Padre Abraham: Aplicación Moderna

INTRODUCCIÓN

Si hay una cosa que mucha gente moderna encuentra difícil sobre la Biblia, es ésta. Es difícil imaginarse que las historias escritas hace miles de años tienen la capacidad de dirigir nuestras vidas hoy.

Y esto es muy cierto sobre los relatos de Abraham en la Biblia. Abraham mismo vivió hace cerca de cuatro mil años, y las historias sobre él fueron escritas hace casi 3600 años. Pero como seguidores de Cristo, estamos comprometidos al hecho de que estas historias son parte de las Sagradas Escrituras y por lo tanto son de utilidad incluso para la gente moderna.

Pero aún con este compromiso siguen ahí las preguntas: ¿Cómo estas historias sobre Abraham se aplican a nuestras vidas hoy? ¿Cómo tendemos un puente sobre esa brecha de 4,000 años que nos separa de Abraham?

Hemos titulado esta serie "Padre Abraham" porque estamos estudiando la vida de Abraham como aparece en el libro de Génesis. Esta lección es la tercera de tres lecciones introductorias en esta serie, y la hemos titulado "La vida de Abraham: Aplicación moderna". En esta lección, concluiremos nuestra descripción de la vida de Abraham concentrándonos en la manera apropiada de mostrar las aplicaciones modernas de los capítulos en Génesis que hablan de Abraham. ¿Cómo debemos aplicar las historias sobre Abraham a nuestras vidas? ¿Qué clase de impacto deben de tener en nosotros hoy?

Para entender cómo se aplica la vida de Abraham a nuestro mundo, miraremos en dos direcciones básicas. Primero, las conexiones que existen entre Abraham y Jesús, y en segundo lugar, las conexiones que existen entre la audiencia original de Israel y la audiencia moderna de la iglesia.

Antes de que miremos la aplicación moderna de la vida de Abraham debemos tomar un momento para revisar lo qué hemos visto en lecciones anteriores.

Hemos aprendido que la historia de Abraham se divide en cinco pasos simétricos. La primera parte de la vida de Abraham comienza con los antecedentes y las primeras experiencias de Abraham en el capítulo 11 versículo 10 al capítulo 12 versículo 9. En segundo lugar, varios episodios se concentran en las primeras interacciones de Abraham con los representantes de otros pueblos en el capítulo 12 versículo 10 al capítulo 14 versículo 24. La tercera parte y la central, se enfoca en el pacto que Dios hizo con Abraham en el capítulo 15 versículo 1 al versículo 27 del capítulo 17. La cuarta sección regresa a las interacciones posteriores de Abraham con los representantes de otros pueblos en el capítulo 18 versículo 1 al versículo 34 del capítulo 21. Y el quinto segmento trata de la descendencia de Abraham y su muerte en el capítulo 22 versículo 1 al versículo 18 del capítulo 25. Estas cinco secciones presentan la vida del patriarca en un patrón simétrico. La tercera sección, que se ocupa del pacto de Dios con Abraham sirve como la pieza central de la vida de Abraham. La segunda y la cuarta parte se asemejan una a la otra ya que ambas se enfocan en las interacciones de Abraham con otros pueblos. Y la primera y la última parte se relacionan una con la otra proporcionando el principio y final de la vida de Abraham, siguiendo su línea familiar desde el pasado hasta el futuro. Más allá de la estructura básica de la vida de Abraham, también hemos visto en lecciones anteriores que Moisés tenía un propósito al escribir la vida de Abraham. Moisés escribió sobre Abraham para enseñar a Israel porqué y cómo debían salir de Egipto y continuar hacia la conquista de la Tierra Prometida. En otras palabras, viendo los antecedentes históricos de sus vidas en Abraham, encontrando modelos o ejemplos para seguir y para rechazar en las historias de Abraham y discerniendo cómo la vida de Abraham presagió sus propias vidas, los Israelitas que seguían a Moisés podrían ver las maneras en que debían de seguir el propósito de Dios para ellos. Con esta revisión de lecciones anteriores en mente, estamos listos ahora para volver a las aplicaciones modernas de la historia de la vida de Abraham. Veamos primero las conexiones que existen entre Abraham y Jesús.

ABRAHAM Y JESÚS

Desafortunadamente, muchas veces los cristianos aplican la vida de Abraham más o menos directamente a la vida moderna. Nos acercamos a las historias de Abraham como simples historias morales que hablan directamente a nuestras vidas. Como cristianos, sin embargo, sabemos que nuestra relación con Abraham es mediadora; la vida de Abraham es relevante para nosotros porque nos ha unido a la simiente especial de Abraham, Cristo. Cristo está entre nosotros y Abraham. Por esta razón, siempre debemos ver las historias bíblicas sobre Abraham teniendo en cuenta a Cristo y lo que Él ha hecho.

Para entender las conexiones entre el Patriarca y Cristo tocaremos uno o dos temas. Por un lado, exploraremos cómo el Nuevo Testamento enseña que Cristo es simiente de Abraham. Y por otra parte, veremos cómo los cuatro temas importantes que hemos notado en la vida de Abraham aplican a Cristo como la simiente de Abraham. Veamos primero el concepto de que Jesús es simiente de Abraham.

Simiente de Abraham

Ahora, hay un sentido en el cual Abraham es el padre de todos los creyentes a través de la historia, hombres, mujeres y niños. Somos todos una parte de su familia, de sus hijos y de sus herederos. Pero como veremos, el Nuevo Testamento deja muy claro que gozamos de esta posición porque hemos sido unidos a Cristo que es la simiente especial de Abraham.

Para entender cómo las Sagradas Escrituras enseñan esta perspectiva tocaremos brevemente dos puntos. Primero, la singularidad del concepto de la simiente. En segundo lugar, el concepto de Cristo como la única simiente de Abraham.

