Una vez escuché una historia acerca de una mujer que se casó cuando era una joven adolescente. Siendo tan joven, no estaba preparada para su nueva vida como adulto. Poco después, empezó a sentir ansiedad, y comenzó a extrañar las comodidades familiares de la niñez. Así que, un día mientras su esposo trabajaba, fue al patio de la casa de sus padres y se escondió en la antigua casa de juegos. Cuando su esposo finalmente la encontró esa tarde, tomó sus manos temblorosas, y la llevó gentilmente de regreso a su hogar. Él sabía que vivir como adulto era difícil para ella, pero también sabía que tenía que dejar atrás su niñez. Un nuevo día había llegado a su vida, y era tiempo de que ella disfrutara las maravillas y los desafíos de la vida adulta con su esposo.
En el primer siglo, algo similar pasó en la iglesia cristiana. La mayoría de los primeros cristianos fueron judíos que habían crecido bajo la tutela de las leyes religiosas y costumbres del Judaísmo. Pero cuando estos judíos comenzaron a seguir a Cristo, sus relaciones con Dios cambiaron. Alcanzaron un nivel de madurez espiritual porque habían recibido una revelación completa de Dios en Cristo. Pero después de un tiempo, algunos de estos primeros judíos cristianos perdieron la seguridad y familiaridad de sus prácticas judías, y comenzaron a mezclar su fe cristiana con los elementos anticuados de su herencia e insistían que otros deberían de hacer lo mismo.
Esta segunda lección de nuestra serie acerca de "El Corazón de la Teología de Pablo" se titula: "Pablo y los Gálatas". En esta lección, veremos que las iglesias de los Gálatas habían regresado a la niñez espiritual al revivir ciertas prácticas del judaísmo. Y también veremos cómo reaccionó Pablo a esta regresión de los cristianos.
Nuestro estudio de Pablo y los Gálatas se dividirá en tres partes. Primero, veremos el trasfondo de la epístola de Pablo a los Gálatas. Segundo, veremos el contenido de su epístola a los Gálatas. Y tercero, examinaremos cómo la carta reveló las perspectivas teológicas centrales de Pablo, su doctrina de los últimos días o escatología. Veamos primero el trasfondo de la epístola de Pablo a los Gálatas.
Pablo escribió todas sus cartas mientras viajaba de un lado a otro. Así que, para entender las cosas que Pablo escribió a los Gálatas, necesitamos respuestas a algunas preguntas básicas acerca de la situación histórica en Galacia.
Exploraremos este asunto de dos maneras. Primero, revisaremos el contacto de Pablo con los Gálatas durante su primer viaje misionero. Y segundo, veremos algunos problemas específicos que motivaron a Pablo a escribirles. Veamos primero el trasfondo del primer viaje misionero de Pablo.
Este viaje comenzó alrededor del año 46 DC. luego de que Dios dijo a la iglesia de Antioquía de Siria que reservara a Pablo y a Bernabé para un trabajo misionero especial. Pablo y Bernabé comenzaron su viaje zarpando a la isla de Chipre. Comenzaron en la ciudad de Salamina en el Este, ellos proclamaron el evangelio de sinagoga en sinagoga en tanto que se aproximaban a la ciudad de Pafos en el Oeste.
De Chipre Pablo y Bernabé zarparon para Perge, y después se movieron tierra adentro a Antioquía en la región de Pisidia, que en aquel tiempo era parte de la provincia Romana de Galacia. Después de escuchar a Pablo predicar el evangelio allí en la sinagoga, muchos de los judíos respondieron positivamente. Pero en una semana, los judíos incrédulos incitaron a la ciudad en contra de Pablo y Bernabé, y los corrieron del pueblo.
De Antioquía de Pisidia, Pablo y Bernabé se movieron hacia el Este en la provincia de Galacia, y se detuvieron primero en la ciudad de Iconio. Cuando ellos predicaron allí en la sinagoga, muchos judíos y gentiles creyeron, pero la iglesia no estaba firmemente establecida porque Pablo y Bernabé dejaron rápidamente la ciudad cuando judíos no creyentes tramaron asesinarlos.
La siguiente parada fue la ciudad de Listra, donde Pablo se las ingenió para comenzar otra iglesia. En Listra, Pablo sanó a un hombre que había estado postrado de nacimiento. Pero cuando la gente de la ciudad vio este milagro, ellos se equivocaron y tomaron a Pablo por el dios Hermes y a Bernabé por Zeus. Ellos trataron de ofrecer sacrificios a los misioneros, pero Pablo y Bernabé explicaron que eran meramente hombres. Después de esto, algunos judíos incrédulos llegaron de Iconio, y fueron capaces de volver a los ciudadanos desilusionados de Listra en contra de Pablo y Bernabé, pero Dios guardó sus vidas y Pablo y Bernabé siguieron adelante una vez más.
Pablo y Bernabé viajaron hacia Galacia en el Este hasta llegar a Derbe, donde mucha gente creyó en Cristo allí, Pablo finalmente tuvo tiempo de organizar la iglesia designando ancianos.
Pero Pablo estaba todavía profundamente preocupado por los cristianos en Listra, Iconio y Antioquía de Pisidia. Así, aunque poniendo sus vidas en riesgo, Pablo y Bernabé regresaron a cada una de estas ciudades - Listra, Iconio y Antioquía de Pisidia. Ellos fortalecieron las iglesias recientes y explicaron que los tipos de sufrimiento que los creyentes habían visto en Pablo y Bernabé eran el tipo de tribulaciones que todos los cristianos deberían de esperar soportar en tanto extendían en el reino de Dios.
De Antioquía de Pisidia, los misioneros hicieron entonces su ruta de regreso hacia la costa, predicando en las ciudades de Perge y Atalia. Y de Atalia, navegaron para Antioquía de Siria.
Varias veces en su carta a los Gálatas, Pablo se refiere al tiempo que ya había pasado con ellos. Así que sabemos que escribió esta epístola algún tiempo después de su primer viaje misionero. Ahora, es importante notar que la epístola a los Gálatas no menciona la bien conocida reunión de los apóstoles en Jerusalén registrada en Hechos capítulo 15 que probablemente tuvo lugar después.
La asamblea en Jerusalén abordó algunos de los mismos asuntos que la carta de Pablo a los Gálatas, y es razonable asumir que Pablo pudo haber apelado a esta asamblea para apoyar sus puntos de vista si la asamblea ya se hubiera llevado a cabo para el tiempo en que fue escrito Gálatas. Así que parece que él escribió Gálatas en el año 48 DC. alrededor de un año después de haber dejado Galacia, pero antes de que se llevara a cabo el concilio de Jerusalén.
Ahora que hemos visto cómo el libro de Gálatas se relaciona con el primer viaje misionero de Pablo, debemos de ver los problemas específicos en Galacia que preocupaban a Pablo. ¿Cuáles eran las condiciones de las iglesias de Galacia? ¿Qué había pasado en esas iglesias que obligó a Pablo a escribirles?
