instrucciones, tocaron muchas inquietudes prácticas diferentes. En cada caso, la actitud de Pablo fue muy positiva. Los tesalonicenses habían actuado bien, y Pablo les felicitó. Pero les exhortó a continuar creciendo en su fe y servicio a Cristo.
Ahora que hemos visto una apreciación global de 1 de Tesalonicenses, debemos pasar al contenido y estructura de 2 de Tesalonicenses.
2 Tesalonicenses también se divide en cinco secciones principales: Un saludo en el capítulo 1 versículos 1 y 2; otro informe de agradecimiento y estímulo en el capítulo 1 versículos 3 al 10; La oración de Pablo por los tesalonicenses en el capítulo 1 versículos 11 y 12; Las instrucciones de Pablo en el capítulo 2 versículo 1 al capítulo 3 versículo 15; Y un cierre en el capítulo 3 versículos 16 al 18.
El comienzo de la segunda carta de Pablo a los tesalonicenses se parece mucho a la primera. El saludo es breve y directo, indica que la carta se escribió a la iglesia en Tesalónica; Y así como con 1 de Tesalonicenses, el saludo explica que la carta no viene sólo de Pablo, sino también de Silas y Timoteo. Ahora como ya lo dijimos, Silas y Timoteo no eran infalibles y no escribieron con autoridad apostólica. No obstante, la paternidad literaria de Pablo nos asegura que todo lo escrito en la carta es verdad y su autoridad nos demanda obedecer y creer todo lo que la carta enseña. De hecho, cuando vemos el breve cierre de la carta, nos queda claro que Pablo realmente es el principal autor. Podemos discernir esto porque Pablo, y sólo Pablo, físicamente firmó la carta para su autenticidad en contra de las falsificaciones.
En la segunda sección, que se encuentra en el capítulo 1 versículos 3 al 10, Pablo dio gracias una vez más por la fe y el amor de los tesalonicenses, sobre todo ante la persecución. Aunque tuvo que escribirles una segunda vez mencionando algunos de los mismos problemas que ya había confrontado en su primera carta, Pablo seguía realmente impresionado con los tesalonicenses. También los animó diciéndoles otra vez cuan ejemplar era su fe, y cómo los había alabado ante otras iglesias sobre su perseverancia. Escuche sus palabras en 2 de Tesalonicenses capítulo 1 versículo 4:
Nos gloriamos de vosotros en las iglesias de Dios, por vuestra paciencia y fe en todas vuestras persecuciones y tribulaciones que soportáis. (2 Tesalonicenses 1:4)
En la tercera sección, que se encuentra en el capítulo 1 versículos 11 y 12, Pablo explicó que constantemente oraba por los tesalonicenses, que no estaban solos en sus tribulaciones. Él, Timoteo, y Silas oraban día tras día para que Dios trabajara con poder en ellos asegurándose de que permanecieran fieles y fructíferos en su servicio a Cristo.
La cuarta sección consiste en una serie de instrucciones, que van del capítulo 2 versículo 1 al capítulo 3 versículo 15. Esta extensa sección conforma la parte principal de la carta. Las instrucciones de Pablo se dividen en tres partes:
Primero, en el capítulo 2 versículos 1 al 17, Pablo los instruyó sobre el regreso de Cristo. Analizaremos estos versículos más detalladamente más adelante en esta lección, por ahora simplemente veremos que Pablo negó que Cristo ya hubiera regresado. Como lo puso en el capítulo 2 versículo 3:
Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición. (2 Tesalonicenses 2:3)
Luego, en el capítulo 3 versículos 1 al 5, Pablo le pidió a los tesalonicenses que oraran por la seguridad y el éxito en su ministerio, por él y por sus colaboradores.
Tercero, en el capítulo 3 versículos 6 al 15, Pablo emitió una advertencia contra la irresponsabilidad, diciendo a los tesalonicenses que volvieran a trabajar y a ganarse la vida por sí mismos. Como lo puso en el capítulo 3 versículo 10:
Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma. (2 Tesalonicenses 3:10)
Las dos breves cartas de Pablo a los tesalonicenses son similares de muchas maneras. Las dos expresan su alegría y confianza en esta iglesia, así como su gratitud por su fidelidad en su ausencia. Incluso, Pablo sabía de los serios problemas que habían surgido en su ausencia, por lo que instruyó a los tesalonicenses no sólo una ocasión, por lo menos dos veces, escribiendo estas dos cartas. Su principal preocupación era que fueran fieles a Cristo y a su enseñanza, viviendo responsablemente sus vidas diarias y adquiriendo una perspectiva apropiada sobre el regreso del Señor.