Pensemos primero en la forma en que la Biblia se enfoca en la singularidad de la simiente de Abraham.

Singularidad

Quizás el pasaje más significativo que se enfoca en este asunto es Gálatas capítulo 3 versículo 16. Allí encontramos estas palabras:

Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo. (Gálatas 3:16)

En este pasaje, Pablo se refirió al hecho de que en Génesis las promesas de Dios se hicieron a Abraham y a su simiente o descendencia. Pero note cómo Pablo hizo un comentario específicamente sobre la expresión "simiente," diciendo que Dios no hizo la promesa a Abraham y a sus simientes que son a muchas personas si no a Abraham y su simiente que es a una persona: Cristo.

Pablo argumentó de esta manera al notar que la palabra hebrea zera qué se traduce "simiente" es una palabra singular. Al igual que la palabra griega sperma en la traducción griega del Antiguo Testamento disponible en los días de Pablo. Como Pablo notó, Dios no dijo a Abraham que la promesa era para Abraham y sus simientes, (en plural) si no "a [tu] su simiente" en singular.

Ahora, aparentemente parecería que el punto de vista de Pablo era directo. La herencia de Abraham vino solo a una simiente, o un descendiente porque la palabra es singular. Pero la aclaración de Pablo sobre la singularidad de la palabra "simiente" ha levantado toda clase de dificultades para los intérpretes. El problema se puede poner de esta manera. Es verdad que la palabra "simiente" o zera es singular en su forma, pero muchas veces en el Antiguo Testamento, incluyendo en las historias de la vida de Abraham, la palabra "simiente" en su forma singular debe ser tomada a menudo como singular colectivo en el significado, una palabra singular que se refiere a un grupo. La palabra hebrea zera o "simiente" es como nuestra palabra en español "descendencia." Aun cuando esta palabra es singular en forma, puede referirse solamente a un descendiente o puede referirse colectivamente a muchos descendientes.

Por ejemplo, el término "simiente" o zera es definitivamente plural en su significado, en el capítulo 15 versículo 13 de Génesis. Allí leemos estas palabras que Dios habló a Abraham.

Entonces Jehová dijo a Abram: Ten por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años. (Génesis 15:13)

Aquí, la palabra "descendencia" traduce a la palabra hebrea singular zera, la palabra es claramente plural en el significado. Este versículo habla de la simiente como "suyos" en plural, y los verbos y será esclava allí, y será oprimida están también en plural en hebreo.

Por supuesto, Pablo sabía que la forma singular de la palabra "simiente" se refería a más de una persona muchas veces en Génesis.

De hecho, Pablo mismo utilizó la palabra simiente en un sentido plural en Gálatas capítulo 3 versículo 29 en donde él escribió estas palabras,

Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa. (Gálatas 3:29)

En el griego de este versículo, la frase "vosotros sois" traduce este, un verbo plural. Y "linaje de Abraham" es sinónimo con la palabra "herederos" kleronomoi, la cuál es también plural.

A la luz de esto, tenemos que hacer una pregunta. Si Pablo sabía que la forma singular del término "simiente" se podría referir a más de una persona, ¿por qué entonces él enfatizó su singularidad?

Seguramente, Pablo tenía en mente un pasaje en particular sobre la vida de Abraham, Génesis capítulo 22 versículos 16 al 18. En estos versículos, el término "simiente" o descendencia o simiente, es definitivamente singular en su significado. Escuche esta traducción literal de estos versículos:

Y dijo: Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único hijo; de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos. En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz. (Génesis 22:16 – 18 [Traducción literal])

Desafortunadamente, muchas traducciones modernas interpretan este pasaje como si la "descendencia" fuera un singular colectivo. Pero tenemos que recordar que este versículo es parte de la historia del sacrificio de Isaac. Y aquí la palabra "descendencia" se refirió no a los descendientes de Abraham en general sino a Isaac, hijo de Abraham. El verbo "poseerá" es singular en el hebreo y en las versiones en inglés, también el pronombre en la frase "sus enemigos" es singular pues se refiere a los enemigos de él.

Como veremos en lecciones posteriores, Génesis capítulo 22 y los capítulos que siguen hacen una distinción entre Isaac el hijo de Sara, y sus otros hijos, los hijos de Agar y los hijos de Cetura. Isaac era la simiente especial de la promesa, el que Dios había elegido como único heredero de Abraham. Así pues, antes del nacimiento de Isaac, Génesis habla generalmente de la "simiente" de Abraham como colectivo, con el significado "descendientes" en plural, pero aquí la palabra se enfoca en Isaac como el descendiente singular especial que heredaría las promesas de Abraham.

En este contexto, podemos entender el punto básico de Pablo cuando se refirió a la única simiente de Abraham. Pablo observó que en Génesis capítulo 22, Dios no hizo promesas a Abraham y directamente a todos sus descendientes. Él precisó que la singularidad de la palabra "simiente" en Génesis capítulo 22 versículos 16 al 18, indica que las promesas fueron dadas a Isaac, el hijo especial de Abraham y heredero.

Con la singularidad de la simiente de Abraham en mente, debemos ahora volver a la enseñanza de que Cristo es la simiente de Abraham.

Cristo Como Simiente

Escuche otra vez lo que dijo el apóstol en Gálatas capítulo 3 versículo 16.

Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo. (Gálatas 3:16)

En este pasaje Pablo no sólo llamó la atención al hecho de que la simiente de Abraham era singular, si no que la simiente de Abraham es Cristo. Ahora, como hemos visto ya, en términos de significado original de Génesis, la simiente singular de Abraham, de la cual Moisés escribió, no era otro más que Isaac, el hijo especial de la promesa nacido de Sara. ¿Cómo entonces debemos entender a Pablo cuando él escribió que la simiente de Abraham es Jesús?