Exploraremos dos asuntos: la entrada de los gentiles a las iglesias, y la aparición de falsos maestros. Veamos primero la manera en que los cristianos gentiles se congregaron en las iglesias de los Gálatas.
Una de las cosas más grandiosas que Dios hizo a través del primer viaje misionero de Pablo fue traer muchos gentiles a Cristo. Para sorpresa de Pablo, la mayoría de los judíos en Galacia rechazaron el evangelio. Cuando Pablo enfrentó oposición abierta, él se dio cuenta de que Dios quería que se enfocara en alcanzar a gentiles. Veamos las palabras de Pablo a los judíos en Antioquía de Pisidia, en Hechos capítulo 13 versículos 46 al 47:
A vosotros a la verdad era necesario que se os hablase primero la palabra de Dios; mas puesto que la desecháis, y no os juzgáis dignos de la vida eterna, he aquí, nos volvemos a los gentiles. Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he puesto para luz de los gentiles, A fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra. (Hechos 13:46 – 47)
Este pasaje revela un cambio sobresaliente en el ministerio de Pablo. Como judío, naturalmente le dio prioridad a evangelizar a los judíos. Pero sus reacciones negativas al evangelio convencieron a Pablo de que Dios lo estaba llamando a alcanzar a los gentiles. Y esto lo hizo con mucho éxito. Escuchen la manera en que Lucas resume el trabajo de Pablo en Iconio en Hechos capítulo 14 versículo 1:
Aconteció en Iconio que entraron juntos en la sinagoga de los judíos, y hablaron de tal manera que creyó una gran multitud de judíos, y asimismo de griegos. (Hechos 14:1)
No fueron solamente judíos que se convirtieron, sino gentiles también. De manera similar, en Hechos capítulo 14 versículo 27 Lucas reportó cómo Pablo resumió su primer viaje misionero diciendo que:
Dios había abierto la puerta de la fe a los gentiles. (Hechos 14: 27)
Ahora, podemos pensar que todos se hubieran regocijado al ver muchos genitles en las iglesias de Galacia. Pero la entrada de los gentiles de hecho causó serios problemas en Galacia. Y estos problemas incitaron a los falsos maestros para levantarse en contra.
Recordemos que hasta el primer viaje misionero de Pablo, la iglesia cristiana había sido predominantemente judía. La iglesia primitiva comenzó en Jerusalén y se había abrazado firmemente a esta identidad judía. Consecuentemente, la entrada de los gentiles dio paso a todo tipo de problemas teológicos y prácticos. ¿Tenían que adoptar estos gentiles las tradiciones judías? ¿Tenían que guardar la ley de Moisés como se les requería a los creyentes del Antiguo Testamento?
Este tipo de preguntas dio lugar a que se levantaran falsos maestros en Galacia. Estos maestros judíos surgieron con sus propias formas de tratar con los gentiles al insistir que deberían de ser circuncidados.
Durante su viaje misionero Pablo no había circuncidado a los creyentes gentiles, pero en su ausencia los falsos maestros habían enseñado precisamente lo opuesto. Pablo sabía que Dios había ordenado la circuncisión para Israel y él no se oponía a la cincuncisión en sí. Pero en Galacia la circuncisión de los gentiles se había convertido en un asunto serio que Pablo no podía ignorar. Representaba una seria desviación al corazón del evangelio cristiano.
Veremos tres maneras en que Pablo creía que el insistir en la circuncisión de los gentiles cristianos reflejaba muy serios malentendidos de la fe cristiana. Primero, negaba la suficiencia de la muerte y resurrección de Cristo para salvación; segundo, demostraba una confianza impropia en el poder de la carne; y tercero, resultaba en división entre las iglesias de Galacia. Veamos primero la manera en que los falsos maestros habían negado la suficiencia de la muerte y resurrección de Cristo para salvación.
Del libro de Gálatas podemos suponer que los falsos maestros de Galacia veían la circuncisión como un sacrificio de sangre que capacitaba a los creyentes para vivir de una forma que agradara a Dios. Desde su punto de vista, los cristianos tenían que sumar la circuncisión a la obra salvadora de Cristo. Pero desde la perspectiva de Pablo esta creencia despojaba a la muerte de Cristo su verdadero y valioso significado. Es por esto que Pablo escribió estas palabras en Gálatas capítulo 5 versículo 2:
He aquí, yo Pablo os digo que si os circuncidáis, de nada os aprovechará Cristo. (Gálatas 5:2)
Además de negar la suficiencia de la obra salvadora de Cristo, los falsos maestros de Galacia desafiaron el evangelio de Pablo al enseñar que los creyentes deberían de confiar en la carne para completar su salvación. Pablo se refirió expresamente a este problema en Gálatas capítulo 3 versículo 3 donde sarcásticamente hace estas preguntas:
¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne? (Gálatas 3:3)
El término griego dado como "por la carne" es sarx. Pablo acostumbraba usar el término "carne" (o sarx) para referirse al mero poder humano, y frecuentemente en conexión con formas humanas pecaminosas.
Cuando Pablo ministró en Galacia, su predicación había sido acompañada por exposiciones dramáticas del poder del Espíritu Santo. Era irrefutable que los Gálatas habían comenzado sus vidas cristianas en el poder del Espíritu Santo. Pero ahora, al volverse a la circuncisión, habían comenzado a depender en sus propias habilidades humanas para vivir de manera que agradaran a Dios. Irónicamente, esta confianza en las habilidades humanas de hecho los condenaba a la impotencia y al fracaso.
Además de negar el valor de la obra de Cristo y la importancia del Espíritu Santo, Pablo también estaba muy preocupado porque los falsos maestros habían creado divisiones en la iglesia. Como Pablo lo puso en Gálatas capítulo 6 versículos 15 al 16:
Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino una nueva creación. Y a todos los que anden conforme a esta regla, paz y misericordia sea a ellos, y al Israel de Dios. (Gálatas 6:15-16)
En Cristo las divisiones entre judíos y gentiles habían sido eliminadas. La desunión en las iglesias de Galacia preocupaba profundamente a Pablo. Las riñas y divisiones entre el pueblo de Dios eran absolutamente contrarias a lo que Cristo había hecho e iban en contra del ideal hacia el que la iglesia se esforzaba por alcanzar.
Pero los falsos maestros siguieron la enseñanza del Antiguo Testamento de que la circuncisión era necesaria para una completa inclusión al pueblo de Dios. Para muchos en la iglesia - especialmente cristianos judíos - era natural pensar que cualquiera que rechazara la circuncisión era, en el mejor de los casos de segunda clase. No es de extrañarse entonces que se desarrollaron divisiones entre aquellos cristianos que eran circuncidados y aquellos que no lo eran.
