Cuenta la historia de un joven pastor que se encontraba en la puerta de su iglesia despidiendo a las personas mientras se iban. La mayoría de sus feligreses sonreían cortésmente. Pero el último en la línea era un señor mayor que siempre decía lo que pensaba. "Joven," se quejó. "Tengo un serio problema con su sermón." "¿Cuál es? Preguntó el pastor. Necesito saber qué es lo que dice la Palabra de Dios acerca de mi vida, pero usted nunca dice nada que puedo aplicar a mi vida."
La mayoría de nosotros hemos escuchado sermones que no abordan las necesidades personales que enfrentamos. Y todos necesitamos el estímulo, la orientación práctica y la corrección que la Biblia ofrece. Por mucho que nos guste seguir con cuestiones teóricas, debemos aprender cómo aplicar las Escrituras de maneras prácticas a nuestras propias vidas y a las vidas de otros.
Esta es la onceaba lección en nuestra serie: Él Nos Dio Las Escrituras: Los Fundamentos de la Interpretación. Y la hemos titulado "La Aplicación Moderna Individual." En esta lección, veremos cómo debemos aplicar las Escrituras a los demás y a nosotros mismos como personas individuales.
Cómo hemos visto en otras lecciones, cada vez que aplicamos la Biblia a nuestros días, debemos tener en cuenta tres tipos de distancias que existen entre la audiencia original de las Escrituras y la audiencia moderna: la distancia entre cada época, la distancia cultural y la distancia personal.
A gran escala, debemos explorar el desarrollo teológico que tuvo lugar mientras la historia bíblica se movía de una gran época a otra. En una escala un poco más pequeña, necesitamos darnos cuenta de las similitudes y diferencias entre el diseño de Dios para las culturas en los tiempos bíblicos y su diseño para las culturas modernas. Y dentro de estos marcos, debemos considerar las similitudes y diferencias personales entre las audiencias originales de las Escrituras y la audiencia moderna.
En esta lección primero veremos la última dimensión de la aplicación moderna, mientras consideramos cómo las Escrituras deben impactar los conceptos, comportamientos y emociones de los individuos actualmente.
Dios quiere influenciar mediante su Palabra toda nuestra vida, cuando vemos películas, cuando escuchamos canciones y atendemos nuestras citas. La manera de ver el atardecer y el pecado están destinados a ser influenciados por la manera en la que Dios se revela a sí mismo. Y eso necesita tener un efecto en nuestras mentes, corazones y acciones. La Biblia pretende saturar nuestras vidas y nos da discernimientos bíblico para tener los pensamientos de Dios cada minuto de cada día. Eventualmente eso necesita ser intuitivo e instintivo, pero la Biblia intenta tener un impacto en nuestras vidas de una manera integral. [Dr. K. Erik Thoennes]
Hay muchas maneras de abordar la aplicación moderna individual, pero en esta lección, trataremos con dos temas principales. Primero, veremos que Dios ha ordenado variedad en nuestra aplicación individual de las Escrituras. Y segundo, exploraremos cómo Dios ha provisto de maneras, para que ganemos sabiduría en nuestra aplicación de la Biblia, para nosotros mismos y los demás. Veamos cada uno de estos temas, comenzando con la variedad en la aplicación individual.
En algún momento o en otro, la mayoría de nosotros hemos leído un manual de instrucciones de algún tipo de máquina o equipo electrónico. Ahora, un manual operativo usualmente describe cada detalle de un proceso simple, así que cada persona hará exactamente la misma cosa: "Haz esto, luego esto, y luego esto." Y todo funcionará como se supone que debe funcionar. Pero ¿Puedes imaginar a alguien — escribiendo un manual detallado de operaciones con temas como la agricultura, la crianza de una familia o cómo manejar una empresa? Por supuesto que no, estas tareas son muy complejas para ser descritas paso por paso. Y cada diferente persona debe hacerlo de diferente forma cuando enfrenta una variedad de circunstancias.
Algunas veces podemos desear que la Biblia fuera como un manual de operaciones que nos diera pasos específicos a seguir para cada persona. Esto ciertamente haría que la aplicación individual de la Palabra de Dios fuera mucho más sencilla. Pero cualquiera que esté familiarizado con la Biblia sabe que eso no es así. La Biblia trata con algunos de los temas más complejos que nos podamos imaginar — demasiado complejos para tener direcciones paso a paso. Y más que eso, la Biblia fue diseñada para ser usada por muchas personas diferentes en muchas circunstancias diferentes. Por estas razones, las Escrituras fueron escritas para ser aplicadas a personas individuales en una amplia variedad de formas.
Para entender la variedad en la aplicación individual, señalaremos primero la variedad dentro de las instrucciones bíblicas mismas. Y segundo, veremos porque estas diferentes instrucciones deben ser aplicadas de varias maneras para diferentes personas y circunstancias. Consideremos primero la variedad de instrucciones bíblicas.
Como sugerimos hace un momento, a diferencia de los manuales de paso a paso, libros sobre agricultura, familia, negocios, y similares, suelen ofrecer a sus lectores múltiples instrucciones que van desde lo general a lo particular. Típicamente, estos tipos de libros identifican pocos principios universales que cada uno de nosotros deberíamos observar bajo todas las circunstancias. También ofrecen algunas guías generales que se aplican a la mayoría de las circunstancias. Más allá de esto, éstos frecuentemente proveen una variedad de instrucciones para tratar con situaciones específicas que pueden surgir de vez en cuando. Finalmente, estos tipos de libros generalmente incluyen casos de estudio que ilustran ejemplos de éxito o fracaso.
En muchos sentidos, las Escrituras reflejan el mismo rango de variedad de instrucciones. Ellas proveen algunos principios universales para que todos los sigamos en todo momento, guías generales para muchas personas en muchas circunstancias, instrucciones específicas para algunas personas en algunas situaciones, y ejemplos de personas que tuvieron éxito o fallaron al observar las instrucciones de las Escrituras.
Nos ayudará el ver esta gama de instrucciones bíblicas en dos maneras. Primero, veremos cómo estos tipos de instrucciones aparecen en el Antiguo Testamento, y después consideraremos como esta gama de instrucciones también aparecen en el Nuevo Testamento. Comencemos con el Antiguo Testamento.
Tan irreal como se escucha, los lectores modernos generalmente tienen la impresión de que Dios esperaba que cada Israelita memorizara todas las leyes y enseñanzas de la Biblia desde Génesis hasta Malaquías y después que estuvieran listos para poner estas instrucciones en práctica en cualquier momento. Pero la lista de reglamentos en el Antiguo Testamento era demasiado larga para ser recordada por cualquier persona, mucho menos obedecerla toda. Y para hacer frente a este desafío, los rabinos en Israel trataron de discernir las prioridades de las instrucciones del Antiguo Testamento. ¿Cuáles mandamientos eran necesarios tener en mente por todos en toda situación? ¿Cuáles instrucciones necesitaban ser implementadas en muchas áreas de la vida pero no en todas? ¿Cuáles mandamientos eran tan específicos que sólo tenían que ser recordados ocasionalmente? Algunos rabinos argumentaron de una manera y otros de otra. Pero todos ellos sabían que era necesario establecer prioridades.