Piense en eso de esta manera. La herencia de Abraham era una herencia de la familia que pertenece a sus descendientes. Pero en ciertos puntos cruciales en la historia de las Sagradas Escrituras, Dios eligió varias figuras dominantes para servir como herederos especiales que recibieron y distribuyeron la herencia de Abraham a otros. En el caso de Isaac, él era la simiente especial en la distinción de otros hijos de Abraham. Cuando Isaac tuvo dos hijos, Jacob y Esaú, Dios eligió a Jacob para ser la simiente especial de Abraham y excluyó a Esaú y a sus descendientes. De Jacob vinieron los 12 patriarcas de las tribus de Israel. Pero entre las tribus de Israel varias figuras eran herederos especiales de Abraham. Moisés, por ejemplo, era el líder y el mediador de la gente con Dios, mientras emigraron desde Egipto a la Tierra Prometida. Y más adelante, cuando Israel se convirtió en un imperio maduro, David y sus hijos llevaron a cabo el papel especial de mediar la herencia de Abraham.

Es este papel especial de David y sus hijos que condujeron a Pablo a referirse a Cristo como la última gran simiente de Abraham porque Jesús es el heredero legítimo del trono de David. Él fue elegido por Dios para ser el rey permanente de su pueblo. Él es la eterna gran simiente real de Abraham, el Mesías. Y como tal, Cristo es el único por quién cualquier persona puede participar en la herencia de Abraham. Nadie separado de Cristo recibirá nunca las promesas de Abraham.

Así pues, podemos resumir a Jesús en lo referente a Abraham de esta manera. Desde un punto de vista cristiano, Jesús es la única y última simiente de Abraham. Y como cristianos cuando deseamos aplicar la vida de Abraham al mundo moderno, debemos tener siempre presente que la conexión entre Abraham y nuestro mundo es que las grandes bendiciones de Abraham fueron pasadas a Cristo desde que inauguró su reino, mientras continúa construyendo su reino en el presente, y hasta que lleve a su reino a su consumación.

El Nuevo Testamento enseña que Cristo recibe y distribuye la herencia de Abraham en tres etapas principales. Primero, en la inauguración de su reino que ocurrió en su primera venida. En segundo lugar, en la continuación de su reino que se extiende a toda la historia después de su primera venida pero antes de su regreso. Y tercero, en la consumación de su reino en su segunda venida gloriosa.

Él continúa recibiendo y distribuyendo la herencia de Abraham en creciente medida mientras reina sobre todos a la diestra de Dios Padre. Y un día recibirá y distribuirá completamente la herencia de Abraham cuando Él regrese en gloria.

En una palabra, es importante comprender que en Gálatas capítulo 3 versículo 16, Pablo encasilló una perspectiva teológica algo compleja en solo unas palabras. Cuando Pablo dijo que la promesa fue para Abraham y para su simiente singular, y entonces identificó esa simiente como Cristo, él no decía que la palabra en Génesis se refería directamente a Jesús. En lugar de esto, Pablo habló en una manera abreviada de una tipología que existe entre Isaac y Cristo. Para exponer mejor el tema, podríamos explicarlo así: Como Isaac era el principal heredero de Abraham en su generación, Cristo es el hijo mayor de Abraham, y el principal heredero de Abraham en la era del Nuevo Testamento.

Para ver mejor el significado de Cristo como la simiente de Abraham, será útil estudiar estos asuntos en términos de cuatro temas principales que hemos visto en las historias de Abraham.

Temas Importantes

Usted recordará que hemos visto cuatro temas importantes en estos capítulos de Génesis: la gracia Divina, la lealtad de Abraham, las bendiciones de Dios hacia Abraham y las bendiciones de Dios por medio de Abraham. ¿Cómo debemos entender estos temas a la luz de las conexiones que existen entre Abraham y Cristo? En primer lugar, hemos visto que Dios mostró mucha tolerancia en la vida de Abraham.

Gracia Divina

Por supuesto, Abraham tuvo que tener gracia personal porque él era un pecador, pero más allá de esto, la misericordia de Dios hacia Abraham era también una exhibición objetiva de la bondad de Dios. Al edificar una relación con Abraham, Dios impulsó realmente la salvación del mundo entero.

Tanto como Dios mostró benevolencia en la vida de Abraham, como cristianos nosotros creemos que la gracia de Dios hacia el patriarca no fue más que una sombra de la misericordia que Dios mostró en Cristo. Por supuesto, el mismo Cristo no tenía pecado por lo que Él no recibió gracia salvadora, sin embargo la venida de Cristo como la simiente de Abraham era un gran acto objetivo de la misericordia de Dios para el mundo.

Dios demostró mucha misericordia en la primera venida de Cristo, la inauguración del reino. Su vida, muerte, resurrección, y la ascensión y el derramamiento del Espíritu Santo fueron muestras magníficas de la gracia de Dios. Y Dios amplía aún más su misericordia mientras Cristo reina ahora en el cielo, durante la continuación de su reino. Mientras que la salvación se ha extendido a través del mundo, Dios ha demostrado la benevolencia revelada en Cristo en la transformación innegable del mundo a través de la historia. Y cuando Cristo vuelva, la consumación del reino traerá misericordia inconmensurable. Cristo volverá y traerá nuevos cielos y una tierra nueva. Como seguidores de Cristo, cada vez que vemos a Dios mostrar benevolencia en las historias de Abraham, nuestros corazones y mentes deben apreciar la misericordia de Dios revelada en estas tres etapas de Su reino en Cristo.

En segundo lugar, otro tema importante en la presentación de Moisés de la vida de Abraham fue la lealtad de Abraham hacia Dios.