Así vemos que los falsos maestros habían traído varios problemas muy serios a las iglesias de Galacia. Y habiendo escuchado lo que estos falsos maestros estaban haciendo, Pablo no podía permanecier en silencio. Los Gálatas eran sus hijos espirituales; sus seres queridos. Él escribió su epístola para rescatar tanto a los creyentes judíos los gentiles de los puntos de vista destructivos de estos falsos maestros.
Ahora que hemos visto algunos aspectos importantes del trasfondo de la epístola de Pablo a los Gálatas, estamos listos para ver más la estructura y el contenido de su carta. ¿Qué escribió Pablo a las iglesias de Galacia? ¿Cómo respondió a sus problemas?
Exploraremos brevemente el libro de Gálatas resumiendo cada una de sus secciones principales.
La epístola a los Gálatas se divide en seis secciones principales: primero, una salutación en el capítulo 1 versículos 1 al 5; segundo, una introducción a los problemas en Galacia en el capítulo 1 versículos 6 al 10; tercero, varios registros históricos en el capítulo 1 versículo 11 al capítulo 2 versículo 21; cuarto, una serie de pruebas para la doctrina de la justificación por la fe en el capítulo 3 versículo 1 al capítulo 4 versículo 31; quinto, algunas exhortaciones prácticas en el capítulo 5 versículo 1 al capítulo 6 versículo 10; y por último una nota final en el capítulo 6 versículos 11 al 18.
La salutación de Gálatas es breve y bastante directa. Introduce al apóstol Pablo como el autor, e identifica a las iglesias de Galacia como los receptores.
La nota final es también breve, cerrando la carta con algunas observaciones finales y bendiciones personales de Pablo para las iglesias. También enfatiza algunos de los pensamientos más importantes en su carta.
En la segunda sección (capítulo 1 versículos 6 al 10), al que hemos llamado la "introducción al problema," Pablo ataca inmediatamente el problema de la falsa enseñanza en Galacia. El expresó asombro, y advirtió a sus lectores cuán peligroso era seguir a los falsos maestros. Muy claramente, Pablo insistió que rechazar sus enseñanzas era aceptar un falso evangelio. Escuchemos la seria maldición que puso a los falsos maestros en el capítulo 1 versículo 8:
Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. (Gálatas 1:8)
Seguir la enseñanza de los falsos maestros era rechazar el evangelio verdadero de Cristo – era rechazar la salvación misma. Esta sección de la carta hace claro que los problemas en Galacia no eran insignificantes. Los destinos eternos de los Gálatas estaban en juego.
La tercera sección (capítulo 1 versículo 11 al capítulo 2 versículo 21) es más elaborada. Consiste de registros históricos en los que Pablo probó su autoridad.
Tres eventos históricos diferentes vienen a primer plano en estos capítulos: el llamado y entrenamiento de Pablo en el capítulo 1 versículos 11 al 17; la reunión de Pablo con los líderes de la iglesia en Jerusalén en el capítulo 2 versículos 1 al 10; y el conflicto de Pablo con Pedro en Antioquía de Siria en el capítulo 2 versículos 11 al 21.
El registro del llamado y entrenamiento de Pablo explica cómo Pablo tuvo la autoridad para resistir circuncidar a los gentiles. Comienza con una descripción de cómo Pablo había amado las tradiciones de Israel.
Escuchemos sus palabras en Gálatas capítulo 1 versículos 13 al 14,
Porque ya habéis oído acerca de mi conducta en otro tiempo en el judaísmo... y en el judaísmo aventajaba a muchos de mis contemporáneos en mi nación, siendo mucho más celoso de las tradiciones de mis padres. (Gálatas 1:13 - 14)
Pero Pablo también explicó cómo su actitud había cambiado. A pesar de su celo por las tradiciones judías, cuando él estaba de viaje por Galacia, Pablo no había requerido que los gentiles se circuncidaran. ¿Cómo pudo haber hecho esto cuando había estado tan comprometido a las tradiciones de Israel? Escucha el testimonio de Pablo en Gálatas capítulo 1 versículos 15 al 18:
Pero cuando agradó a Dios... revelar a su Hijo en mí, para que yo le predicase entre los gentiles, no consulté en seguida con carne y sangre sino que fui a Arabia, y volví de nuevo a Damasco. Después, pasados tres años, subí a Jerusalén. (Gálatas 1:15-18)
Pablo había pasado tres años en Arabia aprendiendo el evangelio y doctrinas cristianas directamente de Jesús. Su rechazo a requerir que los gentiles se circuncidaran no resultó de un razonamiento natural o preferencia personal. Jesús, el Señor mismo, había enseñado a Pablo sus nuevos puntos de vista. En pocas palabras, no estar de acuerdo con Pablo acerca de este asunto era estar en desacuerdo con Cristo mismo.
El segundo registro histórico en esta sección de Gálatas, está en el capítulo 2 versículos 1 al 10, y reporta la reunión de Pablo con los líderes de la iglesia en Jerusalén.
Puesto simplemente, catorce años después de una reunión en privado que tuvo anteriormente con Pedro, Pablo se reunió con los líderes de la iglesia en Jerusalén. Y en esta reunión ellos confirmaron su acercamiento para traer el evangelio a los gentiles. Escuchemos lo que Pablo registró en Gálatas capítulo 2 versículos 1 al 9:
Subí otra vez a Jerusalén según una revelación, ... expuse en privado a los que tenían cierta reputación el evangelio que predico entre los gentiles como vieron que me había sido encomendado el evangelio de la incircuncisión, ... Jacobo, Cefas y Juan nos dieron a mí y a Bernabé la diestra en señal de compañerismo, para que nosotros fuésemos a los gentiles. (Gálatas 21-9)
Pablo relató esta historia a los Gálatas para que ellos pudieran ver que su trabajo entre los gentiles no contradecía la enseñanza autoritativa de los líderes de la iglesia en Jerusalén. De hecho, los otros apóstoles estuvieron de acuerdo que Dios le había dado a Pablo un papel específico en la predicación del evangelio al mundo gentil. Así que, Pablo tenía todo el derecho de abordar la pregunta de la circuncisión de los gentiles como lo hizo.
El tercer registro histórico de Pablo, se encuentra en el capítulo 2 versículos 11 al 21, describe un conflicto con Pedro en Antioquía de Siria. En una ocasión anterior, Pedro se había asociado libremente con los creyentes incircuncisos. Sin embargo, en otra ocasión posterior, Pedro comenzó a temer por su reputación entre algunos creyentes Judíos estrictos de Jerusalén. Así que se separó de los creyentes gentiles incircuncisos.
A pesar de lo que Pedro creía de corazón, sus acciones se ajustaron con la falsa creencia de que los creyentes gentiles incircuncisos eran inferiores a los creyentes judíos.