En Mateo 22:36, los intentos de priorizar las enseñanzas del Antiguo Testamento dirigieron a los expertos de la ley a preguntarle a Jesús lo siguiente:
Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? (Mateo 22:36)
Jesús respondió en los versículos 37 al 40:
Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas. (Mateo 22:37-40)
En esta escena bien conocida, Jesús dio a sus seguidores su perspectiva autorizada sobre todos los mandamientos de la Biblia. Él identificó el mandamiento de "Amarás al Señor tu Dios" de Deuteronomio 6:5 como la ley del más alto orden. Y sin ser cuestionado, él inmediatamente añadió el segundo más grande mandamiento: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo." de Levítico 19:18. Desde este punto de vista, estos dos mandamientos tenían prioridad sobre cualquier otra instrucción bíblica.
Por supuesto, Dios mismo y la humanidad como la imagen de Dios son muy importantes en la Biblia. Pero ayuda recordar, que Jesús puso estos dos mandamientos juntos porque comparten un enfoque común. Ambos hablan del amor. Por encima de todo, hemos de amar a Dios y amar a nuestro prójimo. Así que, no es de sorprender que Jesús diera a estos mandamientos prioridad sobre todos los demás. Ellos tratan con las cuestiones más profundas del corazón — las actitudes, compromisos, motivaciones y metas que Dios esperaba de su pueblo. En efecto, desde el punto de vista de Jesús, el amor por Dios y el amor por el prójimo son principios universales en el Antiguo Testamento, mandamientos que cada persona debe observar pase lo que pase.
Jesús fue cuestionado por un intérprete de la ley, "¿Cuál es el más grande mandamiento en la Biblia? Y él respondió — "El primer y más grande mandamiento es: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, tu alma, tu mente y tus fuerzas." "Y el segundo es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Toda la ley y los profetas dependen de estos dos mandamientos." Estos son dos mandamientos vitales. No son iguales. Primero debemos amar a Dios. Nuestra primera lealtad va hacia Dios. Él es nuestro Creador, nuestro Redentor, nuestro escudo y gran recompensa. Todo se centra en Dios. Debemos amar a Dios con todo nuestro corazón, esa es la principal prioridad de cada día. Pero Jesús no lo dejó ahí. El intérprete no preguntó, "¿Cuáles son los dos mandamientos principales? Sino "¿Cuál es el más grande mandamiento?" pero Jesús dio ese segundo mandamiento, que es amar a tu prójimo como a ti mismo. Los dos mandamientos están relacionados. No podemos amar a Dios sin amar a las personas que fueron creadas a su imagen, y especialmente a aquellas que han sido redimidas y adoptadas en la familia de Dios. [Dr. Andrew Davis]
Jesús consideraba estos dos mandamientos tan importantes que también añadió, "de estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas" — siendo esta una forma de referirse a todo el Antiguo Testamento. — Ahora, debemos de ser cuidadosos aquí porque muchos intérpretes han tomado esto para decir que los seguidores de Jesús deben descartar todas las instrucciones del Antiguo Testamento excepto el amor por Dios y por el prójimo. Pero eso es contrario a la verdad.
Jesús no sólo identificó los dos grandes mandamientos en Mateo 22, sino que en Mateo 5:19, también enseñó a sus seguidores a observar lo que él llamó los pequeños mandamientos. Escuchemos lo que él dijo:
De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos. (Mateo 5:19)
Este versículo y otros pasajes dejan claro que los seguidores de Jesús observarían todos los mandamientos desde el más pequeño hasta el más grande.
Adicionalmente a esto, en Mateo 23:23 Jesús también reconoció una serie de instrucciones entre el más grande y el más pequeño cuando reprendió a los Fariseos:
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello. (Mateo 23:23)
Notemos que Jesús se refirió a "la justicia, la misericordia y la fe" como "lo más importante de la ley," y los comparó con problemas menores como cuando dice: diezmáis la menta y el eneldo y el comino. Una vez más, él indicó que sus seguidores observarían todos los mandamientos del Antiguo Testamento, pero que tenían que tener en mente las prioridades correctas.
Nos ayuda que visualicemos la perspectiva de Jesús sobre las instrucciones de Dios en el Antiguo Testamento en la forma de un móvil. En la parte superior del móvil tendríamos los principios universales, los dos grandes mandamientos: "Amarás al Señor tu Dios" y "Amarás a tu prójimo como a ti mismo." Se nos ha dicho que "De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas."
Debajo de estos están los principios adicionales que indican cómo deben ser observados los grandes mandamientos. Estos incluyen muchas guías generales encontradas en el Antiguo Testamento como los Diez Mandamientos y principios como la justicia, misericordia y fidelidad.
Debajo de estos principios generales están los "pequeños mandamientos." Estos son instrucciones relativamente específicas en el Antiguo Testamento que indican como las diferentes personas en ciertas circunstancias han de observar los más grandes mandamientos. Por ejemplo, las instrucciones de adoración en Levítico, las directrices de los Salmos y muchas instrucciones encontradas en los libros de sabiduría como Job y Proverbios y en libros proféticos como Isaías y Ezequiel.
Al final del móvil, hay numerosos ejemplos históricos que aparecen muy regularmente en las narrativas del Antiguo Testamento y en los Salmos y en los libros de sabiduría también. Estos pasajes se centran en las maneras particulares en las que los hombres y mujeres obedecen o desobedecen los mandamientos de Dios en circunstancias específicas.
Esta disposición jerárquica nos ayuda a entender muchas facetas de cómo Jesús quería que sus discípulos trataran con toda la gama de instrucciones que aparecen en el Antiguo Testamento.
Con el trasfondo del Antiguo Testamento en mente, consideremos ahora la variedad de instrucciones bíblicas en el Nuevo Testamento.
Es fácil para cualquiera de nosotros ver que el Nuevo Testamento es mucho más corto que el Antiguo Testamento, pero esto no significa que los autores del Nuevo Testamento redujeron el número de instrucciones para el pueblo de Dios. De hecho, la lista de enseñanzas para la iglesia primitiva era en realidad más larga que la lista del Israel antiguo. Los escritos del Nuevo Testamento no reemplazaron al Antiguo Testamento. Más bien añadieron enseñanzas al Antiguo Testamento. La adición de más instrucciones en el Nuevo Testamento plantea una cuestión importante. ¿Por qué los autores del Nuevo Testamento añadieron sus propias instrucciones a las enseñanzas del Antiguo Testamento?
Como vimos en una lección anterior, los autores del Nuevo Testamento no querían que los seguidores de Cristo olvidaran las instrucciones del Antiguo Testamento, y tampoco querían que ellos vivieran como si estuvieran en los tiempos del Antiguo Testamento. Así que para evitar que sus audiencias caigan en las formas del pasado, enseñaron a la iglesia primitiva a cómo aplicar las instrucciones del Antiguo Testamento en la era del nuevo pacto.