Lealtad de Abraham

Inicialmente, Dios exhortó a Abraham a satisfacer la responsabilidad de la migración a la Tierra Prometida. Pero Dios también requirió muchas otras cosas de Abraham a través de su vida. Como Cristianos cuando leemos sobre las responsabilidades que Abraham enfrentó, debemos tener nuestros corazones y mentes caminando hacia Cristo, la simiente de Abraham y hacia su lealtad a su Padre Divino. Y por supuesto, Cristo fue leal al Padre en las tres etapas de su reino. En la inauguración del reino, Cristo mismo demostró ser completamente fiel a los requisitos de la lealtad de Dios. Aunque Abraham fue leal a Dios de maneras muy significativas, Cristo fue perfectamente fiel en cada momento de su vida.

Más allá de esto, Cristo como rey soberano durante la continuación del reino, es verdadero y fiel a su Padre Celestial. Él reina sobre todos sirviendo perfectamente los propósitos de Dios, extendiendo el evangelio y la redención de su pueblo.

Finalmente, cuando Cristo vuelva a la consumación del reino, Él terminará las obras de rectitud que empezó en su vida en la tierra. Destruirá a todos los enemigos de Dios y hará todas las cosas nuevas para la gloria de su Padre.

Así pues, cada vez que vemos el tema de la lealtad de Abraham hacia Dios sabemos que, como cristianos, podemos aplicar correctamente estos temas al mundo moderno sólo si las conectamos propiamente con Cristo, la simiente de Abraham.

En tercer lugar, como cristianos no sólo estamos interesados en ver cómo estos temas de gracia divina y la lealtad humana se aplican a nuestros días en Cristo, también estamos muy interesados en el tercer tema principal de la vida de Abraham: Las bendiciones de Dios hacia Abraham.

Bendiciones a Abraham

Dios le dijo a Abraham que Israel se volvería una gran nación, que la prosperidad vendría a la nación en la Tierra Prometida y que Abraham e Israel tendrían un gran nombre, reconocimiento mundial.

Ahora, una vez más, como cristianos, nuestras mentes deben enfocarse en las bendiciones que Dios dio a Cristo, la simiente de Abraham. En su primera venida, Cristo se levantó de los muertos y recibió toda la autoridad en el cielo y la tierra; y no hay ningún nombre en el cielo ni en la tierra que sea tan grande como el nombre de Jesús. Jesús continúa disfrutando el crecimiento de bendiciones en la actualidad durante la continuación del reino. Cada vez adquiere mayor gloria mientras gobierna el mundo según la voluntad de Dios. Pero en la consumación, cuando Cristo vuelva en gloria, disfrutará estas bendiciones sin medida. Él será exaltado sobre todos y cada rodilla se inclinará ante Él, el gran hijo de Abraham. Así que siempre que nosotros vemos a Abraham recibiendo las bendiciones de Dios, debemos mirar hacia Cristo, quien hereda las promesas de Abraham y disfruta las bendiciones de Dios aun en mayor medida.

Finalmente, el cuarto tema principal en la vida de Abraham es el de las bendiciones que pasarían de Abraham hacia otros. Dios dijo que a través de un proceso de bendiciones y maldiciones, todos los pueblos en la tierra se bendecirían por medio de Abraham. Esta gran promesa es un gran centro de atención en el Nuevo Testamento.

Bendiciones por medio de Abraham

Escuche la manera en que Pablo se refirió a esta promesa para Abraham en Romanos capítulo 4 versículo 13. Allí él dice,

Porque no por la ley fue dada a Abraham o a su descendencia la promesa de que sería heredero del mundo, sino por la justicia de la fe. (Romanos 4:13)

Note aquí que cuando Dios prometió a Abraham que bendeciría a todas las naciones, Él prometió que sería por medio de Abraham tomando posesión de todas las naciones y extendiendo el reino de Dios a todo el mundo. Abraham y su descendencia serían herederos del mundo, con todas las naciones bajo su supremacía. Como se les dijo originalmente a Adán y Eva, dominar la tierra entera, Dios prometió que Abraham y sus descendientes heredarían toda la tierra extendiendo las bendiciones de Dios a todas las familias de cada nación.

Ahora, este tema final de la distribución mundial de las bendiciones de Abraham se aplica a Cristo también porque él es la simiente de Abraham y el heredero de las promesas de Abraham.

En la inauguración del reino, Cristo llamó a gente fiel de la nación de Israel. Pero cuando se levantó de entre los muertos y ascendió a su trono en el cielo, fue ascendido como rey de toda la tierra y le pidió a su pueblo fiel extender las bendiciones de Israel a todas las naciones. Durante la continuación del reino, la extensión de la majestad de Cristo sobre todas las naciones a través del Evangelio es el cumplimiento de la promesa a Abraham de bendecir a todas las naciones. Y cuando Cristo vuelva en la consumación del reino, él ampliará las bendiciones de Dios a todas las naciones de la tierra. Como dice en Apocalipsis capítulo 22 versículos 1 y 2

Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones. (Apocalipsis 22:1 – 2)

La promesa de que Abraham sería una bendición a todas las naciones se cumple finalmente en la inauguración, continuación y consumación del reino de Cristo.

Así que, podemos resumir el tema de esta manera. La correcta aplicación moderna de la vida de Abraham a nuestro mundo siempre debe involucrar por lo menos un reconocimiento implícito del papel de Cristo como la simiente de Abraham. Como la simiente especial de Abraham, Cristo es el que cumple o completa los temas que encontramos en la vida de Abraham. La misericordia de Dios se muestra en Cristo; en Cristo se encuentra verdadera y perfecta lealtad; Cristo recibe todas las bendiciones prometidas a Abraham, y en Cristo nosotros vemos la propagación de las magníficas bendiciones de Abraham a los confines de la tierra. Cualquier otra cosa que quiera decir sobre la aplicación moderna, es esencial que recordemos estas conexiones entre Abraham y Jesús.