Cuando Pablo se dio cuenta de esto, él confrontó a Pedro y le recordó el evangelio que tanto Pedro como él habían creído. Gálatas capítulo 2 versículo 15 y 16 reporta las palabras de Pablo a Pedro en aquella ocasión:
Nosotros, judíos de nacimiento, y no pecadores de entre los gentiles, sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado. (Gálatas 2:15-16)
Pablo escribió acerca de su conflicto con Pedro para probar que aún Pedro se había sometido a su corrección autoritativa en este asunto. Si la autoridad de Pablo había sido suficiente para corregir aún al preeminente apóstol Pedro, ciertamente era suficiente para corregir a los falsos maestros en Galacia.
En estos tres registros de llamado y entrenamiento, reunión con las autoridades de Jerusalén, y confrontamiento a Pedro, Pablo construyó un fuerte caso en contra de los falsos maestros en Galacia y defendió su evangelio.
Después de dar estos registros históricos, Pablo se dirigió hacia la cuarta sección de su epístola en el capítulo 3 versículo 1 al capítulo 4 versículo 31. Allí ofreció más argumentos teológicos directos para su doctrina de justificación por fe. Este material se divide en cuatro partes, alternando entre las experiencias de los Gálatas y el registro bíblico de la vida de Abraham. Primero, Pablo apela a las experiencias anteriores de los Gálatas. Segundo, se dirige a los registros del Antiguo Testamento de la fe salvadora de Abraham. Tercero, Pablo apeló a la experiencia común de los creyentes Gálatas. Y cuarto, el tomó en cuenta la historia de las esposas y los hijos de Abraham.
Veamos brevemente el capítulo 3 versículos 1 al 5, donde Pablo se enfocó en la experiencia anterior de los Gálatas con respecto a la fe cristiana. El escribió estas palabras en el capítulo 3 versículos 2 al 5:
Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oir con fe? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne? Aquel, pues, que os suministra el Espíritu, y hace maravillas entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley, o por el oir con fe? (Gálatas 3:1-5)
En una serie de preguntas retóricas, Pablo se refirió a su primer viaje misionero. Como nos dice Hechos capítulos 13 y 14, los Gálatas habían recibido muchas bendiciones increíbles del Espíritu Santo cuando Pablo había estado con ellos anteriormente.
Tanto ellos como él sabían que estas bendiciones del Espíritu no vinieron porque guardaban la Ley de Dios. Dios les había dado libremente estos regalos simplemente porque habían creído en el evangelio. De esta experiencia, los Gálatas debieron haber sabido que no debían pensar que las bendiciones de Dios podrían ser obtenidas por obediencia a la ley.
Después de tocar su experiencia cristiana anterior, Pablo se refirió al ejemplo de la fe salvadora de Abraham. El argumentó en el capítulo 3 versículo 6 al capítulo 4 versículo 11 que Dios había bendecido a Abraham debido a la fe, no debido a la obediencia de Abraham a la ley de Dios. Abraham no había ganado la bendición de la salvación por medio de esfuerzos humanos carnales.
El argumento de Pablo en esta sección es más bien complejo, pero lo podemos resumir en cuatro pasos. Primero, Pablo señaló que Abraham fue justificado al tener fe en la promesa de Dios de que tendría un hijo. En el capítulo 3 versículos 6 y 7 Pablo se refiere a Génesis capítulo 15 versículo 6 de esta manera:
Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia. Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham. (Gálatas 3:6-7)
Desde el punto de vista de Pablo, Génesis capítulo 15 versículo 6 aclaró que Abraham fue justificado por su fe en la palabra de Dios y no tomando como base la circuncisión que tomó lugar años después. Sobre esta base, Pablo concluyó que los verdaderos hijos de Abraham fueron aquellos que siguieron su ejemplo de confiar en las promesas de Dios para salvación. La salvación era una bendición que vino por fe y no por la circuncisión.
Segundo, debido a la controversia acerca del estatus de los gentiles incircuncisos, Pablo prosiguió a enfatizar que Dios le había dicho a Abraham que la bendición de la salvación se iba a dispersar por medio de él a los gentiles. En Gálatas capítulo 3 versículos 8 y 9 Pablo se refiere a Génesis capítulo 12 versículo 3 de esta manera:
Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones. De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham. (Gálatas 3:8)
Pablo entendía que Génesis capítulo 12 versículo 3 enseñaba que se había prometido un tiempo cuando los Gentiles de todo el mundo recibirían la bendición de Dios. Sin embargo, esta bendición vendría a todas las naciones de la misma manera como vino a Abraham, por medio de la fe, no del esfuerzo humano.
Tercero, Pablo quería que los Gálatas entendieran que el sangriento corte de la carne en la circuncisión era un símbolo de auto-maldición, no una forma de obtener justicia. De hecho, la circuncisión significaba que sea cortado de la tierra de los vivientes si no permanezco fiel al pacto. Cristo había venido precisamente porque nadie más podía estar a la altura de ese estándar. Como Pablo lo puso en Gálatas capítulo 3 versículo 13,
Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición. (Gálatas 3:13)
Al morir en la cruz, la muerte más penosa y maldita en el entendimiento judío - Cristo tomó para sí mismo la horrible maldición del pecado. Los Gálatas necesitaban entender que las bendiciones de la fidelidad al pacto eran suyas, totalmente por fe, debido a que Cristo ya había tomado la maldición sobre sí mismo por el bien de ellos.
En cuarto lugar, Pablo se adelantó a una objeción de los falsos maestros al argüir que la ley de Moisés no invertía el ejemplo de Abraham. Como lo puso en Gálatas capítulo 3 versículo 17 al 19:
La ley que vino cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, para invalidar la promesa Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa. (Gálatas 3:17-19)
Desde el punto de vista de Pablo, la ley no había sido dada para capacitar a la gente a obtener las bendiciones de Dios por las obras, como habían proclamado los falsos maestros de Galacia. La Ley de Moisés había sido añadida para tratar con el pecado de Isarel, y para prepararlos para Cristo.
En quinto lugar, Pablo declaró que las bendiciones de Dios vienen únicamente a aquellos que pertenecen al hijo especial de Abraham, a saber Cristo. Como Pablo escribió en Gálatas capítulo 3 versículos 16 y 29,
Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa. (Gálatas 3:16 y 29)
Al Pablo leer el registro de Génesis, notó que en el capítulo 22 versículo 18 la palabra Hebrea zera` (traducida aquí como "simiente") era singular, no plural. La herencia de Abraham no había sido ofrecida a todos los hijos de Abraham como individuos, sino en primer lugar al hijo de Abraham quien a su vez era el principal representante de aquellos que descendieron de él. Y a la luz de la revelación de Cristo, Pablo sabía que Cristo era el gran descendiente de Abraham quien era el representante final del pueblo de Dios a través del tiempo. Cristo es la gran simiente que hereda todas las promesas dadas a Abraham y los individuos participan en esta herencia solamente al pertenecer a él.