Los autores del Nuevo Testamento reconocieron las instrucciones del Antiguo Testamento, pero con el entendimiento de que con la primera venida de Jesús, él trajo la inauguración del reino mesiánico de Dios. También se dieron cuenta, de que las instrucciones del Antiguo Testamento deben ser vistas a través de la obra del Espíritu Santo, mientras él extendía el reino de Dios en la continuación de la era del nuevo pacto. Y ellos vieron el Antiguo Testamento en términos de lo que Cristo hará cuando regrese en gloria en la consumación final del reino mesiánico.
A través de todo esto, los autores del Nuevo Testamento enfatizaron que los seguidores de Cristo deberían mantener las prioridades que Jesús estableció.
En primer lugar, los principios universales de amor por Dios y amor por el prójimo continuaron siendo los más grandes mandamientos, como lo vemos en pasajes como Lucas 10:27, 1 Corintios 13:13 y 1 Juan 4:21. No importa lo que pase, los creyentes del Nuevo Testamento deben dar sus corazones para amar a Dios y amar a sus prójimos. En segundo lugar, los autores del Nuevo Testamento también llamaron la atención a los Diez Mandamientos y a otras guías generales en el Antiguo Testamento en pasajes como Mateo 19:18 y Romanos capítulo13:8 al 10. En tercer lugar, los autores del Nuevo Testamento dieron instrucciones específicas para personas y situaciones específicas como lo leemos en 1 Corintios capítulo14 y 2 Timoteo 4:1 al 5. Y en cuarto lugar, en los evangelios, en el libro de Hechos y en una variedad de otros pasajes, vemos numerosos ejemplos históricos concretos, de personas quienes obedecieron y otros que desobedecieron los mandamientos de Dios.
Como hemos visto, el tema de las Escrituras es tan complejo, y hay tantas instrucciones diferentes para el pueblo de Dios en la Biblia, que posiblemente no podemos tener cada instrucción en mente. Pero el Nuevo Testamento nos ayuda a ver cómo debemos manejar estos diversos mandamientos. Por un lado, necesitamos mantener las prioridades que Jesús enseñó a sus discípulos a guardar. Si no lo hacemos, podemos perdernos en los detalles de las Escrituras, igual que lo hicieron los fariseos en los días de Jesús. Instrucciones específicas son importantes cuando tratamos con ciertos temas, pero la mayoría de nuestra atención debe ser dada a asuntos más importantes — como a amar a Dios por sobre todo y amar al prójimo. Cada momento de cada día, debemos ser motivados y dirigidos por estos dos grandes mandamientos.
Segundo, a pesar de estas prioridades, necesitamos recordar que, de una manera u otra, cada instrucción bíblica es relevante para cada seguidor de Cristo. Cuando nos encontramos con diferentes tipos de opciones, debemos sacar no sólo principios universales de las Escrituras, sino también muchas guías generales, instrucciones específicamente detalladas y ejemplos concretos que encontramos en la Biblia mientras buscamos servir a Dios fielmente.
En el pacto, cuando Dios está enseñando a su pueblo acerca de su naturaleza y de su carácter, él da tres tipos de leyes. Las leyes morales, las cuales están simplemente establecidas como absolutas, y son para todos los tiempos. Las leyes civiles en las cuales los principios eternos están puestos en una configuración condicionada de tiempo. A mi me gusta siempre usar la ley del buey que cornea, precisamente porque no tengo ningún buey. Me gustan las leyes que no son aplicables a mi persona. El principio ahí, es que si sabemos que el buey es malo y no lo encerramos, y él mata al vecino, somos considerados asesinos. Por otro lado, si nunca hemos tenido ninguna duda del temperamento dócil del buey, y no lo encerramos, y un día él enloquece y mata al vecino, no somos considerados responsables. Yo no tengo un buey; pero tengo un carro. Si yo se que los frenos están dañados y no hago algo al respecto, y mato a alguien, soy considerado un asesino según la Biblia. Así que ¿Cuál es el principio? El principio es: el conocimiento es responsabilidad. Por lo tanto en las leyes civiles, tenemos que extraer el principio y aplicarlo a nuestras propias vidas. El tercer tipo de leyes son las ceremoniales, y básicamente estas se aplican a las formas de adoración, y Dios está usando estas leyes como lecciones ilustrativas para enseñar verdades eternas. Así que, por ejemplo, él dice, no coman puerco porque esto los hará impuros. Bueno, el puerco no nos hace impuros. Jesús dejó esto muy claro. Lo que nos hace impuros no es lo que entra en la boca sino lo que sale de nuestro corazón impuro. Por lo tanto, la pregunta no es, "si comimos carne de puerco o no" la pregunta es "¿Has permitido que Cristo trabaje en tu corazón impuro a través del Espíritu Santo? Así que, no, no obedezco las leyes ceremoniales. Estas son lecciones ilustrativas. Una vez que aprendes la lección, ya no necesitas la ilustración. [Dr. John Oswalt]
Cuando vemos los mandamientos que se encuentran en las Escrituras, nos damos cuenta de que hay una sinnúmero de mandatos que fueron dados por varias razones — Si vemos el Concilio de Jerusalén encontrado en Hechos 15, cuando se hizo la pregunta "¿Qué deben hacer los gentiles en relación a los mandamientos del Pacto Mosaico? Los líderes de la iglesia de Israel fueron muy claros al decir, "No pongamos esta carga sobre ellos que nosotros mismos no hemos llevado, sino digámosles esto, apártense de " y entonces dieron una lista de cosas — adoración a los ídolos, inmoralidad sexual, o comer carne que ha sido sacrificado a los ídolos, o beber sangre. Todas estas tienen que ver con un tipo de convicción básica que va al corazón de lo que Dios requiere de nuestra moralidad. Así que aun en las Escrituras vemos una forma de tratar los mandamientos de Dios de manera diferente porque en el pacto con Israel se tiene un tipo de mandato, pero todos esos mandamientos del pacto no van a la principal preocupación moral de las vidas que Dios quiere que tengamos. Y finalmente, a Jesús mismo cuando se le hizo la pregunta, ¿Cuál es el más grande mandamiento? Aun Jesús dijo, todo se resume en esto, "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, tu alma, tu mente y tus fuerzas, y el segundo es parecido, amarás a tu prójimo como a ti mismo." [Dr. Steve Blakemore]
Una vez que observamos como la variedad en la aplicación individual de las Escrituras está relacionada con la diversidad de las instrucciones bíblicas, vayamos a nuestro segundo factor que nos lleva a la gran variedad de aplicaciones: las diferentes personas y circunstancias involucradas. Comenzaremos analizando algo que vimos en una lección anterior.
Como podemos recordar, Dios siempre ha llevado a su pueblo hacia una variedad cultural al revelar su voluntad a través de las Escrituras y a través de la revelación general — sus revelaciones de sí mismo y de su voluntad en las personas y en las circunstancias. De esta manera, Dios ordenó en alguna medida la diversidad cultural para su pueblo.