Hasta este momento hemos explorado el trasfondo de las cartas de Pablo a la iglesia en Tesalónica y el contenido básico de estas epístolas. Ahora podemos pasar a nuestro tercer tema. ¿Cómo reflejaron estas epístolas la doctrina teológica central de Pablo de los "últimos días", es decir, su escatología?
En sus cartas a los tesalonicenses, Pablo abordó problemas específicos relacionados con sus vidas. Escribió sobre los profetas falsos y sobre una vida responsable y llena de fe, de la misma manera que corrigió sus puntos de vista sobre la segunda venida de Cristo. Pero como lo hemos visto en lecciones anteriores, es útil distinguir las enseñanzas específicas que Pablo incluyó en estas cartas desde los mandatos teológicos más básicos que unían las piezas de todo lo que enseñó. Como en sus otras cartas, las epístolas de Pablo a los tesalonicenses salieron del corazón de su teología, a la que hemos llamado su escatología.
Usted recordará que la escatología de Pablo provino de perspectivas comunes en el Antiguo Testamento del plan de Dios para la historia. La gran mayoría de judíos en el primer siglo, creía que la historia se dividía en dos eras: "esta era" y "los tiempos venideros." "Esta era" era un término técnico que designaba la era presente de pecado, juicio y muerte. Pero "los tiempos venideros" eran la era del juicio final contra los enemigos de Dios y las bendiciones últimas para el pueblo de Dios. En esta perspectiva, la venida del Mesías o Cristo era el punto que marcaría entre estas dos eras. Cuando el Mesías viniera, traería consigo el fin de esta era y presentaría las maravillas de los tiempos venideros.
Ahora, como seguidores de Cristo, Pablo y los otros apóstoles modificaron este modelo de dos-eras de la historia. Ellos sabían que Jesús era el Mesías y que Jesús había inaugurado los tiempos venideros. Pero también sabían que los tiempos venideros no habían llegado en su plenitud, así mismo, que esta era no había terminado. Así que, explicaron que los seguidores de Cristo viven en un periodo que puede describirse como "ya y todavía no," un tiempo en el que la próxima era de la salvación eterna "ya" está aquí de ciertas maneras, pero "todavía no" está aquí en su plenitud.
Este modelo de escatología ocasionó algunas disputas en la iglesia primitiva porque naturalmente surgía la pregunta: ¿Cuánto de los tiempos venideros ya está aquí? Conforme los cristianos buscaban respuesta a esta pregunta, algunos tomaron posiciones extremas. Como lo vimos en la lección de Pablo y los gálatas, algunos cristianos actuaron como si los tiempos venideros no hubiera llegado de ninguna manera significante, subestimando lo mucho que Cristo había logrado en su primera venida. Nosotros llamamos a esta desequilibrada perspectiva "escatología minimizada".
En Tesalónica, sin embargo, prevalecía el otro extremo. Los tesalonicenses desarrollaron lo que nosotros podríamos llamar una "escatología sobre-entusiasta". Bajo la influencia de profetas falsos, muchos creían que la consumación de los tiempos venideros ya había ocurrido o que simplemente estaban a la vuelta de la esquina. Y debido a esto, trataban muchos aspectos de la vida en esta era como insignificantes.
Pablo se dio cuenta de que esta "escatología sobre-entusiasta" había llevado a los tesalonicenses a serios problemas. Así que, les escribió para darles una perspectiva más equilibrada del traslape entre esta era y los tiempos venideros.
Pablo respondió al problema de los tesalonicenses intentando equilibrar su manera de ver los tiempos finales. Él hizo esto por lo menos de tres maneras importantes. Primero, explicó la doctrina de la salvación de manera que equilibraba la escatología de los tesalonicenses. Segundo, Pablo relacionó su entendimiento de los tiempos finales a la moralidad o ética cristiana. Y tercero, les mostró a los tesalonicenses su relación entre su posición histórica y los eventos que preceden al regreso de Cristo. Veamos primero la manera en que la doctrina de la salvación de Pablo ayudó a los tesalonicenses a encontrar equilibrio en su escatología.