Ahora que hemos visto cómo la relación entre Abraham y Jesús forma una conexión vital entre las historias de Abraham y nuestro mundo de hoy, debemos analizar un segundo aspecto de la aplicación moderna, la conexión entre Israel y la iglesia.

ISRAEL Y LA IGLESIA

Siempre debemos recordar que cuando Moisés escribió sobre la vida de Abraham, lo hizo para motivar al pueblo de Israel a salir de Egipto e ir hacia la Tierra Prometida. Ellos debían encontrar el trasfondo histórico de esta visión en la vida de Abraham; debían llevarla a cabo encontrando ejemplos a seguir y rechazar en las historias de la vida de Abraham; e incluso debían ver presagios de sus experiencias en la vida de Abraham. Por esta razón, si queremos ver cómo aplican las historias de Abraham al mundo moderno, debemos tener en cuenta lo que el Nuevo Testamento enseña sobre las conexiones entre la nación de Israel que siguió a Moisés y la iglesia cristiana de hoy.

Para estudiar esta relación entre Israel y la iglesia, mencionaremos dos temas que son paralelos a nuestra explicación anterior. Primero, estudiaremos el tema de la simiente de Abraham aplicado a la nación de Israel y a la iglesia de Cristo. Y en segundo lugar, veremos cómo el tema de la simiente de Abraham se expresa en los cuatro temas principales de las historias de la vida de Abraham. Veamos primero a Israel y la iglesia como la simiente de Abraham.

Simiente de Abraham

Para ver las conexiones entre Israel y la iglesia como la simiente de Abraham mencionaremos cuatro puntos brevemente. Primero, veremos la extensión numérica de la simiente de Abraham. Segundo, tomaremos nota de la identidad étnica de su simiente. Tercero, nos enfocaremos en el carácter espiritual de la simiente de Abraham. Y cuarto, veremos la situación histórica de la simiente de Abraham. Considere primero la extensión numérica de la simiente de Abraham.

Extensión Numérica

Ahora, como acabamos de ver, el libro de Génesis deja claro que el término "la simiente de Abraham," se refirió en ocasiones a una persona especial, Isaac, y el Nuevo Testamento menciona esto para establecer una conexión entre Abraham y Cristo. Pero ahora nosotros debemos extender nuestra visión para ver otro rasgo del punto de vista bíblico de la simiente de Abraham. Isaac no era la única persona en las historias de Abraham que fue llamado la simiente de Abraham o descendencia. Isaac no recibió la herencia de Abraham por sí mismo. Él también era el conducto por el cual muchos disfrutarían de la posición de ser los descendientes de Abraham. Por esta razón, una y otra vez Moisés también habló de la nación de Israel como la simiente de Abraham. Y de la misma manera, cuando nosotros aplicamos las historias de Abraham a nuestro mundo moderno, así como es importante recordar que Cristo es la simiente suprema de Abraham en el Nuevo Testamento, también debemos recordar que la iglesia cristiana es la simiente de Abraham. Como dijo Pablo en Gálatas capítulo 3 versículo 29,

Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa. (Gálatas 3:29)

Tal como Pablo dijo claramente en este pasaje, estamos conectados a Abraham porque estamos unidos a Cristo. Nosotros, al igual que la nación de Israel en el Antiguo Testamento, somos la simiente de Abraham. Por esta razón, las historias de Abraham no aplican solamente al mismo Cristo, si no que también a la extensión de los muchos hijos de Abraham que son identificados con él en la iglesia.

Ahora, más allá del hecho de que en el Antiguo Testamento la simiente de Abraham era Israel y hoy es la iglesia cristiana, también debemos hablar sobre la identidad étnica de la simiente de Abraham en ambos Testamentos.

Identidad Étnica

Como hemos visto, las historias de Abraham fueron escritas en primer lugar para la nación de Israel que seguía a Moisés. Mientras que es cierto que la gran mayoría de la audiencia original estaba formada por judíos étnicos, esto es, descendientes físicos de Abraham, es un error pensar que la audiencia original era única o solamente judía. El gran número de la gente que siguió a Moisés era una mezcla de judíos y gentiles quiénes habían sido adoptados en Israel. Por lo tanto, en varias ocasiones, las Sagradas Escrituras dejan en claro que la audiencia original del Génesis no era exclusivamente judía.

Escuche, por ejemplo, la manera en que se describe a los que siguieron a Moisés, en Éxodo capítulo 12 versículo 38:

También subió con ellos grande multitud de toda clase de gentes, y ovejas, y muchísimo ganado. (Gálatas 3:29)

Note aquí, que entre los Israelitas había "otra gente". Esta compañía eran gentiles que se habían unido a Israel para huir de Egipto con ellos.

Este grupo se menciona en varias ocasiones en las Sagradas Escrituras. Más o menos de la misma manera, más adelante en el Antiguo Testamento se menciona que conocidos gentiles como Rahab y Rut fueron injertados en Israel en generaciones posteriores, y las genealogías del primer libro de Crónicas, capítulos 1 al 9 incluyen nombres de gentiles entre el pueblo de Dios.

Entonces vemos que la simiente de Abraham, a la cual Moisés escribió originalmente las historias de Abraham, estaba étnicamente mezclada. Incluyendo descendientes físicos de Abraham y gentiles que habían sido adoptados en la familia de Israel. Ambos grupos aprendieron sobre su futuro en la Tierra Prometida con las historias de Abraham.

De la misma manera, la iglesia cristiana hoy tiene mucha diversidad étnica. Consta de judíos cristianos quiénes reclaman a Cristo como su Señor y gentiles cristianos quiénes han sido adoptados en la familia de Abraham porque también reclaman a Cristo como Señor. Ahora, para estar seguros, conforme la historia ha desenvuelto el Nuevo Testamento, la iglesia ha crecido y ha adoptado más gentiles que judíos, pero la diversidad étnica de la simiente de Abraham sigue siendo una realidad hoy como lo era en el Antiguo Testamento. Entonces, al igual que las historias de Abraham fueron dadas en un principio a los judíos y gentiles que también fueron contados como simiente de Abraham, debemos estar listos para aplicar las historias de Abraham a los judíos y gentiles que hoy se cuentan como simiente de Abraham, porque están en la iglesia esparcidos por todo el mundo.