En muchos aspectos, el mismo tipo de cosas son ciertas para nuestras vidas individuales. Dios revela su voluntad a través de las muchas y diversas instrucciones contenidas en las Escrituras, pero para aplicar estas instrucciones a otros y a nosotros mismos, debemos tomar en cuenta la revelación general de Dios en una variedad de personas y circunstancias.
Podemos ver como las variaciones entre personas y circunstancias afectan la aplicación individual regresando a las instrucciones de jerarquía de Jesús. Por razones de simplicidad, dividiremos nuestras cuatro categorías de instrucciones en "superiores" o instrucciones bíblicas más generales, e "inferiores" o instrucciones bíblicas específicas. Comencemos con las instrucciones bíblicas superiores.
Las instrucciones superiores de la Biblia incluyen principios universales y guías generales. Como hemos visto, estos tipos de instrucciones tienen prioridad sobre otras porque se aplican más ampliamente. Pero aun así, deben aplicarse de diferentes maneras a la luz de la revelación general de Dios.
Por otro lado, para aplicar los principios bíblicos superiores, debemos evaluar las características de la persona involucrada. Tomamos en cuenta cosas como la condición espiritual de la persona, su estatus social, sus habilidades, edad y género. Conocer estas y otras características nos ayudaran a discernir como los principios superiores de las Escrituras deben impactar los conceptos, comportamientos y emociones del individuo en cuestión.
Imaginemos que entramos a un cuarto y a un grupo de amigos les hacemos un par de preguntas: "¿Creen que todos nosotros debemos hacer las cosas correctas?" Bueno naturalmente todos ellos dirán, "Por supuesto." Pero entonces continuamos con la segunda pregunta: "¿Qué hará cada uno de ustedes cuando dejen este cuarto?" No debería sorprendernos que cada persona vaya a hacer lo correcto, pero de diferentes formas. Una persona podría decir: "Voy a ir a casa a cuidar a mis hijos." O "Voy a ir a la tienda a comprar algo de comida." De hecho, nos sorprendería si todos ellos planearan hacer las cosas correctas precisamente de la misma manera. Y no es difícil entender por qué. Instrucciones generales como, "hacer las cosas correctas" tienen que ser aplicadas a diferentes personas y diferentes circunstancias en una variedad de formas distintas.
Ya hemos señalado que el principio universal de "amar a tu prójimo como a ti mismo" de Levítico 19:18 es una instrucción que se aplica a cada persona en cada circunstancia. Pero también sabemos que Dios no espera que todas las personas cumplan este mandamiento exactamente de la misma manera. Un adulto puede mostrar amor de una manera, mientras que un niño demostrará amor de otra manera. Una persona rica y una pobre pueden demostrar amor por otros de diferentes maneras también. Cada habilidad personal, debilidad, experiencia, condición espiritual y otras similares afectan la forma en la que el principio universal de amar a nuestro prójimo debe aplicarse.
Por otro lado, "amar al prójimo" también se aplica en una variedad de formas en diferentes circunstancias. Incluso la misma persona puede amar a su prójimo de diferentes maneras en diferentes momentos. Cada persona enfrenta diferentes obstáculos, retos y oportunidades. Y estas circunstancias requieren que cada uno de nosotros apliquemos los principios bíblicos de maneras que pueden no ser apropiadas para otras personas en otras circunstancias.
Por ejemplo, amar al prójimo es diferente en momentos de guerra o de paz. En momentos de abundancia o de escasez, en tiempos de salud o de enfermedad. Los principios superiores de las Escrituras deben aplicarse de diversas maneras de acuerdo a nuestras circunstancias.
Habiendo visto como la variedad de personas y circunstancias requiere que apliquemos las instrucciones superiores bíblicas de diferentes maneras, vayamos a los elementos inferiores en la jerarquía de Jesús de las instrucciones en las Escrituras.
Para nuestros propósitos, las instrucciones "inferiores" incluyen instrucciones específicamente detalladas de la Biblia y ejemplos históricos concretos que nos ayudan a aplicar las Escrituras a nosotros mismos y a los demás. Así como las instrucciones superiores, las instrucciones inferiores son aplicadas en maneras diferentes dependiendo de la variedad de personas y circunstancias involucradas.
Por ejemplo, imaginemos una instrucción específica como: "Construir una casa segura para nuestra familia." Una persona en un clima frío construiría una casa diferente a la que construiría una persona en un clima templado. Una casa en un área de huracanes requiere diferentes elementos estructurales que una casa en un área de terremotos. El principio superior aquí es que una persona debe mantener segura a su familia. La instrucción específica es construir una casa para cumplir este principio. Y cualquiera que construya una casa se beneficiará de ejemplos de casas similares en circunstancias similares. Pero no existen dos personas que actúen conforme la instrucción específica exactamente de la misma manera.
Algo como esto sucede cada vez que aplicamos una enseñanza bíblica relativamente específica a nuestras vidas individuales hoy en día. Primero tomamos en cuenta las instrucciones superiores, así como otras instrucciones específicas estrechamente relacionadas que nos orientan hacia la enseñanza en cuestión. Segundo, identificamos a las personas y circunstancias originalmente afectadas por la instrucción específica. Y tercero, comparamos nuestras propias vidas con la audiencia original de la enseñanza específica para discernir como debemos aplicarla a nosotros mismos.
Una de las características particulares de la Biblia es que fue escrita para personas específicas en lugares específicos en momentos específicos. Realmente este es el único libro sagrado que hace esto. Los otros libros sagrados del mundo tienden a ser sólo una especie de recetas, declaraciones acerca de lo que la gente debe o no debe hacer. Pero Dios en su bondad nos ha dado el contexto. Nos ha dado una manera de entender cómo este tipo de cosas funcionan en la vida. Pero eso significa que tenemos que estar siempre preguntándonos, "¿Cuál es el principio que está siendo enseñado en esta situación contextual? Y ¿Cómo se aplica ese principio en mi nueva situación contextual? [Dr. John Oswalt]
Para ilustrar lo que tenemos en mente, consideremos como debemos aplicar Éxodo 21:23 al 25, a personas de hoy en día. En estos versículos leemos que los jueces de Israel debían rendir veredictos de esta manera:
Mas si hubiere muerte, entonces pagarás vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe. (Éxodo 21:23-25)
Pero ahora escuchemos Mateo 5:38 al 39, en donde Jesús enseña a sus seguidores a aplicar esta ley a sus vidas personales en su Sermón del Monte:
Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra. (Mateo 5:38-39)
Es importante entender que Jesús no estaba en desacuerdo con las enseñanzas de los jueces y los sistemas legales del Antiguo Testamento. Como todos nosotros, Jesús sabía que el amor por Dios y por el prójimo en una corte requería veredictos justos. El problema que Jesús enfrentó era que los fariseos habían tomado esta regulación para los jueces, como una justificación para tomar venganza en las interacciones personales. Pero cuando comparamos esta instrucción con los principios superiores en las Escrituras y con cualquier otra instrucción "inferior," podemos entender lo que Jesús enseñó a sus discípulos aquí. En efecto, Jesús implícitamente llamó a sus seguidores a compararse ellos mismos con la audiencia original de Éxodo 21. Cada persona debe apoyar la justicia y la equidad de los sistemas legales. Y cuando tenemos roles que se asemejan a los roles de un juez, debemos aplicar Éxodo 21 más como un juez en la corte. Pero nosotros nunca debemos actuar como jueces en nuestras relaciones personales. Nuestras interacciones personales no deben ser dirigidas solamente por la justicia, sino lo más posible por la misericordia y la bondad.