Pablo intentó enfriar la escatología sobre-entusiasta de los tesalonicenses, atrayendo su atención al mostrarles una magnitud de la salvación en Cristo que ellos ignoraban en gran manera. Bajo la influencia de profetas falsos, muchos tesalonicenses identificaban la salvación completamente con las bendiciones que vendrían con el regreso de Cristo. No importaba nada más que la salvación que vendría al regreso de Cristo. Para oponerse a esta exageración sobre el futuro, Pablo señaló que la salvación que se aplicaría cuando Cristo regresara, dependía de la salvación que ya había tenido lugar.
2 de Tesalonicenses capítulo 2 versículos 13 y 14 muestra una declaración útil de las perspectivas que Pablo quería que los tesalonicenses tuvieran. Escuche sus palabras:
Pero nosotros siempre tenemos que dar gracias a Dios por ustedes, hermanos amados por el Señor, porque Dios los escogió para que fueran los primeros en alcanzar la salvación por medio del Espíritu que los hace santos y de la verdad en que han creído. Para esto los llamó Dios por medio del evangelio que nosotros anunciamos: para que lleguen a tener parte en la gloria de nuestro Señor Jesucristo. (2 Tesalonicenses 2:13-14)
Podría decirse mucho sobre estos versículos, pero nosotros tomaremos nota de tres dimensiones de la salvación presentadas aquí. Veremos primero cómo Pablo atrajo la atención hacia la salvación en el pasado, después veremos su preocupación por la salvación futura; y finalmente analizaremos cómo este pasaje menciona dimensiones presentes o actuales de la salvación. Veamos primero la manera en que Pablo describió la salvación en el pasado.
Con respecto a las dimensiones del pasado de la salvación, Pablo habló de la elección o preferencia de Dios por los tesalonicenses. Pablo dijo que Dios "escogió" a los tesalonicenses, lo que quiere decir que antes de que los tesalonicenses vinieran a la fe por medio de la predicación del evangelio de Pablo, Dios ya había decidido que amaba a los tesalonicenses e iba a salvarlos. Esta elección de hecho fue hecha antes de que Dios creara el mundo.
Escuche cómo Pablo habló sobre la elección de Dios de las personas para la salvación, en Efesios capítulo 1 versículo 4:
Nos escogió en él [Cristo] antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él. (Efesios 1:4)
Esta idea también parece estar presente en 2 de Tesalonicenses capítulo 2 versículo 13, dónde Pablo escribió:
Pero nosotros debemos dar siempre gracias de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad. (2 Tesalonicenses 2:13)
El punto de Pablo está claro, los tesalonicenses fueron salvos porque Dios los escogió para la salvación. La salvación no está fundada en las elecciones que los seres humanos hacen en la historia, sino en la eterna voluntad de Dios.
Ahora, es importante comprender, que para Pablo, la elección no fue una acción tomada a la ligera y de manera caprichosa. Como ya hemos leído en Efesios capítulo 1 versículo 4, la elección de Dios fue hecha "en Cristo". De la misma manera que lo hemos visto en otras lecciones, ser hecha "en Cristo" significa estar en unión con Jesús, de manera que cuando él pasó de esta era a la siguiente por medio de su muerte y resurrección, nosotros también, porque estamos unidos a él, pasamos de esta era a los tiempos venideros. Así que, cuando Pablo les recordó a los tesalonicenses de su elección, tenía en mente que Dios los había escogido para estar unidos con Jesús y pasar junto con él, de esta era, a los tiempos venideros.
Por eso es que Pablo también escribió sobre otra dimensión de la salvación de los tesalonicenses que había ocurrido en el pasado: su conversión.
Note que en 2 de Tesalonicenses capítulo 2 versículo 14 Pablo dijo que:
A lo cual os llamó mediante nuestro evangelio. (2 Tesalonicenses 2:14)
Dios llamó a los tesalonicenses a la salvación por medio del evangelio. Aquí Pablo se refirió al tiempo cuando él había predicado el evangelio de Cristo a los tesalonicenses durante su segundo viaje misionero. Ellos habían oído y habían creído las buenas nuevas de Cristo, y esta reacción inicial positiva al evangelio, les trajo la salvación.
En 1 de Tesalonicenses capítulo 1 versículos 4 y 5, Pablo habló de la salvación como algo que tuvo lugar, tanto en la elección eterna de Dios, como desde el primer momento en el que los tesalonicenses creyeron.