De estas maneras, Pablo argumentó tomando el ejemplo de la fe de Abraham que la justificación viene únicamente a aquellos que siguen el ejemplo de Abraham y que reciben las bendiciones de Dios por medio del hijo de Abraham; la salvación es por fe en las promesas de Dios y no por obras de la ley.
Después de apelar a la experiencia incial de salvación de los Gálatas y al registro bíblico de la fe de Abraham, Pablo se dirigió a la experiencia común de los Gálatas en Gálatas capítulo 4 versículos 12 al 20. Escuchemos lo que escribió en el capítulo 4 versículos 15 y 16:
¿Dónde, pues, está esa satisfacción que experimentabais? ¿Me he hecho, pues, vuestro enemigo, por deciros la verdad? (Gálatas 4:15-16)
Aquí Pablo expresó profunda preocupación por el bienestar espiritual de los Gálatas. El quería que reconocieran su desesperante condición espiritual. En tanto que los Gálatas le dieron la espalda al evangelio, perdieron su gozo, un fruto del Espíritu Santo que deberían haber estado disfrutando. El solo sentir esta pérdida debió haberlos alertado al hecho de que algo andaba mal con las enseñanzas de los oponentes de Pablo.
La cuarta forma en que Pablo argumentó su caso en contra de los falsos maestros fue enfocándose en el registro bíblico de las esposas y los hijos de Abraham en Gálatas capítulo 4 versículos 21 al 31.
Pablo explicó que en Génesis capítulo 15 Dios había prometido a Abraham un heredero por medio de su esposa Sara. Pero Sara era estéril y había pasado la edad de procrear, así que recibir un heredero a través de ella requería que Abraham tuvera fe en la promesa de Dios. Al confiar en que Dios iba a cumplir su promesa, Sara tuvo un hijo, Isaac. El hijo de Sara, Isaac, era un hijo de la promesa, y fue aceptado como el heredero de Abraham y el representante de todos los que creían.
Pero, como nos dice Génesis capítulo 16, antes de que naciera Isaac, Abraham se cansó de esperar que Dios le diera el hijo de la promesa. Así que, fue con la esclava de Sara, Hagar, para tener un hijo. Al hacer esto, Abraham buscó asegurar su legado con esfuerzos humanos, por el esfuerzo de la carne. Hagar tuvo a Ismael, hijo de Abraham, pero Ismael era un hijo de la carne. Dios lo rechazó como el heredero de Abraham y vino a representar a todos los que se enfocan en la carne como la manera de salvación.
Después de mostrar este contraste entre las esposas y los hijos de Abraham, Pablo concluyó de esta forma en Gálatas capítulo 4 versículo 31:
De manera, hermanos, que no somos hijos de la esclava, sino de la libre. (Gálatas 4:31)
La idea principal de Pablo era que la fe en la promesa de Dios es el camino de la salvación para los cristianos, así como Isaac nació a Sara debido a la fe de Abraham. De la misma manera que en los días de Abraham, los creyentes de cada época son justificados, incluidos y dotados de poder para vivir justamente por medio de la fe en las promesas de Dios, no por mérito propio.
Así que hemos visto que Pablo ofreció cuatro argumentos principales para explicar que los creyentes reciben todas las bendiciones de Dios únicamente por medio de la fe. El argumentó: de la experiencia de salvación anterior de los Gálatas; de la fe de Abraham; de la reciente pérdida del gozo que sintieron los Gálatas; y del registro de las esposas y los hijos de Abraham.
Con el contenido de los capítulos 1 al 4 en mente, estamos en posición de resumir las exhortaciones del capítulo 5 versículo 1 al capítulo 6 versículo 10. En estos capítulos, Pablo trata algunos problemas prácticos que los falsos maestros causaron en Galacia.
Pablo tuvo mucho que decir en estos versículos pero podemos resumir los pensamientos de Pablo aquí bajo tres temas principales: libertad responsable en Cristo, en el capítulo 5 versículos 1 al 15; el poder del Espíritu Santo, en el capítulo 5 versículos 16 al 26; y el juicio de Dios, en el capítulo 6 versículos 1 al 10. Veamos primero el énfais de Pablo en la libertad responsable en Cristo.
En el capítulo 5 versículos 1 al 15 Pablo hizo un llamado a los Gálatas a permanecer en la libertad de Cristo. Su posición es cuidadosamente balanceada. En primer lugar, el enfatizó la necesidad de mantener la libertad cristiana.
Escuchemos sus palabras en el capítulo 5 versículo 1:
Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo no hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de la esclavitud. (Gálatas 5:1)
Durante su primer viaje misionero por Galacia, Pablo había traído a los gentiles a la fe cristiana libre de cargas, y él quería que permanecieran libres porque las cargas del legalismo son muy peligrosas. Como escribió en Gálatas capítulo 5 versículos 2 al 3:
Si os circuncidáis, de nada os aprovechará Cristo. Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a guardar toda la ley. (Gálatas 5:2-3)
Los falsos maestros en Galacia habían introducido un sistema legalista de justicia. Les habían enseñado a los cristianos a confiar en su obediencia a la Ley más que en Cristo. Pero al hacer eso, de hecho obligaron a estos cristianos gentiles a un estándar que era imposible de cumplir, obediencia a toda la ley. Su elección era entre la libertad en Cristo y la esclavitud a la ley. Una dirigía hacia la salvación, la otra al juicio.
Con todo esto, en segundo lugar, Pablo balanceó su defensa de libertad cristiana con una afirmación de responsabilidad moral cristiana. Él advirtió a los Gálatas que no usaran su libertad cristiana de las tradiciones judías como una licencia para despreciar la ley moral de Dios. En el capítulo 5 versículo 13 él escribió:
Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros. (Gálatas 5:13)
Cristo había liberado a los cristianos de Galacia de la esclavitud a la Ley como medio de justificación y poder para vivir justamente, pero todavía demandaba que siguieran los mandatos de Dios. Pablo no quería que los Gálatas pensaran que su libertad de la circuncisión incluía libertad de violar el carácter santo de Dios, que era el fundamento básico de la ley.
Habiendo establecido su orientación bilateral hacia la importancia de la libertad en Cristo y una vida justa, Pablo se refirió a la importancia del poder del Espíritu Santo en Gálatas capítulo 5 versículo16 al capítulo 6 versículo 10. ¿Cómo podían los Gálatas ser llenos de poder para resistir el pecado sino por el legalismo y el esfuerzo humano?
En pocas palabras, Pablo contestó que cada creyente debe de confiar en el Espíritu Santo para dirigirlo y llenarlo de poder más que en la carne. Escuchemos la manera en que él lo puso en el capítulo 5 versículos 16 y 25:
Así que les digo: Vivan por el Espíritu, y no seguirán los deseos de la naturaleza pecaminosa Si el Espíritu nos da vida, andemos guiados por el Espíritu. (Gálatas 5:16, 25 [NVI])
Desde el punto de vista de Pablo, la única manera de vivir una vida santa en Cristo era dependiendo y siguiendo al Espíritu de Dios. Siempre es importante recordar que Pablo nunca puso al Espíritu Santo sobre o en contra de las Escrituras. Para Pablo, vivir por el Espíritu no podía divorciarse de la revelación escrita. El Espíritu de Dios siempre dirigió al pueblo de Dios para vivir de acuerdo a la Palabra Escrita de Dios, como ya había sido revelado en el Antiguo Testamento y como estaba siendo revelada progresivamente en las cartas de Pablo y en otros escritos que llegarían a formar el Nuevo Testamento.