Sólo como un ejemplo, en Mateo 19:21, Jesús dio esta instrucción al joven rico:
Anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. (Mateo 19:21)
El contexto amplio de este versículo deja claro que Jesús dio esta instrucción menor porque el joven rico amaba su dinero tanto que él estaba desobedeciendo el principio superior de amar a Dios y al prójimo. Y él había hecho del amor al dinero su más alta prioridad.
La gente algunas veces se pregunta si este pasaje requiere que cada persona rica en el mundo moderno venda sus posesiones y las dé a los pobres. Pero debemos tomar en cuenta los principios superiores de las Escrituras relacionados a las propiedades personales y a la riqueza. También debemos comparar esta enseñanza menor más específica con otras enseñanzas que Jesús y los escritores del Nuevo Testamento dieron con respecto a las posesiones. Así que, ¿Cómo decidimos lo que la gente rica debe hacer con su dinero? La respuesta está en la comparación entre los individuos y sus circunstancias actuales con el joven rico. Cuanto más nos parecemos a él, más nuestra aplicación moderna debe parecerse a lo que él tenía que hacer en sus días.
Hasta ahora, en esta lección, sobre la aplicación moderna individual hemos visto cómo, en un grado o en otro, los individuos modernos deben aplicar las Escrituras en diferentes maneras debido a la variedad en la aplicación individual. Esto nos lleva a nuestro segundo tema principal: nuestra necesidad de sabiduría en la aplicación.
En muchas partes del mundo, los cristianos pueden tomar la Biblia y leerla en cualquier momento. Esto también nos dirige a muchos de nosotros a ser altamente selectivos en las formas en las que aplicamos las Escrituras a nuestras vidas personales. En teoría afirmamos que todas las Escrituras son inspiradas por Dios. Pero en lugar de tratar con las múltiples instrucciones de la Biblia para los diferentes tipos de personas en diferentes circunstancias, simplemente desechamos las Escrituras de manera privada y buscamos algo que fácilmente se aplique a nuestras vidas. Esta práctica, es comprensible ya que muchas veces, la Biblia es muy complicada. Pero en realidad, la Biblia no fue escrita para ser manejada de esta manera. Más bien, Dios ordenó que las Escrituras deben ser leídas mientras las personas de su pueblo interactúan entre ellas. Con la ayuda de otros, podemos ganar la sabiduría que necesitamos para aplicar incluso partes difíciles de la Biblia a nuestras vidas.
Como veremos, a pesar de que el Espíritu Santo puede darnos ideas extraordinarias en la aplicación de las Escrituras, Dios claramente ha ordenado que, en general, ganemos sabiduría en la aplicación mediante la interacción con otros.
Los antiguos Israelitas y la iglesia primitiva no tenían imprentas, ni editoriales, ni ningún medio de distribución masiva de las Escrituras como lo tenemos hoy en día. Y aún si las Escrituras hubieran llegado a las manos de la mayoría, ellos no hubieran sido capaces de leerla. Así que, Dios espera que los individuos aprendan como aplicar las Escrituras interactuando unos con otros en la comunidad.
Exploraremos dos formas en las que la sabiduría en la aplicación individual se desarrolla a través de la interacción con otros. Primero, observaremos el rol vital de los líderes señalados por Dios, como los principales receptores de las Escrituras. Segundo, exploraremos la necesidad de la comunidad en la difusión o propagación de las Escrituras entre el pueblo de Dios. Veamos primero el rol crucial de los líderes en la aplicación individual.
Aunque los evangélicos generalmente piensan de la Biblia como un libro diseñado para creyentes individuales, un número de indicadores sugieren que los autores bíblicos escribieron con una perspectiva muy diferente. En lugar de escribir directamente a todas las personas en Israel y a la iglesia primitiva, los autores de las Escrituras escribieron primero a los líderes del pueblo de Dios quienes fueron ordenados para explicar y difundir las enseñanzas de las Escrituras.
Primero veremos cómo la Biblia fue principalmente dirigida a los líderes en el Antiguo Testamento y después cómo esto ocurrió en el Nuevo Testamento. Comencemos con el Antiguo Testamento.
En el Antiguo Testamento, normalmente sólo personas como los sacerdotes, levitas, profetas, sabios, jueces, reyes y otros nobles podían leer y estudiar las Escrituras de primera mano. Debido a esto, los autores del antiguo Testamento se dirigieron primeramente a los líderes de Israel. Podemos ver evidencia de esto en por lo menos tres maneras.
En primer lugar, hay un número de referencias explícitas para los líderes de Israel como los principales receptores de los libros del Antiguo Testamento.
Para mencionar sólo unos ejemplos, pasajes cómo Deuteronomio 31:9 y 2 Reyes 22:8 al 10 indican que la ley de Moisés se guardó bajo el cuidado de los sacerdotes levitas. Y muchas de las instrucciones en el Libro del Pacto en Éxodo 21:1 al 23:9 fueron llamadas "juicios" — mishpatim en Hebreo — porque fueron escritos como leyes para los casos en los que los jueces las aplicarían en los tribunales. Y en pasajes como Proverbios 1:1 y el 25:1, sobrescritos dando información introductoria que nos muestran que los proverbios fueron recolectados por hombre sabios y figuras reales de alto rango para el uso en la corte real de Judá. Estos y muchas otras referencias indican que los libros del Antiguo Testamento fueron escritos primero con los líderes de Israel en mente.
En segundo lugar, el contenido de los libros del Antiguo Testamento también muestra que fueron escritos primeramente para los líderes de Israel.
Muchos libros del Antiguo Testamento pasan mucho tiempo en temas que tienen poca relevancia directa con el diario vivir de los Israelitas. Por ejemplo, las largas instrucciones referentes a la construcción del templo en 1 Reyes 6 correspondían sólo indirectamente a la vida de un pastor, granjero o artesano promedio en Israel. De la misma manera, las reflexiones en Eclesiastés sobre la futilidad de perseguir las riquezas, el placer, la fama y cosas similares estaba lejos de los desafíos que enfrentaba la vasta mayoría de los hombres y mujeres israelitas. En lugar de dar instrucciones que hablaban directamente a las necesidades y desafíos que enfrentaba cada individuo en Israel, mucho del contenido de los libros del Antiguo Testamento estaba más pertinentemente dirigido a las necesidades y desafíos que enfrentaban los líderes de Israel.