Porque conocemos vuestra elección; pues nuestro evangelio no llegó a vosotros en palabras solamente, sino también en poder, en el Espíritu Santo y en plena certidumbre. (1 Tesalonicenses 1:4-5)
La conversión de los tesalonicenses es la prueba de que Dios ya los había escogido para la salvación. Al mencionar estas dimensiones pasadas de la salvación que ya se habían realizado en las vidas de los tesalonicenses, Pablo reafirmó el evangelio que ya les había predicado, y les aseguró que ya habían experimentado ciertos aspectos de la salvación.
La segunda manera en que Pablo atrajo la atención hacia la salvación en sus cartas a los tesalonicenses, estaba enfocada en las dimensiones futuras de su salvación.
Por ejemplo, en 1 de Tesalonicenses capítulo 1 versículo 10 Pablo escribió que los creyentes deben:
Esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera. (1 Tesalonicenses 1:10)
De una manera muy parecida, en 2 de Tesalonicenses capítulo 2 versículo 14, indicó que el final de la redención divina es:
Alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo. (2 Tesalonicenses 2:14)
A pesar de que los tesalonicenses estaban demasiado preocupados por el regreso de Cristo, Pablo sabía que el regreso futuro de Cristo traería la salvación a su consumación. Tal como lo sabían muy bien todos los tesalonicenses, la última meta de la salvación, es la liberación final de la ira divina y la glorificación de los seguidores de Cristo. Pablo no tuvo miedo en admitir, que en el futuro nosotros experimentaremos una transformación radical y completa a un estado inimaginable de honor y gloria conforme reinemos con Cristo en los nuevos cielos y la nueva tierra.
En tercer lugar, además de mencionar los aspectos pasados y futuros de la salvación, Pablo habló también de la salvación como una realidad presente continua. Él mencionó esta dimensión de la salvación de dos maneras en 2 de Tesalonicenses capítulo 2 versículo 13.
Dios los escogió para que fueran los primeros en alcanzar la salvación por medio del Espíritu que los hace santos y de la verdad en que han creído. (2 Tesalonicenses 2:13)
Por otro lado, Pablo señaló que la salvación estaba llegando a los tesalonicenses "por medio del Espíritu." Como hemos visto en otras lecciones, hubo un gran derramamiento del Espíritu Santo entre el pueblo de Dios, cuando Cristo ascendió a las alturas. Y Pablo señaló que ésta era una bendición de los tiempos venideros. De hecho, en Efesios capítulo 1 versículo 14, él llamó al Espíritu Santo el "anticipo" de nuestra herencia de los maravillosos tiempos venideros. Así que, cuando mencionó al Espíritu trabajando en los tesalonicenses, Pablo atrajo su atención al asombroso hecho de que ellos ya estaban experimentando una medida de la herencia que esperaban tan ansiosamente.
El ministerio del Espíritu es de suma importancia en esta transición entre esta era y los tiempos venideros. La corrupción de pecado y muerte de esta era, continuamente busca destruir a los creyentes. Pero como una prueba anticipada de los tiempos venideros, el Espíritu constantemente nos purifica y nos separa de la corrupción del mundo.
Por otro lado, Pablo también señaló dimensiones de la salvación, al mencionar que hay salvación por la verdad en que han creído en 2 de Tesalonicenses capítulo 2 versículo 13. Aquí habló de la responsabilidad de todos los creyentes de mantener sus compromisos con Dios y la fe cristiana, exhortando a los tesalonicenses a alejarse de la profecía falsa y amar la verdad que él les llevó. La fe permanente en la verdad, era una dimensión esencial del presente trabajo de la salvación de Cristo en sus vidas.
A lo largo de la historia de la iglesia han existido grupos de cristianos, que como los tesalonicenses, ha enfocado tanto su atención en la segunda venida de Cristo, que no han comprendido los privilegios y responsabilidades que traen consigo, las dimensiones pasadas y presentes de la salvación. Aunque nosotros no queremos jamás perder de vista el regreso de Cristo en gloria, debemos siempre recordar lo mucho que Dios ya ha hecho por nosotros, y comprender lo mucho que sigue haciendo por nosotros.
Pablo no sólo se opuso a la escatología sobre-entusiasta en Tesalónica dando énfasis a los aspectos de la salvación pasados y presentes, sino también enfatizando la vida cristiana ética. Para ver cómo su enseñanza ética reflejó su escatología, veremos dos temas: el proceso de la salvación, y la importancia de vivir éticamente. Veamos primero la manera en que la escatología de Pablo demostró una progresión de las dimensiones pasadas y presentes de la salvación, a las bendiciones futuras.