Pero vivir por el Espíritu no era solamente conformarse a las enseñanzas de los textos escritos. También involucraba una dependencia consciente en el poder del Espíritu para cumplir lo que Dios había mandado. Los cristianos no tienen nada que temer de Dios si confían en que el Espíritu producirá el fruto de justicia en sus vidas.
En tercer lugar, Pablo resumió estos asuntos prácticos al hablar del juicio de Dios. Escuchemos sus serias advertencias en el capítulo 6 versículos 7 al 9:
No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. (Gálatas 6:7-9)
Pablo estaba profundamente preocupado con el destino final de los Gálatas. Él sabía que los verdaderos creyentes en Cristo nunca pueden perder su salvación. Pero también sabía que no todos los que profesan fe realmente tienen fe salvadora. Así, él advirtió a las iglesias de los Gálatas que no olvidaran el juicio venidero de Dios. Él esperaba que esta advertencia los animara a confiar en Cristo y en el Espíritu Santo para salvación más que en sus esfuerzos humanos.
Desde este breve panorama de la epístola a los Gálatas de Pablo, podemos ver que Pablo refutaba a los falsos maestros en Galacia de diferentes maneras. Él comprometió a los Gálatas con apelaciones personales profundas, y los animó a creer el verdadero evangelio y vivir de acuerdo a ese evangelio que él les había predicado en años anteriores. Pablo exhortó a los Gálatas a rechazar a los falsos maestros y a abrazar otra vez el evangelio de la justificación por fe aparte de las obras.
Hasta aquí, hemos explorado el trasfondo de la carta de Pablo a los Gálatas y el contenido básico de su epístola. Ahora estamos en posición de ver nuestro tercer tópico: cómo refleja el libro de Gálatas las perspectivas teológicas centrales de Pablo.
Recordarán de nuestra primera lección en esta serie que tenemos que distinguir entre las enseñanzas específicas en las cartas de Pablo y su sistema teológico fundamental.
Pablo corrigió repetidamente a los falsos maestros en Galacia por llamar a los cristianos gentiles a que se sometieran a la circuncisión. Y él pasó un buen tiempo discutiendo la circuncisión y la justificación por fe.
Las declaraciones directas de Pablo acerca de la circuncisión y la salvación eran de hecho expresiones de las convicciones teológicas más básicas. Su enseñanza en el libro de Gálatas era una aplicación de su punto de vista escatológico central.
Recordarán cómo el apóstol Pablo enseñó que el gran tiempo por venir había comenzado con la muerte y resurrección de Cristo, aunque el pecado y la muerte no se desvanecerían completamente hasta el regreso de Cristo en gloria. Y esto significa que los cristianos viven en lo que llamaríamos el "ya y todavía no," un tiempo cuando la edad del pecado y la muerte traslapa la edad de la salvación eterna.
Pero el hecho es que esta edad y la edad por venir existen simultáneamente y dio lugar a algunos malentendidos críticos en Galacia. Pablo creyó que las controversias específicas de los Gálatas acerca de la circuncisión, justificación y cosas similares eran síntomas de un problema más básico.
El error más fundamental en Galacia era que los falsos maestros menospreciaban seriamente el grado al que Cristo había traído la edad por venir por medio de su muerte y resurrección. Ellos fallaron en darse cuenta cuanto de la edad por venir estaba ya presente. Como resultado, podemos llamar a esta falsa enseñanza "escatología minimizada," queriendo decir que sus puntos de vista disminuían el significado de la primera venida de Cristo.
Ahora en un sentido, Pablo atacó la "escatología minimizada" de los falsos maestros en cada porción del libro de Gálatas. Nos enfocaremos en seis áreas en las que Pablo aplicó claramente sus perspectivas teológicas centrales a este problema: primero, su descripción de Cristo; segundo, su enfoque en el evangelio; tercero, la ley de Moisés, cuarto, la doctrina de unión con Cristo, quinto, su énfasis en el Espíritu Santo en la vida cristiana, y sexto, su apelación final a la doctrina de la nueva creación.
La apelación de Pablo a su doctrina de los últimos días viene a ser evidente en su descripción de Cristo en la introducción al libro de Gálatas. Escuchemos cómo Pablo describió a Jesús en Gálatas capítulo 1 versículos 3 al 5:
Gracia y paz sean a vosotros, de Dios el Padre y de nuestro Señor Jesucristo, el cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo. (Gálatas 1:3-5)
Notemos que Pablo no deseó simplemente bendiciones del Padre y Cristo para los Gálatas. Sino que llamó la atención al propósito para el cual el Padre había enviado a Cristo. Como él lo puso aquí, Jesús fue enviado para "librarnos del presente siglo malo"
La expresión "el presente siglo malo" corresponde a la terminología estándar judía con la que ya estamos familiarizados. "El presente siglo malo" es sinónimo a "este siglo" la edad del pecado y juicio antes de la venida del Mesías.
Pablo describió a Cristo de esta manera porque quería enfatizar al principio de su carta que los Gálatas habían perdido de vista la razón por la que Cristo había venido a esta tierra, es decir a llevar a los cristianos a la edad por venir.
Los falsos maestros en Galacia habían causado que muchos creyentes perdieran de vista los grandes cambios que Cristo había traído al mundo. Esto es especialmente evidente en el hecho de que los falsos maestros insistían en regresar a la anticuada señal del pacto de la circuncisión. La fe cristiana enseñaba que Jesús vino a la tierra a liberar a los creyentes de esta edad y sus antiguas formas. Negar esta verdad en teoría o práctica era negar la esencia de la fe cristiana.
Una segunda forma en que Pablo reveló su preocupación acerca de la "escatología minimizada" de los Gálatas fue describiendo su desacuerdo con los falsos maestros como asunto del "evangelio". Escuchemos la manera en que Pablo resumió el asunto en Gálatas capítulo 1versículos 6 y 7:
Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro. (Gálatas 1:6-7)
Ahora, podemos estar seguros de que los falsos maestros en Galacia no habían dejado de hablar de Jesús. Ellos todavía proclamaban ser cristianos. Así que ¿por qué Pablo llamó el mensaje de ellos un evangelio diferente, o que no era un evangelio?