En tercer lugar, las complejidades de los libros del Antiguo Testamento también revelan que fueron primeramente designados para los líderes en Israel quienes fueron dotados con experiencia y sabiduría.
Para estar seguros, muchas partes del Antiguo Testamento eran lo suficientemente simples como para ser entendidas por los niños. Pero cualquiera que está familiarizado con el Antiguo Testamento conoce que las complejidades de muchos de los libros del Antiguo Testamento desafían incluso a los más expertos lectores. Sólo como un ejemplo, libros proféticos como Isaías y Jeremías están tan estrechamente construidos que un israelita promedio podría encontrarlos confusos. En general es aparente que los libros del Antiguo Testamento no fueron escritos directamente para instruir en lo individual a cada israelita, sino principalmente para instruir a los líderes de la nación.
En muchos aspectos, al igual que los líderes de Israel que fueron la primera audiencia de los autores del Antiguo Testamento, los escritores del Nuevo Testamento también diseñaron sus libros para los líderes de la iglesia, como los apóstoles, profetas, evangelistas, pastores, maestros, ancianos, diáconos y otras figuras de liderazgo.
En primer lugar, algunos libros del Nuevo Testamento hacen referencias explícitas a los líderes de las iglesias como sus principales receptores.
Por ejemplo, 1 y 2 Timoteo estaban dirigidas a Timoteo, "el hijo de Pablo en la fe." Y el libro de Tito estaba dirigido al pupilo de Pablo, Tito. Estos dos hombres se convirtieron en líderes de influencia en la iglesia primitiva.
Hay tres cartas de Pablo que son conocidas como las epístolas pastorales, porque fueron escritas a pastores en el primer siglo, para Timoteo y para Tito. Estas son, 1 Timoteo, 2 Timoteo y el libro de Tito. Pablo está lejos de Éfeso, él está muy preocupado por la persona que dejó a cargo de la iglesia de Éfeso. Timoteo. Así que escribe 1 Timoteo para animarlo. También le escribe a Tito, quien es su otro "número dos," y él es, más confiable de carácter que Timoteo, es más fuerte, pero sigue necesitando ser animado para su tarea, que es ordenar a algunos de los cristianos y sus problemas en la Isla de Creta. De ahí, el escrito para Tito. Yo veo estas dos cartas siendo escritas por Pablo en sus viajes a sus dos seguidores claves, Timoteo y Tito, mientras él está viajando por Ilírico hacia Grecia. [Dr. Peter Walker]
En segundo lugar, el contenido de los libros del Nuevo Testamento también señala a los líderes de la iglesia como sus principales receptores.
Cuando consideramos los libros del Nuevo Testamento en sus contextos históricos, no es difícil ver que generalmente se concentran en asuntos que no eran familiares para la mayoría de los creyentes del primer siglo. Como un ejemplo, muchos libros del Nuevo Testamento fueron escritos mayormente para congregaciones gentiles, es decir, para personas que tenían poco conocimiento del Antiguo Testamento. Aún así, los autores del Nuevo Testamento se refirieron a textos del Antiguo Testamento cientos de veces, y generalmente con poca explicación. Es muy probable que los escritores del Nuevo Testamento esperaran que los líderes conocedores estuvieran capacitados para entender estas y otras instrucciones que no eran familiares para muchos de los primeros cristianos.
En tercer lugar, las complejidades de las instrucciones del Nuevo Testamento también indican que los principales receptores eran líderes educados y sabios.
Aunque gran parte del Nuevo Testamento podría ser entendido fácilmente, muchas otras partes eran muy difíciles de entender para los primeros cristianos. Aun el apóstol Pedro comentó en su famoso pasaje en 2 Pedro 3:16 que las "cartas de Pablo contenían algunas cosas que eran difíciles de entender." Una y otra vez, los autores del Nuevo Testamento escribieron con tal sofisticación teológica que sus cartas estaban más allá del alcance de la mayoría de los creyentes ordinarios. Y por esta razón, los líderes dotados de la iglesia eran responsables por la enseñanza y la explicación de las Escrituras para aquellos quienes no podían leerlas y entenderlas por ellos mismos.
El saber que los líderes del pueblo de Dios fueron los principales recipientes de los libros bíblicos tiene muchas implicaciones para los cristianos modernos. La historia de la iglesia ha demostrado los abusos de las Escrituras que surgen cuando los creyentes individuales son demasiado dependientes de sus líderes. Pero también debemos ser cuidadosos a no irnos hacia el otro extremo y asumir que no necesitamos a los líderes cristianos.
Al igual que como Dios ordenó líderes a tratar con contenido desconocido y complejo de las Escrituras en los tiempos bíblicos, los modernos seguidores de Cristo, también necesitan líderes experimentados, bendecidos con el Espíritu Santo con conocimiento y sabiduría, por las mismas razones.
De hecho, incluso la Biblia que tenemos en nuestras manos — incluyendo los textos hebreos, arameos y griegos que algunos de nosotros leemos — ha llegado a nosotros a través de los líderes académicos, líderes expertos en campos como la crítica textual, la recopilación, edición y publicación de textos antiguos.
Y más que esto, las traducciones modernas de las Escrituras que la mayoría de los cristianos usan hoy en día, son el resultado de la obra de los líderes expertos en el hebreo, arameo y griego antiguo y en el arte de la traducción.
Aunque el estudio privado de las Escrituras es valioso en muchas maneras, no hay sustituto para la identificación de líderes confiables, y para el beneficio de los dones que el Espíritu Santo les ha dado, mientras buscamos como aplicar las Escrituras a nuestros vidas actualmente.
El líder debe realmente ser el ejemplo en todas las cosas: en el amor, la justicia, la oración y por supuesto la enseñanza y la doctrina. Él debe ser un ejemplo en crecimiento. Por esta razón, el apóstol Pablo se enfocó en Timoteo y lo aconsejó a no dejarse intimidar por nadie por ser joven. Y le dijo que fuera ejemplo para otros. Esto es muy importante en la vida de un líder. [Rev. Youssef Ourahmane]
Todos debemos tomar en serio la exhortación hecha en Hebreos 13:17:
Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso. (Hebreos 13:17)
Habiendo visto que el desarrollo de la sabiduría en la aplicación incluye la interacción con los líderes ordenados por Dios, vayamos a nuestro segundo tema: la necesidad de comunidad en la difusión y aplicación de la enseñanza bíblica.
La gente ordinaria en Israel y la iglesia primitiva no tenían acceso directo a las Escrituras. Así que, ¿Cómo aplicaron las Escrituras en sus vidas? En resumen, los autores bíblicos escribieron con la expectativa de que los líderes distribuirían y esparcirían las Escrituras, para que el pueblo de Dios las aplicará en comunidad.