Este es un aspecto muy importante de la aplicación moderna porque muchos cristianos han respaldado la falsa enseñanza de que las promesas dadas a Abraham sólo serán aplicadas a los judíos étnicos hoy. En este punto, Dios tiene un programa separado para los gentiles creyentes. Además de algunos principios espirituales aquí y allá, los gentiles creyentes no son los herederos de las promesas dadas a Abraham. Ahora, por muy popular que parezca esta perspectiva, debemos siempre recordar que la simiente de Abraham tenía diversidad étnica en los días de Moisés y que la simiente de Abraham continúa hoy siendo gente étnicamente diversa. Lo qué Moisés enseñó a la nación que lo seguía se aplica a la continuación de esa nación hoy, la iglesia de Jesucristo.

En tercer lugar, la aplicación moderna de la vida de Abraham debe también considerar el carácter espiritual de Israel y de la iglesia como la simiente de Abraham.

Carácter Espiritual

Como hemos visto, el Antiguo Testamento identifica la nación visible de Israel como la simiente de Abraham, la simiente corporativa de Abraham, pero nosotros necesitamos comprender que había diversidad espiritual dentro de la nación visible de Israel. Había tanto no creyentes como verdaderos creyentes. La historia del Antiguo Testamento deja muy en claro que muchos de los hombres, mujeres y niños en la nación de Israel no creyeron realmente, pero otros eran verdaderos creyentes que confiaban en las promesas de Dios. Para estar seguros, todos en Israel, ambos, tanto no creyentes como verdaderos creyentes, recibieron muchas bendiciones temporales especiales de Dios. Todos ellos habían sido liberados de la esclavitud en Egipto; todos entraron en la relación del Pacto con Dios en Sinaí; todos ellos tuvieron muchas oportunidades de fe y a todos se les ofreció entrar en la Tierra Prometida. Pero también había grandes diferencias. Por un lado, los no creyentes dentro de Israel mostraron el verdadero carácter de sus corazones con su infidelidad. Y las historias de Abraham fueron diseñadas para llamarlos a un verdadero arrepentimiento y fe salvadora.

Por otra parte, los creyentes verdaderos dentro de Israel creían en las promesas de Dios y mostraron el verdadero carácter de sus corazones por su fidelidad. Las historias de Abraham fueron diseñadas para animar a estos creyentes verdaderos a crecer en su fe. Ahora, debido a su infidelidad, los no creyentes dentro de Israel recibieron solamente bendiciones temporales. Pero en la eternidad recibirán de Dios el juicio eterno final. Los creyentes verdaderos son los que fueron la simiente verdadera de Abraham, sus descendientes espirituales, los hijos que no sólo gozaron de muchas bendiciones temporales si no que también un día recibirán la bendición eterna de la herencia de Abraham en los nuevos cielos y la tierra nueva.

Pablo argumentó muy enérgicamente esta perspectiva en Romanos capítulo 9 versículos 6 al 8. Escuche lo que dijo allí.

Porque no todos los que descienden de Israel son israelitas, ni por ser descendientes de Abraham, son todos hijos; sino: En Isaac te será llamada descendencia. Esto es: No los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino que los que son hijos según la promesa son contados como descendientes. (Romanos 9:6-8)

Bien, no es difícil ver que la misma clase de diversidad espiritual también existe en la iglesia de Cristo. Los que se relacionan a la iglesia visible en el Nuevo Testamento por medio del bautismo están formados por dos clases de gente: los no creyentes y los creyentes. Por supuesto, así como en todo el Antiguo Testamento, Israel gozó de muchos privilegios temporales debido a la relación con Dios y su gente, hay muchas bendiciones temporales para toda la gente involucrada en la iglesia de Cristo. Tienen una comunidad amorosa; tienen la palabra de Dios y los sacramentos; tienen el evangelio explicado y ofrecido a ellos. Pero muchos dentro de la iglesia visible muestran el carácter verdadero de sus corazones por su infidelidad. Y las historias de Abraham deben ser aplicadas a estos no creyentes en la iglesia llamándolos al arrepentimiento verdadero y la fe salvadora.

Pero también dentro de la iglesia visible existen creyentes verdaderos quiénes confían en las promesas de Dios y demuestran el carácter de sus corazones por su fidelidad. Las historias de Abraham deben ser aplicadas a estos creyentes verdaderos animándoles a que crezcan en su fe a través de sus vidas. Ahora debido a su infidelidad, los no creyentes dentro de la iglesia recibirán solamente bendiciones temporales. En la eternidad, recibirán el juicio eterno de Dios. Pero la simiente verdadera de Abraham, los hijos verdaderos de Abraham, los que han confiado en Cristo no sólo reciben muchas bendiciones temporales, también un día recibirán recompensa eterna, la herencia de Abraham en los nuevos cielos y la tierra nueva.

Esta es la razón por la cual Santiago escribió sobre Abraham como lo hizo en Santiago capítulo 2 versículos 21 y 22. Escribiendo a la iglesia cristiana visible que tenía tanto no creyentes como creyentes verdaderos, dijo estas palabras,

¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras? (Santiago 2:21-22)

La idea principal de Santiago aquí era que las historias de Abraham desafían a los no creyentes en la iglesia para apartarse de su hipocresía y animan a los creyentes verdaderos en la iglesia a que continúen expresando su fe con la vida fiel. Y debemos seguir el ejemplo de Santiago, reconociendo la diversidad espiritual de la iglesia hoy, conforme hacemos aplicación moderna de las historias de Abraham.