Para entender el significado de esta declaración, tenemos que recordar que el término "evangelio" o "buenas nuevas" como es traducido algunas veces, viene de la palabra griega euangelion. Esta terminología griega del Nuevo Testamento estaba basada en el término hebreo del Antiguo Testamento mebaser, especialmente como fue usado en Isaías. Escuchemos las palabras del profeta Isaías en Isaías capítulo 52 versículo 7:
Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que anuncia la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salvación, del que dice a Sion: ¡Tu Dios reina! (Isaías 52:7)
En este pasaje, Isaías habló del tiempo cuando terminaría el exilio de Israel del Antiguo Testamento. Y él usó el término mebaser o "buenas nuevas" para describir el anuncio de que el exilio ya había terminado, que Dios había establecido su reino en la historia humana, y que Dios había comenzado a juzgar a sus enemigos y había comenzado a bendecir a su pueblo. Como dijo Isaías aquí, las buenas nuevas de salvación son "Tu Dios reina" el reinado de Dios. Este reinado de Dios después del exilio es lo que el Nuevo Testamento llama "el reino de Dios", que es otro término para "el siglo por venir".
Así, cuando Pablo dijo que los falsos maestros no tenían ningún evangelio al escribir "No que haya otro", él implicó que ellos negaron que Cristo había traído el siglo por venir, la edad de salvación, el tiempo del reino de Dios. Al enseñar la circuncisión e implicar justificación por obras de la ley, los falsos maestros rechazaron el verdadero significado de la primera venida de Cristo.
Ellos no tenían buenas nuevas o evangelio para ofrecer a alguien porque no creían que Cristo había traído el reino de Dios o el siglo por venir de una manera significativa. Nuevamente, Pablo entendió que la raíz del problema en Galacia era que falsos maestros tenían una escatología minimizada. El evangelio cristiano es el anuncio de que Cristo verdaderamente trajo el reino de Dios a la tierra; él ha introducido el siglo por venir.
Una tercera manera en que la escatología de Pablo influyó en su carta a los Gálatas, fue su valoración de la ley mosaica. Pablo tocó este asunto de la ley varias veces en su carta, pero en el capítulo 3 trató claramente con su propósito en relación con este tiempo y el siglo por venir.
Ahora, ya hemos visto que recibir las bendiciones de Dios por fe no era una nueva doctrina que Pablo había traído al evangelismo gentil. La fe siempre había sido la manera de salvación a través de toda la Escritura.
Pero el énfasis de Pablo en la fe despertó una pregunta muy seria: Si las bendiciones de Dios para los judíos y los gentiles habían venido siempre por medio de la fe únicamente, entonces ¿cuál era el propósito de la ley de Moisés? ¿Por qué había dado Dios la ley mosaica a Israel? Pablo contestó estas preguntas en el capítulo 3 versículo 19:
Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa. (Gálatas 3:19)
Note cómo Pablo lo puso. La ley fue dada "a causa de las transgresiones" y "hasta que viniese la simiente". A primera vista, puede parecer que Pablo simplemente puso a un lado la relevancia moral de la ley de Moisés, consignándola a un tiempo antes de la venida de Cristo. Varios pasajes en Gálatas muestran que ésto no era así. En Gálatas capítulo 5 versículo 14 Pablo apeló al Antiguo Testamento en Levítico capítulo 19 versículo 18 para explicar por qué los creyentes deberían de buscar el amor.
Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. (Gálatas 5:14)
Una apelación similar a la ley aparece en Gálatas capítulo 5 versículo 22 y 23. Como lo puso allí:
Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. (Gálatas 5:22-23)
Pero, si Pablo no estaba enseñando a los cristianos a deshacerse de la ley de Moisés, entonces ¿por qué escribió en Gálatas capítulo 3 versículo 19 que la ley fue dada "a causa de las transgresiones" y que tenía que ser efectiva "hasta que viniese la simiente?".
Para contestar a esta pregunta, es conveniente recordar que el problema en Galacia era que los falsos maestros pensaron que la ley era aún mejor de lo que realmente era: Ellos pensaban que la obediencia a la ley era la manera de recibir la salvación de Dios. Pero Pablo enseñó que Dios siempre bendijo a su pueblo por medio de la fe. Es por eso que en el capítulo 3 versículo 19 dijo que la ley fue "añadida a causa de las transgresiones". La ley no fue instituida para dar al pueblo de Dios la salvación o para dotarlos de poder para vivir justamente, fue instituida para revelar su pecado.
Pero la ley tenía esta importante función en el plan de Dios "hasta que viniese la simiente", esto es hasta que Cristo hubiera venido. La ley mosaica fue dada para condenar a los hombres y las mujeres por sus pecados. Pero la autoridad de la Ley para condenar era solamente temporal.
Ahora que Cristo ha venido, él ha inaugurado el nuevo siglo, y debido a que los creyentes están unidos a Cristo, ellos son introducidos al siglo por venir. Y en el tiempo por venir la autoridad de la ley para condenar ha sido abolida. Los verdaderos seguidores de Cristo son libres de la condenación de la ley.
La cuarta manera en que los escritos de Pablo dependieron de su perspectiva central acerca de la escatología fue al enfocarse en la unión de los creyentes con Cristo.
Los falsos maestros en Galacia animaron a los Gálatas a pensar en su salvación en términos individuales. Su enfoque en la circuncisión y las estipulaciones de la ley de Moisés habían reducido la salvación a un intento individual de vivir justamente, y ganar implícitamente la justificación, al obedecer la ley. En efecto, los hombres, mujeres y niños eran dejados a presentarse ante Dios en base a su mérito personal.
Pero Pablo insistió que ni la justificación ni la vida justa podían ganarse de esta forma. La justificación y la vida justa tenían que venir por medio de la unión con Cristo. En Gálatas capítulo 3 versículos 26 al 29 Pablo lo expone de esta manera:
Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa. (Gálatas 3:26-29)
Los falsos maestros en Galacia de hecho enseñaron que algunos creyentes en la iglesia eran mejores que otros porque cada uno se presentaba ante Dios en base a su propio mérito. Pero estaban equivocados. La verdad es que estamos "revestidos ... con Cristo", estamos "en Cristo Jesús". Debido a que estamos unidos a Cristo de esta manera, Dios mira a los cristianos como si estuviera mirando a Cristo mismo. Y porque Cristo es totalmente justo y santo, justificado y merecedor de todas las bendiciones de Abraham, Dios nos ve como justos y santos, justificados y merecedores de las bendiciones también.
Una vez más, la perspectiva de Pablo surgió de su escatología. Pablo enseñó que la transición de esta edad de juicio a la venidera de bendiciones se lleva a cabo durante la vida, la muerte y la resurrección de Cristo. Por su propia obediencia a la ley, Cristo cumplió los requisitos de la ley para todos los creyentes. Por su muerte en lugar de los creyentes — llevando las maldiciones de la ley a favor de ellos — Cristo había cumplido los requisitos de la ley de que el pecado fuera castigado mediante la muerte. Por su resurrección a favor de los creyentes, Cristo y aquellos por quienes murió eran vindicados por el Padre como merecedores de la gloria. Como resultado, cuando los creyentes están unidos a Cristo por fe, Dios los ve como si ellos fueran Cristo mismo, y en esa base los considera haber muerto a la maldición de la ley con Cristo y haber resucitado con Cristo a la nueva vida del siglo por venir.