Veremos la importancia de la comunidad en la aplicación personal de las Escrituras observando cómo estas fueron compartidas con la comunidad del pueblo de Dios en el Antiguo Testamento. Y después exploraremos cómo ellas fueron distribuidas en el Nuevo Testamento. Comencemos con el Antiguo Testamento.
Cuando se trata del Antiguo Testamento, sabemos que muchas narraciones, leyes, proverbios, salmos, discursos proféticos y cosas similares se extendieron oralmente antes de que fueran recolectados en los libros bíblicos. Pero en esta lección, estamos más interesados en cómo los registros escritos de estas enseñanzas se extendieron más allá de los líderes que las leyeron primero.
Hay muchas pistas que nos ayudan a comprender cómo el contenido de los libros del Antiguo Testamento fue distribuido dentro de la gran comunidad de Israel. Por ejemplo, en Deuteronomio 31:9 al 29, Moisés primero dio la ley de Dios a los sacerdotes levitas. Moisés después instruyó a los sacerdotes levitas a leer la ley durante la Fiesta de los Tabernáculos, para qué hombres, mujeres y niños pudieran escuchar y aprender la ley. Adicionalmente, Dios también mandó a Moisés a poner las bendiciones y maldiciones de la ley en una canción para que el pueblo pudiera cantarla como un testigo constante de la voluntad de Dios para ellos.
Más allá de esto, pasajes como Deuteronomio 17:8 al 13 indican que los levitas y los jueces de las cortes en Israel aplicaron la ley de Dios al pueblo e instruyeron a la población general acerca de las implicaciones de la ley. Y 1 Reyes 3:16 al 28 demuestra una práctica similar en la corte real. 2 Reyes 23:1 al 3 indica que en tiempos de la renovación del pacto el rey leía las Escrituras en voz alta al pueblo y dirigía la aplicación de la ley. Esdras 10:16, muestra que los ancianos de las tribus aplicaron la Palabra de Dios a las vidas de aquellos a quienes servían. Los padres recibieron la orden de enseñar a sus hijos las regulaciones de la Pascua en Éxodo 12:27 de hecho, las instrucciones de Moisés en Deuteronomio 6:6 al 9 muestran que la ley era enseñada a los niños en cada oportunidad.
Y por supuesto, como las instrucciones de las Escrituras llegaban a la población general de Israel, los miembros de la comunidad se motivaban mutuamente unos a otros a seguir lo que ellos sabían acerca de las enseñanzas de las Escrituras.
El Antiguo Testamento también enfatizó que el pueblo debería poner la Palabra de Dios en sus corazones. Por esta razón, muchas partes del Antiguo Testamento parecen estar diseñadas para la memorización. Narrativas cortas, los Diez Mandamientos, los Salmos y Proverbios, así como muchos discursos proféticos, cantos y parábolas eran memorizados por la comunidad de Israel. En este sentido, los individuos fieles eran capaces de poner las instrucciones de Dios en sus corazones al meditar y regocijarse en su Palabra. Únicamente como un ejemplo escuchemos las palabras del Salmo 119:11 al 16:
En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti. Bendito tú, oh Jehová; Enséñame tus estatutos Me he gozado en el camino de tus testimonios En tus mandamientos meditaré; Consideraré tus caminos. Me regocijaré en tus estatutos; No me olvidaré de tus palabras. (Salmo 119:11-16)
En este pasaje, el salmista explicó lo que significa esconder la Palabra de Dios en su corazón. Él se ha "gozado en el camino de los testimonios de Dios." También dice "En tus mandamientos meditaré" y "Me regocijaré en tus estatutos" así es cómo él trató de aplicarlos a su vida personal.
Todos los humanos estamos afectados por el pecado. Por eso en el Salmo 119, tenemos un modelo para acercamos a las Escrituras. En muchas ocasiones, el salmista ora, "Abre mis ojos para que pueda ver cosas maravillosas en tu palabra aparta mi corazón lejos de las cosas inútiles y vanas." Las Escrituras nos dan un modelo para buscar a Dios apartando nuestros corazones y nuestras mentes lejos de cosas pecadoras, consientes de que podemos distorsionar las Escrituras y hacerlas, que digan lo que queremos y así justificar nuestro comportamiento. El pecado afecta nuestra relación con el Señor, y Dios nos llama a perdonar a otros y a tratarlos con la gracia que él nos da a nosotros. [Dr. Robert L. Plummer]
Ahora que hemos visto lo importante que fue la comunidad del pueblo de Dios, para que se difundieran las Escrituras en el Antiguo Testamento, veamos algunas prácticas similares observadas en la iglesia del Nuevo Testamento.
En gran medida, la comunidad de la iglesia primitiva modeló la forma en la que recibieron las Escrituras, de las prácticas de las sinagogas del primer siglo. Los líderes de la iglesia eran responsables de leer y explicar las Escrituras, para que la Palabra de Dios se extendiera por toda la comunidad. Podemos ver este patrón en la historia familiar de Jesús en la sinagoga de Nazaret en Lucas 4:14 al 29. En estos versículos, Lucas reportó que Jesús asistió a una reunión en la sinagoga. Los líderes le dieron a Jesús un pergamino y él se paró y leyó la parte de Isaías que le habían dado. Entonces, después de enrollar el pergamino y devolverlo al ministro, Jesús se sentó y explicó como las palabras que había leído podían aplicarse a la congregación.
Varios pasajes del Nuevo Testamento indican que las primeras iglesias cristianas imitaron este patrón de enseñanza en la sinagoga. Sólo como un ejemplo, escuchemos las instrucciones de Pablo en Colosenses 4:16:
Cuando esta carta haya sido leída entre vosotros, haced que también se lea en la iglesia de los laodicenses, y que la de Laodicea la leáis también vosotros. (Colosenses 4:16)
Aquí vemos que Pablo decía que Cuando esta carta haya sido leída entre vosotros, en la congregación de Colosas "que también se lea en la iglesia — o congregación -- de los laodicenses." Como muestra este pasaje, los autores del Nuevo Testamento escribieron con la expectativa que los líderes de las iglesias pudieran leer y explicar sus libros en las reuniones de la iglesia.
En lugar de pasar Biblias a cada persona y enviarlos a sus casas para estudiar ellos mismos, los primeros cristianos aprendieron y aplicaron las Escrituras primeramente en comunidad, a través de lecturas y explicaciones públicas de las Escrituras bajo la supervisión de sus líderes. Y los miembros de la familia, amigos y vecinos se ayudaban unos a otros a aplicar estas enseñanzas a medida que se extendían entre el pueblo de Dios. Al igual que en el Antiguo Testamento, esta interacción comunitaria equipó a los creyentes de la iglesia primitiva en la práctica de la meditación personal. Los primeros cristianos memorizaban las enseñanzas del Nuevo Testamento y meditaban en su significado para sus vidas personales. Ésta es una de las razones del porque el Nuevo Testamento contiene parábolas de Jesús y otras enseñanzas fácilmente memorizables como Las Bienaventuranzas en Mateo 5 y El Padre Nuestro en Mateo 6. Esto nos ayuda a entender porque varios pasajes parecen haber sido los primeros himnos cristianos como Filipenses 2:6 al 11 y Colosenses 1:15 al 20. Esto también explica el por qué las palabras de Pablo en 2 Timoteo 2:11 al 13 parecen haber sido bien conocidas en la iglesia.