En cuarto lugar, para aplicar la vida de Abraham al mundo moderno, debemos recordar también que hay una similitud significativa entre las situaciones históricas de Israel que seguía a Moisés y a la iglesia cristiana de hoy.

Situación Histórica

Usted recordará que Moisés escribió sobre la vida de Abraham a los Israelitas que estaban viajando. Ya sea que le haya escrito a la primera o segunda generación del Éxodo, su audiencia original viajó entre dos mundos. Por una parte, habían dejado la esclavitud en Egipto. Pero por otro lado, ellos no habían entrado aun en la Tierra Prometida de Canaán. O para ponerlo de otra manera, la nación de Israel había recibido la liberación inicial de su viejo mundo, pero no habían entrado todavía en su nuevo mundo. Y como resultado, Moisés escribió a Israel para animarlos a desechar todas sus ataduras con Egipto y avanzar hacia la victoria en aquella tierra.

La situación histórica de la audiencia original es importante para la aplicación moderna porque la iglesia cristiana de hoy está en una situación histórica paralela. Así como Israel se había liberado de la esclavitud en Egipto pero seguía caminando hacia una vida gloriosa en la Tierra Prometida, la iglesia de Cristo se ha liberado del dominio del pecado por la obra que hizo Cristo cuando estuvo aquí en la tierra, pero sigue caminando hacia la gloria de la nueva creación que vendrá cuando Cristo vuelva. Estas situaciones paralelas nos proporcionan un marco de referencia para hacer aplicaciones de la vida de Abraham a la iglesia de hoy. Así como Moisés escribió sobre Abraham para animar y guiar a Israel en su viaje de un lugar a otro, sus historias nos animan y nos guían en nuestro viaje del mundo de muerte al nuevo mundo de vida eterna.

Podemos estar seguros que este paralelismo histórico nos proporciona este tipo de orientación hacia la aplicación, porque el apóstol Pablo lo utilizó cuando aplicó el Antiguo Testamento a la iglesia en Corinto.

Escuche la manera en la que observó los paralelos históricos entre audiencias, las audiencias de Moisés y la iglesia en 1 de Corintios capítulo 10 versículos 1 al 6

Porque no quiero, hermanos, que ignoréis que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron el mar; y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar, y todos comieron el mismo alimento espiritual, y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo. Pero de los más de ellos no se agradó Dios; por lo cual quedaron postrados en el desierto. Mas estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros, para que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron. (1 Corintios 10:1-6)

En otras palabras, Pablo observó que los Israelitas que seguían a Moisés a través del desierto habían experimentado cosas paralelas a las experiencias de los cristianos. Habían sido liberados por Moisés como nosotros hemos sido liberados por Cristo. Habían sido bautizados en Moisés como los cristianos en Cristo. Comieron maná y bebieron el agua de Dios como los cristianos comen y beben en el sacramento de la cena del Señor. Es más, estas primeras experiencias de gracia pusieron a Israel en un período de prueba condicional, un período de prueba mientras caminaban hacia la Tierra Prometida. Y tristemente, en los días de Moisés Dios no estuvo satisfecho con la mayor parte de los Israelitas y murieron en el desierto. Pablo concluyó que los cristianos deben aprender de la experiencia de Israel y tomar su viaje como la iglesia de hoy. Del ejemplo de Pablo, podemos aprender mucho sobre cómo aplicar la vida de Abraham a la iglesia cristiana.

Las historias de Moisés de la vida de Abraham animaron a Israel para que permanecieran fieles al ver lo que Dios había hecho liberándolos de Egipto y mientras ellos avanzaban hacia la Tierra Prometida. De la misma manera, nosotros debemos aplicar las historias de Abraham a la iglesia de hoy de manera que nos animen en nuestro viaje. Nosotros debemos permanecer fieles a Cristo debido a lo que él ha hecho en la inauguración del reino. Debemos continuar siendo fieles a él mientras su reino crece en nuestros días y debemos anhelar el día cuando nuestro viaje espiritual haya terminado, cuando entremos en los nuevos cielos y en la nueva tierra.

Así que vemos que cuando nos acercamos a la aplicación moderna de la vida de Abraham, no sólo debemos pensar en las conexiones entre Abraham y Jesús. También debemos prestar atención a las conexiones entre la nación de Israel que primero recibió las historias de Abraham y la iglesia cristiana. El Israel del Antiguo Testamento y la iglesia del Nuevo Testamento son la simiente de Abraham; ambos somos una identidad étnica mixta; ambos somos espiritualmente diversos y ambos estamos en un viaje hacia la meta del reino glorioso de Dios.

Viendo que las historias de la vida de Abraham se aplican a la iglesia cristiana como la continuación de la simiente de Abraham en el mundo de hoy, debemos también ver cómo este proceso toca uno de los cuatro temas principales de los capítulos dados a la vida de Abraham. ¿Qué tienen que decir estos temas sobre nuestras vidas diarias en Cristo?

Temas Importantes

Como usted recordará, las historias de Abraham tocan cuatro temas principales: la gracia divina, la lealtad de Abraham, las bendiciones de Dios hacia Abraham y las bendiciones de Dios por medio de Abraham. En las lecciones que siguen, señalaremos una y otra vez cómo estos temas hablan a nuestras vidas como la simiente de Abraham. En este punto, ofreceremos algunas direcciones generales que debemos de seguir. Veamos primero la gracia divina.

Gracia Divina

Dios mostró mucha misericordia a Abraham, no sólo al principio de su vida, sino en todos los días de su existencia en la tierra. Y, como las Sagradas Escrituras enseñan claramente, así como Dios mostró misericordia a Abraham, hoy en día, Dios también muestra gracia a los cristianos, que nos lleva a Cristo y nos sostiene en él.