Seguir a los falsos maestros de Galacia era rechazar este papel central de Cristo como el heredero de la promesa a Abraham – era requerir a cada individuo el buscar la bendición de un vivir justo por su propio esfuerzo humano. Pablo vio a Cristo como la simiente de Abraham por medio de la cual venía cada aspecto de la salvación, haciendo bien claro que los creyentes reciben las bendiciones de Dios únicamente al estar unidos a Cristo.
Una quinta manera en la que la escatología de Pablo dirigió sus escritos a los Gálatas, fue en su discusión del papel del Espíritu Santo en la vida cristiana. De hecho, el papel del Espíritu Santo fue una de las ideas principales que Pablo tenían en mente en tanto escribía esta carta. El énfasis puede verse en la primera descripción de Pablo de las falsas enseñanzas en Galacia.
Esuchemos lo que escribió en Gálatas capítulo 3 versículos 1 al 3:
¡Oh gálatas insensatos! ¿Quién os fascinó?... ¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne? (Gálatas 3:1-3)
Pablo estaba sorprendido de que los Gálatas, que habían comenzado sus vidas cristianas confiando en el Espíritu Santo, de alguna manera habían sido engañados para confiar en sus propios esfuerzos humanos.
Un lugar en el que Pablo pone gran atención al contraste entre la obra del Espíritu Santo y el esfuerzo humano fue en Gálatas capítulo 5 versículos 16 al 26. Allí, él desarrolló un fuerte contraste entre la carne y el Espíritu.
Pablo contrastó los hechos de la naturaleza pecaminosa, o del esfuerzo humano, con el fruto del Espíritu. En Gálatas capítulo 5 versículos 19 al 21 él señaló que las obras de la carne incluyen: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías. Pero en Gálatas capítulo 5 versículos 22 al 23 él señaló que el fruto del Espíritu Santo es: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza.
Los falsos maestros querían que la gente creyera que por medio de esfuerzos humanos podían someterse a la circuncisión, y que podían tener el poder suficiente para vivir justamente. Pablo mostró aquí, que la única cosa que el esfuerzo humano podía producir era el pecado.
Joel capítulo 2 versículo 28 es una profecía que claramente expresa la esperanza de que durante el siglo por venir Dios derramaría su Espíritu de maneras en que no lo había hecho en el Antiguo Testamento:
Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. (Joel 2:28)
El Espíritu Santo había estado presente con los creyentes aún antes de que Cristo viniera, y él había dado poder a los creyentes para permanecer fieles a Dios. Pero desde entonces su satisfacción y dones especiales estaban reservados, con algunas excepciones, para un número limitado de personas, tales como profetas, sacerdotes y reyes. En este sentido, la presencia del Espíritu Santo era menos dramática y dominante en el Antiguo Testamento. Pero Joel profetizó que en el siglo por venir el Espíritu Santo sería derramado en todas las clases y grupos de creyentes. Y como vemos en Hechos capítulo 2, la profecía de Joel comenzó a cumplirse en el día del Pentecostés. En ese tiempo, Dios comenzó a derramar su Espíritu a todo su pueblo de una manera dramática, indicando que la esperanza del tiempo por venir se había hecho una realidad.
Pero en Galacia, los falsos maestros habían instruido a los Gálatas a confiar en sus propios esfuerzos humanos para vivir justamente, indicando que ellos negaban los dones abundantes del Espíritu y su potencial en la era del Nuevo Testamento. Ellos fallaron en darse cuenta de la gran bendición del Espíritu Santo que Cristo había traído cuando inauguró el siglo por venir. En respuesta, Pablo recordó a los Gálatas que aquellos que pertenecían a Cristo ya poseían el Espíritu Santo en la totalidad de su poder. Cuando los seguidores de Cristo confían en el poder del Espíritu, él se mueve en ellos para producir fruto de justicia.
Un último lugar en el que podemos ver la profunda dependencia de Pablo en la doctrina de los últimos días es su apelación a la idea de la nueva creación. Esta doctrina aparece en la nota final de su epístola. Como Pablo lo puso en Gálatas capítulo 6 versículo 15 y 16:
Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino una nueva creación. Y a todos los que andan conforme a esta regla, paz y misericordia sea a ellos, y al Israel de Dios. (Gálatas 6:15-16)
En muchos aspectos, estas palabras resumen todo el punto de vista presentado en el libro de Gálatas. En la perspectiva de Pablo, sus oponentes estaban enfatizando demasiado la circuncisión porque con la venida de Cristo, no importa ya si una persona es circuncidada o no. En su lugar, lo que importa es que cada persona llegue a formar parte de una "la nueva creación".
Recordarán que una manera que Pablo creía que el escatón o los últimos tiempos había llegado con la primera venida de Cristo era que Cristo había comenzado una renovación del universo entero hasta formar una nueva creación. Este nuevo orden de las cosas trajo tan grandes bendiciones al pueblo de Dios que obscureció completamente las formas de la antigua creación.
En vez de regresar a las formas de vida anteriores a la primera venida de Cristo, vivir en la nueva creación debe ser la preocupación preeminente de cada creyente. Desde los días de Pablo hasta que Cristo regrese, la preocupación más importante de cada seguidor de Cristo es vivir en la nueva creación. Y como Pablo lo puso, aquellos que toman esta decisión son de hecho "el Israel de Dios".
En esta lección hemos visto cómo Pablo respondió a los problemas que se presentaron en las iglesias de Galacia. Hemos explorado el trasfondo de los falsos maestros en Galacia, el contenido de la carta de Pablo a los Gálatas, y finalmente hemos visto cómo Pablo dependió en su doctrina central de escatología para dirigirse a los problemas en Galacia.
En tanto reflexionamos en la respuesta de Pablo a los Gálatas, no solamente vemos cómo él los guió por sus muy serios problemas, sino también cómo Pablo nos habla hoy en día. Una y otra vez los cristianos modernos vivimos como los Gálatas. Olvidamos cuánto la primera venida de Cristo ha cambiado la historia humana. Como los Gálatas, regresamos a los fracasos y frustraciones de vivir como si Jesús hubiera hecho muy poco. Pero el corazón de la teología de Pablo nos habla como lo hizo a los Gálatas. Cristo nos ha sacado de esta siglo maligno para que nosotros vivamos en las bendiciones del siglo por venir. En tanto dirigimos nuestros corazones hacia las formas de la nueva creación que ha venido con Cristo, encontraremos que el evangelio de Cristo son buenas nuevas en verdad. Cristo ha traído salvación al mundo y hemos sido dotados con el privilegio de vivir en esa salvación incluso hoy.