En 2 Timoteo 2:7, el apóstol Pablo se refirió directamente a la práctica de la meditación y a la búsqueda de los puntos de vista de Dios de las Escrituras. Escuchemos lo que él escribió ahí:
Considera lo que digo, y el Señor te dé entendimiento en todo. (2 Timoteo 2:7)
Pablo llamó a Timoteo a que "considerará" lo que él había escrito. Y Pablo esperaba que "el Señor le dé a Timoteo entendimiento en todo." A través de la meditación, el Señor le enseñaría a Timoteo el significado de las palabras inspiradas de Pablo para que Timoteo pudiera aplicarlas a su vida personal.
Como hemos visto, las formas en las que los antiguos israelitas y los primeros cristianos aplicaron las Escrituras a sus vidas personales eran muy diferentes a la forma en la que comúnmente las aplicamos en nuestros días. Los líderes en Israel y en la iglesia primitiva primero recibieron las Escrituras y entonces distribuyeron partes de ellas a la extensa comunidad del pueblo de Dios. Y en el contexto de la interacción con otros, las personas tenían que recitar y meditar en las Escrituras que ellos conocían con la expectativa de que Dios los guiaría en la aplicación de estas a sus vidas personales. Entonces, ¿Qué implicaciones tienen estas prácticas para nosotros hoy? ¿Qué nos dicen acerca de las maneras en la que debemos aplicar las Escrituras a nuestras vidas personales?
Por lo menos tres implicaciones vienen a la mente para aquellos que esperan obtener la sabiduría necesaria para aplicar las Escrituras a sus vidas individuales.
En primer lugar, los seguidores modernos de Cristo necesitan aprender cuanto necesitamos a los líderes dotados por el Espíritu Santo para traernos las enseñanzas de las Escrituras. Vemos que las audiencias originales de la Biblia necesitaban que sus líderes les ayudaran con las enseñanzas complejas y desconocidas. Si esto era cierto para la persona que vivían en los días de la Biblia, sin duda es cierto para nosotros hoy.
Podemos sostener Biblias en nuestras manos, pero todavía necesitamos líderes sabios y experimentados para ayudarnos mientras tratamos de aplicar las Escrituras a nuestras vidas. En segundo lugar, los seguidores modernos de Cristo necesitan reafirmar la importancia de la interacción con la gran comunidad cristiana, el cuerpo de Cristo, mientras buscamos aplicar las Escrituras. En este sentido, el viejo dicho es cierto. "Dos ojos ven mejor que uno" de hecho, tres, cuatro, cinco mil ojos ven mejor que uno. El hecho es este: En un momento o en otro, cada seguidor de Cristo ha pensado en una aplicación particular que era perfectamente adecuada, únicamente para descubrir mediante la interacción con otros que no lo era. Cuando recordamos que el cuerpo de Cristo es el templo del Espíritu Santo, nos damos cuenta que una de las cosas más sabias que los cristianos modernos podemos hacer es interactuar con otros cristianos fieles mientras aplican las Escrituras a sus vidas personales.
En 2 Pedro 3:16, el apóstol Pedro habla de las cartas de Pablo. Dice:Casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición. (2 Pedro 3:16)
Me gusta este versículo porque nos recuerda que algunas cosas en las Escrituras son difíciles no imposibles de entender y que podemos distorsionarlas y no ser fieles al significado inspirado. Esto es un buen recordatorio, necesitamos el cuerpo de Cristo, porque a través del Nuevo Testamento, existen las expectativas tanto implícitas como explícitas que nos congreguemos junto con otros creyentes. Muchos pasajes hablan de los diferentes dones espirituales que Dios da a su cuerpo — en 1 Corintios 12 al 14, Romanos 14, Efesios 4.
Uno de los dones de acuerdo a Efesios 4, son el de ser pastor y maestro. Sin negar que todos los cristianos tenemos el Espíritu Santo y somos llamados a leer y a entender las Escrituras, pero algunas personas son específicamente dotadas para explicarlas y nos ayudan a ver lo que hay ahí. [Dr. Robert L. Plummer]
En tercer lugar, los modernos seguidores de Cristo también necesitan encontrar sabiduría en la aplicación, renovando la práctica individual de la oración, y la meditación en las Escrituras. A pesar de que la interacción con los líderes y con el extenso cuerpo de Cristo es importante, cada cristiano debe dar cuentas de lo que él o ella ha hecho. Así que, al final, la aplicación individual, como Pablo le dijo a Timoteo, nunca debe ser reducida a algo que hacemos aparte de buscar al Señor para que "nos dé a nosotros discernimiento." A través de la meditación en la oración, el Espíritu de Dios nos concede un discernimiento y una convicción sincera de que estamos aplicando las Escrituras de manera que le agradan a él.
La lectura es la exposición de las Escrituras, y ese es el punto de partida, tenemos que hacerlo. Pero la meditación es la absorción de las Escrituras, que nos dirige a la transformación de la vida que esperamos de nuestro tiempo diario en la Palabra de Dios, y que nos ayuda a experimentar a Dios. A través de la meditación probamos y vemos que el Señor es bueno. La información en la página se convierte en una experiencia devocional con el Señor y da lugar a la transformación de la vida. En mi experiencia la mayoría de los cristianos, aun el más devoto de los lectores diarios de la Biblia no meditan en ella. No leamos la Biblia solamente; meditemos en las Escrituras. [Dr. Donald S. Whitney]
En esta lección sobre la aplicación moderna individual hemos observado dos facetas de la aplicación de las Escrituras en nosotros mismos y en otros como individuos. Señalamos que la variedad en la aplicación personal de las Escrituras debe tomar en cuenta la variedad de instrucciones bíblicas y la variedad de personas y circunstancias involucradas. Y también exploramos cómo la sabiduría en la aplicación bíblica se basa en la interacción con los líderes ordenados por Dios y con la comunión del pueblo de Dios para ayudarnos, mientras en oración, meditamos sobre las Escrituras en la presencia de Dios. La Biblia es un maravilloso regalo de Dios, nuestra única regla incuestionable de fe y conducta. Ningún otro estándar es adecuado para guiar nuestros conceptos, comportamientos y emociones individuales al servicio a Dios. Las Escrituras están llenas con la variedad de instrucciones que necesitamos cuando tratamos con las variedades de la vida. Y Dios también nos ha proporcionado el camino de sabiduría que necesitamos para tratar con esta variedad en las Escrituras llamándonos a aprender y a aplicar las Escrituras en comunidad con otros. Si mantenemos esas perspectivas en mente, estaremos mejor equipados para aplicar las Escrituras a nuestro servicio individual a Dios, cada día de nuestras vidas.