Como lo escribió Pablo en Efesios capítulo 2 versículos 8 y 9,

Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. (Efesios 2:8-9)

La salvación en Cristo es el regalo por la gracia de Dios; incluso la fe que tenemos viene de Él. Dependemos tanto de la misericordia de Dios, que cada día en nuestras vidas cristianas debemos continuar viviendo en esa misericordia. Sin la gracia de Dios que nos sostiene, todos nuestros esfuerzos por permanecer fieles son inútiles.

Por esta razón, así como los Israelitas que seguían a Moisés debieron haber aprendido la maravilla de la gracia de Dios en sus vidas al oír las historias de la vida de Abraham, cada vez que nosotros leemos acerca de Dios mostrando misericordia a Abraham, como seguidores de Cristo, ya sea en unión con otros o individualmente, tenemos oportunidades de aprender a agradecer lo que Dios ha hecho por nosotros. Dios nos ha mostrado gran misericordia y nosotros debemos aprender cómo buscar y depender de su misericordia.

Casi de la misma manera, el tema de la lealtad de Abraham también aplica a los seguidores de Cristo en varios niveles. Cuando leemos la vida de Abraham, vemos muchas situaciones en las que a Abraham se le ordenó servir a Dios en obediencia.

La Lealtad de Abraham

Por supuesto, él no alcanzó la perfección en esta vida, pero mostró el fruto de la verdadera fe. Ahora, es importante recordar que incluso en el Antiguo Testamento, la obediencia fiel siempre estaba basada en la misericordia y gracia de Dios. Así que, no debemos confundir este énfasis como una forma de legalismo. No obstante, así como en el Antiguo Testamento, se espera que los verdaderos creyentes hoy respondan a la gracia de Dios con servicio fiel a Dios.

Es por esto que el Nuevo Testamento frecuentemente da énfasis a la responsabilidad de la lealtad por parte de los seguidores de Cristo.

Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. (Efesios 2:8-10)

Como lo dice claramente el versículo 10, los cristianos de hoy tienen la responsabilidad de hacer buenas obras. Dios nos garantiza la fe salvadora para que nosotros seamos fieles a Él. Así que, cada vez que vemos cómo la vida de Abraham revive temas relacionados con la lealtad humana, debemos aplicar esas responsabilidades morales a nuestras vidas.

En tercer lugar, también debemos saber las formas en las que las bendiciones dadas a Abraham aplican a la vida cristiana.

Bendiciones a Abraham

Ustedes recordarán que Dios prometió grandes bendiciones a Abraham y a su simiente. Finalmente, ellos se volverían una gran nación, próspera, de gran renombre. Y a lo largo de las historias de Abraham vemos que algunas veces Dios bendijo al patriarca con algunos anticipos de estas bendiciones últimas.

Igual que las audiencias originales de Israel podían ver que las promesas hacia Abraham eran cumplidas en sus vidas mientras que esperaban sus bendiciones últimas, como cristianos aquí y ahora nosotros experimentamos muchos anticipos de estas mismas bendiciones mientras esperemos con esperanza el día en que llegarán a nosotros en toda su plenitud. Las bendiciones que vemos en esta vida pueden darnos mucho estímulo mientras vivimos nuestra vida diaria en la esperanza de las bendiciones últimas que tendremos cuando Cristo vuelva.

Finalmente, así como las historias de Abraham se enfocan en las bendiciones que Dios daría al mundo por medio de Abraham, los cristianos también tenemos la oportunidad de reflejarnos en las bendiciones que viene por medio de nosotros al mundo.

Bendiciones por Medio de Abraham

Ustedes recordarán que a Abraham le fue prometida protección de los enemigos y bendiciones para sus amigos para que un día compartiera las bendiciones de Dios con todas las naciones de la tierra. Incluso, a lo largo de las historias de Abraham, vemos que algunas veces Dios utilizó a Abraham como el instrumento de sus bendiciones para todo tipo de personas.

Cuando la audiencia original de Génesis aprendió de estos eventos, tuvieron muchas oportunidades de reflejarse en eventos de sus días. Ellos encontraron una guía de la manera en que debían servir como instrumentos de las bendiciones de Dios al mundo al ir encontrando grupos diferentes de personas. Podían estar seguros de la protección de Dios contra sus enemigos y podían avanzar esforzándose para extender las bendiciones del reino de Dios a sus semejantes.

De manera muy similar, los cristianos de hoy debemos aplicar este tema a nuestras vidas. Nosotros también podemos tener la convicción de la protección de Dios y podemos encontrar estímulo para ser una bendición a todas las naciones de la tierra extendiendo el reino de Dios a los confines de la tierra.

CONCLUSIÓN

En esta lección de la aplicación moderna de la vida de Abraham, hemos estudiado cómo los capítulos en Génesis dedicados al patriarca son pertinentes a nuestro mundo hoy. Primero notamos que un acercamiento cristiano a esta parte de la Biblia nos muestra como Cristo es la gran simiente de Abraham. Busca maneras en las que Cristo satisface los temas que descubrimos en la vida de Abraham. Pero más allá de esto, también vimos cómo la vida de Abraham se aplica a la iglesia, la simiente corporativa de Abraham. Cómo deben vivir los hombres, las mujeres y los niños en Cristo según las enseñanzas de esta parte de las Sagradas Escrituras.

Entre más nos enfoquemos en la vida de Abraham en Génesis, más oportunidades tendremos de aplicar la vida del patriarca a nuestras vidas de hoy. Veremos que el relato de Moisés no sólo inclina nuestros corazones hacia el patriarca, si no también hacia Cristo, la simiente de Abraham, y hacia la maravilla de que en Cristo, nosotros también somos hijos de Abraham y herederos de las promesas dadas a Abraham.