Pablo mostró un cuadro bastante completo del proceso de la salvación en 2 de Tesalonicenses capítulo 2 versículo 14.
Os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo. (2 Tesalonicenses 2:14)
Pablo escribió que los tesalonicenses serían santificados y creerían en la verdad para que lleguen a tener parte en la gloria de nuestro Señor Jesucristo. Pablo expresó una idea similar en su oración en 1 de Tesalonicenses capítulo 3 versículo 13:
Para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos. (1 Tesalonicenses 3:13)
Los tesalonicenses anhelaban el regreso de Cristo con todos sus santos, y Pablo reafirmó este deseo. Pero él también oró para que ellos se fortalecieran en su compromiso diario con Cristo, así, cuando Cristo volviera, encontrara a los tesalonicenses aceptables. La salvación futura en la gloria eterna, es el fin o meta de un proceso. Dios diseñó nuestras experiencias pasadas y presentes de la salvación, para llevarnos a la etapa futura de la salvación. Y sin las etapas pasadas y presentes, la salvación futura no puede alcanzarse.
Describiendo el pasado, el presente y aspectos futuros de la salvación, Pablo dijo que un paso necesario en este proceso, era la vivida ética día con día. Para abreviar, él escribió que creyentes activos que no viven rectamente, no pueden completar el proceso, porque realmente nunca lo han empezado. Al tocar este punto, Pablo les recordó a los tesalonicenses, que aunque ellos estaban bien al esperar las bendiciones del regreso de Cristo, también necesitaban concentrarse en las circunstancias presentes de sus vidas, si querían recibir esas bendiciones futuras.
Ahora, por medio de otros pasajes, podemos estar seguros de que Pablo no creía que los verdaderos creyentes en Cristo pudieran perder su salvación. Por ejemplo, en Filipenses capítulo 1 versículo 6 Pablo les dijo a los filipenses:
Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo. (Filipenses 1:6)
Incluso, escuche la manera en que Pablo los exhortó en 1 de Tesalonicenses capítulo 5 versículos 5 al 9:
Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas. Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios. Pues los que duermen, de noche duermen, y los que se embriagan, de noche se embriagan. Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos vestido con la coraza de fe y de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo. Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo. (1 Tesalonicenses 5:5-9)
El punto de vista triple básico de la salvación de Pablo, aparece de nuevo en este pasaje.
En el pasado, los tesalonicenses eran de la luz y del día. Ellos ya habían recibido este estatus especial ante los ojos de Dios. Se habían vuelto fieles, amorosos y con esperanza en la salvación. Como ya habían experimentado la salvación en el pasado, Pablo insistió que tenían una obligación de continuar en la salvación en el presente: seamos sobrios, es decir, "estemos siempre en nuestro sano Juicio. Y más allá de esto, Pablo dijo que la razón por la que los cristianos debemos estar siempre en nuestro sano juicio, y protegernos, como con una coraza, con la fe, la esperanza y el amor, es que nuestra salvación futura depende en esto. Dios no quiere que suframos su ira, sino que recibamos la salvación. Pero también ha fijado nuestra fidelidad presente, como el medio para obtener nuestra salvación futura.
A la luz de esto, Pablo incluyó muchas instrucciones morales en 1 y 2 de Tesalonicenses. Por ejemplo, como ya hemos visto en 1 de Tesalonicenses capítulo 4 versículo 3 al capítulo 5 versículo 22, él los exhortó a: trabajar con sus manos para sostenerse, abstenerse de la inmoralidad sexual, amar y preocuparse por su prójimo, pagar el mal con el bien y llevar una vida santa.
Estas y otras instrucciones específicas a los tesalonicenses surgieron de la firme convicción de Pablo, de que los cristianos viven en un tiempo en el que la salvación ya es una realidad presente.
La escatología de Pablo demostró una progresión de las dimensiones de la salvación pasadas y presentes, a las bendiciones futuras.
Una tercera manera en la que Pablo buscó corregir la escatología sobre-entusiasta de los tesalonicenses fue en su descripción de la posición histórica, con relación a los eventos que preceden el regreso de Cristo.
Varios creyentes en Tesalónica estaban confundidos acerca de los eventos históricos que debían acompañar el regreso del Señor. Algunos de ellos incluso habían sido engañados, haciéndolos pensar que Cristo ya había vuelto, y que ellos ni se habían dado cuenta de su venida. Otros creían que aunque Cristo no había venido todavía, ciertamente llegaría en un futuro inmediato. Pablo respondió a estas ideas equivocadas recordando a los tesalonicenses que varios eventos tenían que preceder el regreso de Cristo y que estos eventos aun no llegaban.
Escuche lo que escribió en 2 de Tesalonicenses capítulo 2 versículos 1 al 8:
Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio. Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida. (2 Tesalonicenses 2:1-8)
Este pasaje les ha fascinado a diversos intérpretes desde los primeros días de la iglesia y han existido muchas opiniones diferentes de lo que significa. En términos generales, podemos decir que Pablo les enseñó a los tesalonicenses que su escatología sobre-entusiasta estaba equivocada porque ciertos eventos debían tener lugar antes de que Cristo volviera en gloria.
Según este pasaje, había por lo menos cuatro cosas tenían que suceder antes de que Cristo volviera: Uno el plan secreto de la maldad o misterio de la iniquidad, debía estar en marcha y ser quitado; Dos debía ocurrir una rebelión o apostasía; Tres el que ahora está deteniendo el plan secreto de la maldad, debía ser quitado; y Cuatro el malvado debía aparecer o ser revelado.
Los intérpretes han entendido estos cuatro elementos de muchas maneras diferentes, y nosotros no podremos establecer cada punto aquí para satisfacer a todos. Así que, a estas alturas simplemente presentaremos algunos puntos de vista en general que nos parecen más convincentes.
En primer lugar, Pablo declaró que el plan secreto de la maldad o misterio de la iniquidad ya estaba activo, y que estaba refrenado. Pero no identificó este plan secreto. Sin embargo, en 2 de Tesalonicenses capítulo 2 versículos 7 al 9, Pablo asoció el plan secreto explícitamente con el enemigo de la iglesia, Satanás. Esto nos da una idea de que bien puede ser demoníaco en naturaleza. También considere que Pablo dijo que la iglesia estaba principalmente en conflicto con seres espirituales, y no con gobernantes terrenales.
Tal como lo escribió en Efesios capítulo 6 versículo 12:
Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. (Efesios 6:12)
Pablo no negó que los poderes demoníacos tengan colegas terrenales, como los malos gobiernos humanos e individuos que se volvieron contra Cristo. Pero él exhortó a que los creyentes pensaran primero en lo que se refiere a la actividad demoníaca, y a ver los conflictos terrenales como una extensión de la guerra espiritual.
Es más, a lo largo de sus cartas, Pablo mencionó frecuentemente detalles de guerra espiritual que estaban a la par con el plan secreto y con el que lo estaba refrenando. Por ejemplo, en Colosenses capítulo 2 versículos 15 al 20 y en Gálatas capítulo 4 versículos 8 y 9, enseñó que la crucifixión de Cristo despojó de su poder a los demonios que tenían poder sobre muchos creyentes antes de que vinieran a la fe, y que el ministerio del Espíritu Santo liberó a los creyentes de éstos débiles dioses falsos. Esencialmente, estas fuerzas demoníacas aun estaban activas, pero estaban refrenadas por el poder de Dios.
Por estas razones, parece mejor ver el el plan secreto de la maldad, o misterio de la iniquidad como una fuerza demoníaca que ejerce poder en los reinos celestiales, oponiéndose a Dios, autorizando maestros falsos y promoviendo la religión falsa. Respectivamente, el que ahora lo está deteniendo, o quizás el refrenamiento, también estará activo principalmente en el mundo espiritual, siendo tal vez un ángel, un grupo de ángeles o incluso el mismo Espíritu Santo.
En segundo lugar, Pablo aseguró a los tesalonicenses que Cristo no volvería hasta que hubiera una rebelión o apostasía. Como el que ahora lo está deteniendo aun estaba activo cuando Pablo escribió, la rebelión aun no había tenido lugar, por consiguiente, Cristo todavía no había vuelto. Parece que la mejor manera de entender la rebelión o la apostasía, es hacer una equivalencia con lo que Juan llama la batalla a lo largo de Apocalipsis. En Apocalipsis capítulo 16 versículo 14, está la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso. En Apocalipsis capítulo 19 versículo 19 está la guerra contra el que montaba el caballo. En Apocalipsis capítulo 20 versículos 8 y 9 la batalla es [contra el] campamento de los santos y la ciudad amada.
Esta rebelión consiste en aglomerar las fuerzas del mal contra Dios en el último día del Señor. No ocurrirá sino hasta el final de los tiempos. Y en ese momento, Cristo destruirá absolutamente a todos los que se han levantado contra él.
Más allá de esto, Pablo indicó que la rebelión nunca podría tener lugar hasta que el que ahora lo está deteniendo, dejara de detener el plan secreto de la maldad.
Porque los tesalonicenses estaban concientes del trabajo activo y continuo del que ahora lo detiene, no debían tener ningún temor de que ya se hubieran perdido de la llegada de Cristo.
Finalmente, Pablo mencionó que Cristo no volvería hasta que aquel malvado de la iniquidad fuera descubierto.
De la descripción de Pablo en 2 de Tesalonicenses capítulo 2 versículos 4 al 9, el malvado de la iniquidad parecería ser una clase de parodia de Jesucristo encarnado. Por ejemplo, el versículo 8 dice que, igual que Jesús, él aparecerá. El versículo 6 indica que él no aparecerá antes de su debido tiempo. El versículo 9, llegará con mucho poder, y con señales y milagros falsos. Y el versículo 4 dice que llegará haciéndose pasar por Dios.
Se han hecho muchas especulaciones con respecto a la identidad del malvado de la iniquidad. Algunos han pensado que es una figura política específica, como el emperador romano Nerón Claudio César en el primer siglo. Otros han pensado que es un tipo de figura política que se repite en cada era. Por ejemplo, aunque Nerón fue el primer perseguidor tiránico de la iglesia, fue seguido por emperadores como Marco Aurelio que tampoco era amigo de la iglesia.
Quizás la mejor explicación es, que el malvado de la iniquidad es una sola figura humana, que aun no ha sido revelada, quién tendrá influencias en la última generación antes de que Cristo vuelva, a quien Juan llamó el Anticristo en 1 de Juan capítulo 2 versículo 18.
Aunque los estudiosos discrepan con respecto al significado preciso de cada uno de estos elementos, por lo menos podemos estar seguros del punto más importante de Pablo. Algunos de los tesalonicenses habían llegado tan lejos en su fervor por el regreso de Cristo, que creían que Jesús ya había vuelto, y que no habían sido glorificados con él como se les había prometido. Así que, Pablo reiteró que tenían que pasar varias cosas antes de la segunda venida de Cristo. Como estas cosas no habían salido a la luz, estaba claro que Jesús no había vuelto aun.
Pablo señaló que el regreso de Cristo, estaba más lejos de lo que los tesalonicenses pensaban, para abrir sus ojos a la importancia de sus vidas presentes. Es por las mismas razones, que cada vez que nosotros estamos tan interesados en la proximidad del regreso de Cristo, estamos tentados a descuidar esta vida, debemos recordar cuan importante es que nos comprometamos con las responsabilidades y problemas de la vida de, ya, pero todavía no.
En esta lección hemos visto cómo Pablo respondió a los problemas que surgieron en la iglesia de Tesalónica. Hemos explorado el trasfondo de su relación con los tesalonicenses. Hemos visto el contenido de sus cartas a los tesalonicenses. Finalmente, hemos visto cómo Pablo aplicó el corazón de su teología a los problemas en Tesalónica, exhortando a los creyentes a enfriar o refrescar su escatología sobre-entusiasta y a prestar la atención debida a la vida, aquí y ahora.
Conforme nos reflejamos en las reacciones de Pablo hacia los tesalonicenses, veamos cómo su escatología resolvió muchos de sus problemas prácticos, y también cómo puede guiarnos hoy. Muchos de los cristianos de hoy, aun siguen enfocándose de una manera incorrecta en el regreso de Cristo, ignorando la importancia del presente. Pero Cristo no nos ha llamado a tratar nuestras responsabilidades actuales en su reino como irrelevantes. Más bien, ha fijado esto como un tiempo para que permanezcamos fieles a él, para crecer en santificación y para que demos testimonio de él en el mundo. El corazón de la teología de Pablo nos habla hoy, de la misma manera que les habló a los tesalonicenses en aquellos días. Esto nos anima a permanecer fieles y santos mientras esperamos el regreso de nuestro Señor y la plenitud de los tiempos venideros.